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La mejilla de Sovieshu era cálida, aún con la delgada capa de sangre, que se interponía entre el completo contacto de la mano de Darién con la piel de Sovieshu,  eea capaz de detectar el calor que del emperador provenía.

-Sovieshu...- Darién colocó una sonrisa para el emperador, sus ojos azules brillaban con fuerza y el tono de su voz era suave, como si estuviera por perder esta con cada segundo que pasaba.

-No hables...- contestó Sovieshu mientras enredaba un pedazo de la tela de sus prendas alrededor del abdomen de Darién, buscaba hacer que la sangre dejara de salir para poder cargarlo y llevarlo hacía el interior del imperio. -Tienes que guardar tu fuerza para el camino.

-¿Eso... Eso te hará sentir mejor?- Darién cuestionó, Sovieshu mordió su labio tratando de no quebrarse por completo, pero cada segundo hacía que ese momento fuera peor, los magos estaban lejos, apenas un cuervo mensajero los había encontrado y no sabía que tiempo les tomaría llegar a dónde los demás. -Sabes... Intento, intento aguantar- Darién respiraba cada vez más agitado, el sudor adornaba su frente y sus manos temblaban al recorrer la mejilla del emperador. -Pero, nunca fuí alguien fuerte...

-¡No digas eso!- Sovieshu tomó a Darién en sus brazos, colocó toda su fuerza en las piernas para levantarse, tambaleaba y sentía que sus piernas estaban atadas a grande cadenas que lo mantenían en ese lugar, no podía moverse mucho, estaba agotado también. -¡Tú eres fuerte, eres... Eres valiente...!- la desesperación se apoderaba de él, el tiempo parecía ser eterno y el camino más largo.

-No... No lo soy...- Darién entrelazó sus dedos con los de Sovieshu, se aferró a ellos con fuerza y cerró sus ojos para poder escuchar tranquilamente los latidos del corazón de su emperador, aquello era reconfortante en medio de tal suceso. -Pero... Cuando te conocí, me entró un poco de valentía...- Darién rió levemente. -aunque aún tuve que necesita tu ayuda... Para enfrentarme a todo y ser libre- sus ojos volvieron a abrirse pero está vez en brillo y la luz que tanto destacaban en ese azul del cielo se había apagado. -Libertad...

Sovieshu cayó de rodillas aún sosteniendo con fuerza su cuerpo, todo lo malo que podía sentir en ese momento se adueñaba de su cuerpo, se lamentaba por no poder protegerlo, por no poder ayudarle, el sentimiento de la impotencia llenaba su ser con cada palabra que escuchaba.

-Soy libre completamente ahora...- Darién acercó la unión de sus manos y dejó un beso sobre esta. -Fuí libre al amarte... Y ahora soy libre de la vida... El dolor se está alejando...- Sovieshu negó moviendo su cabeza varias veces pero Darién ya no respondía a él, Darién miraba al vacío. -Lo único que lamento.... Es no haberme casado contigo... Mi extraño de la noche... Mi emperador...- Darién lanzó un suspiro largo- mi amor....- dijo con una voz demasiado baja que solo fue posible escucharse por Sovieshu.

El azul se apagó por completo, el agarre de Darién se soltó y el último aliento salió de él, aunque se había lamentado su rostro se veía pacífico, solo destacaba una lágrima que comenzaba a recorrer su mejilla hasta caer al suelo después de los movimientos desesperados que el emperador hacía al cuerpo sin vida de Darién.

...

Orpheus corría junto a Frederick, el cuervo mensajero había dado aviso de la situación del emperador y su ubicación.
“cerca de la gran roca, el emperador necesita ayuda”
Ambos siguieron los rastros del combate, por los arboles arañados y las ramas quebradas, por las gotas de sangre y armas en el suelo, siguieron el camino hasta encontrar el cuerpo del principe Heinrey en cuál había muerto al instante debido al corte en su cuello, Orpheus y Frederick pasaron de largo hasta donde el emperador se encontraba.

Estaba de espaldas, había un charco por debajo de él y sobresalía la cabellera rubia y las piernas del cuerpo que el emperador sostenía, Frederick sintió su alma romperse al ver el rostro de su hijo, camino hasta estar a un lado del emperador, sus ojos soltaron lágrimas al instante al ver que había llegado tarde.

-Darién... ¡Darién! ¡Hijo! ¡Hijo!- Frederick golpeó el suelo y Orpheus fue en su consuelo, Orpheus no se atrevió a acercarse al emperador, Sovieshu se mantenía abrazado a Darién, su rostro estaba rojo, no lloraba pues ya lo había hecho por tanto tiempo que sentía que no podía soltar más lágrimas, no apartaba la mirada de Darién tampoco soltaba sus manos ya frías, Sovieshu había entrado en un estado de shock.

Emperador I Love. Sovieshu (Boys  Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora