CAP 13

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Cuando llegamos al lugar pude ver que era un lugar de lujo, y Nail lo hacía notar también en él, él como venía vestido y el auto que portaba. Una pregunta abordo mi mente.

¿Quién hacía una fiesta en Lunes? Aunque bueno, ya habían iniciado las vacaciones.

Un auto pito sacándome de mis pensamientos.

El auto era casi tan deslumbrante como el de Nail, pero alguna razón no lo hacía destacar del todo. Claramente era un lugar de lujo, lo pude ver mientras Nail se estacionada. Todos los chicos portaban trajes de gala y las chicas usaban largos y cortos vestidos que lucían claramente elegantes y hacían destacar su bello cuerpo.

Nail y yo bajamos del auto. Se notaba tensó y no pudo salir nada de mi para que la tensión desapareciera. Caminamos en silencio hasta la entrada del lugar. El lugar en que se situaba parecía ser un yonke abandonado, pero un yonke de lujo, pues los carros en el interior no lucían exactamente baratos y a simple vista no se les veía gran daño, igual no era experta en el tema. Mis ojos pasaron de los autos a la decoración del lugar; había faroles claramente alterados situados en lugares estratégicos para que destilaran luces azules y doradas e iluminaran todo el lugar pero a su vez contrastaba tan bello con la oscura noche y con lo gran estrellada que se encontraba.

—Nail —la voz de un chico hizo que ambos voltearamos en aquella dirección.

Nail emprendió la caminata, había un pequeño grupo de personas ahí reunidos, delante de una mesa que tenía a espaldas una limusina con las puertas abiertas.

De esa puerta salió un rostro familiar.

Emma.

la chica de la feria.

La exnovia de Nail.

La que nos había invitado a esta fiesta.

Esta vez su cabello se encontraba completamente rubio y lacio.

La chica me dedicó una sonrisa al ver que la miraba con tanto detenimiento y ante aquello mi primer impulso fue desviar la mirada al chico que había llamado a Nail.

Era un chico robusto con un rostro tosco, muy opuesto a Nail, de piel clara y cabellos incluso más claros que los de Nail, la diferencia es que estos apenas crecían en su cabellera. Tendría que admitir que tampoco todos los rubios eran iguales.

Seguimos caminando a estar a unos dos metros de ellos.

—Matthew —saludo Nail dando otros pasos para quitar la distancia.

—Me alegro de que hayan venido, Nail. —habló Emma. Esta vez ya no me sonreía a mí, lo hacía a Nail y pude ver su perfecto porte.

La forma en que estaba de pie a centímetros de Nail la hacía lucir, su bajo tamaño era compensado por la seguridad que remarcaba en cada centímetro de ella. Llevaba un vestido del mismo color que él mió, que combinaba igualmente con él de Nail, pero el suyo era aún más largo y con más vuelo, sin contar que posiblemente valía unos de miles de dólares más que el mio.

—Emma —Nail le sonrió— Fue casi imposible convencerla.

Los ojos de la chica volvieron a los míos, otra vez conectando en el momento que me dedicaba a ver lo increíble que lucía, por la forma en que frunció el ceño supuse ella no lo miró de esa manera. Mis ojos se despegaron de su cuerpo, no diría que de voluntad propia, más bien su mirada me obligó a ello. Me dedico una mala mirada antes de que el supuesto "Matthew" colocará una mano en su hombro.

—¿Quién es tu acompañante? —habló el chico aún con su mano en la chica.

—No importa —dijo Emma caminando a la pequeña mesa a su lado, como restando importancia— Nail, siempre trae chicas.

La última y nos vamos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora