Rashta caminó por el largo pasillo que llevaba hacía donde él emperador esperaba por ella, apenas había despertado los trabajadores le hicieron llegar el mandato de su majestad.
—Nuestro emperador desea verla Lady Rashta— hacía un tiempo que Sovieshu no la llamaba, solían toparse en los pasillos de vez en cuando pero solo se saludaban, Rastha debía admitir que ese llamado le ponía nerviosa, múltiples pensamientos se formaron en su cabeza, ¿El vizconde Roteshu la había delatado? ¿El emperador la iba a correr? ¿Volvería a ser una esclava? Sus pasos se detuvieron una vez estuvo frente aquella puerta, dió un par de golpes y después de escuchar la voz del emperador entro al lugar saludando a Sovieshu con una perfecta reverencia.
—Su majestad...— dijo con voz suave.
—Rashta, me alegra mucho verte.— dijo Sovieshu para calmar un poco el ambiente. —Se que te has estado esforzando, haz aprendido mucho y eso me llena de orgullo.
—ow, gracias su majestad.
—Asi que he decidido que ya no serás una concubina real— Rashta levantó su rostro, le hacía feliz no ser más una concubina, pero ¿Que pasaría con ella? —ahora serás una dama del palacio, estarás bajo mi cuidado, planeo dejarte a cargo de varias actividades de caridad.
—¿Lo dice enserio? ¡Estoy muy feliz! ¡Prometo que me esforzaré mucho y no lo voy a defraudar!— Rashta sintió un gran alivio, pues ahora el emperador iba a ayudarla y a cambio solo tendría que trabajar un poco, en el fondo, le alegraba no ser tratada más como una concubina, eso significaba, que la emperatriz ya no estaría enojada con ella y ahora, podría intentar ser su amiga.
—hay algo más... Me enteré sobre tu hijo— Rashta se asustó nuevamente. —Se la situación y que el vizconde Roteshu te ha pedido dinero. Rastha, no tienes que preocuparte por eso.
—¿Qué quiere decir su majestad?— Sovieshu pasó su mano por la cabeza de Rashta dejando una caricia, pronto se escuchó unos golpecitos en la puerta, Rashta observó cómo está se abrió, el joven de cabellos rubios entraba a la sala con un niño de blanca cabellera en sus brazos. —Darién...— Rashta se acercó lentamente hacia él, el bebé miraba desorientado, con algo de temor Rashta acercó su mano hacia el bebé, Ian miró temeroso pero finalmente la mano del pequeño tomó el dedo de la joven
—Ma... Mamá— balbuceó.
—Es mi hijo...— Rashta colocó una sonrisa en su rostro, sin darse cuenta sus ojos comenzaron a lagrimear hasta que la primera gota resbaló por sus mejillas.
—cargalo... Es tu hijo Rashta, es tu bebé..— Ian extendió sus brazos hacia ella, sin pensarlo dos veces Rashta lo cargó en sus brazos, el aroma tan dulce del niño llegó a ella, lo pegó en su pecho y el niño se acomodó en él, era el llamado de la sangre, el niño reconocía los latidos del corazón que escuchó por 9 meses en el interior de su madre. —Se llama Ian...— habló el emperador. —El vizconde ha sido encarcelado, se ha acusado de intento de extorsión, a la protegida del emperador, en cuanto al padre del niño, tú decides Rashta, ¿Quieres que lo siga viendo? Si dices que si Alan podrá venir a visitarlo pero si te niegas, tendrá prohibido acercarse al niño y a tí.
Rashta tenía muchas razones para negarse, Alan la había abandonado, le mintió diciendo que si bebé estaba muerto, ¿Por qué dejarlo verlo? ¿Por qué dejaría que volviera a estar con su hijo? Eso era lo que pensaba, pero al final accedió a qué solo Alan visitará a su hijo, después de todo, él lo había cuidado todo este tiempo.
Rashta fue llevada a una habitación más grande, se le obsequió una cuna para Ian y prendas necesarias para él, una nueva vida empezaría para la joven y su hijo.
—Fue una buena decisión.... Gracias por decirme todo lo que pasaba con Rashta— Sovieshu agradecía a Darién quién la noche anterior habló de todo el asunto con él, y es que desde hacía tiempo debía haber liberado a Rashta de ese título de concubina ya que nunca estuvo con ella y no planeaba estarlo, tampoco podía dejarla a su suerte después de todo lo que pasó
—Sabía que mi emperador, tomaría la decisión correcta, no me equivoqué... Sovieshu, eres muy noble.— Sovieshu deseaba poder besarlo en esos momentos pero una nueva llegada era anunciada.
—Su majestad, lord ángel ha llegado al palacio.
—haz que pase... Darién, debo atenderlo.
—lo sé... Te veré está noche— aquello último lo susurró, con una sonrisa Darién salió del lugar mientras que aquel hombre de cabellos blancos se adentraba.
—Su majestad... Es todo un honor— saludó Lord ángel
—El honor es todo mío... Lord Ángel
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Emperador I Love. Sovieshu (Boys Love)
FanfictionDarién ha sido prisionero de un pecado que no es suyo, de la sed de venganza de una mala persona; la vida le da la oportunidad de liberarse a través de un amor imposible a sus ojos. -idea original -los personajes no son creación mía, el único que me...