Cap. 27
Habían pasado ya algunas semanas desde lo ocurrido, la verdad era que aún seguíamos en Toronto más que nada por el hecho de que Nylon se encontraba en las condiciones de salir ni siquiera de su cama.El dia siguiente de lo ocurrido en el antro Nail no había querido pararse de la cama, cada vez se le veía más deprimido, no hablaba realmente con nadie y apenas y probaba alimento. Era frustrante el hecho de que nadie pudiera ayudarlo, su madre venía todos los días pero no iba más allá de la cocina. Nail no quería verla y ella no mostraba intenciones de forzar aquello.
Yo era a la única que Nail no corría del cuarto. Sin embargo, aquello no terminaba de hacerme mucha ilusión porque me dejaba como responsable de él, de su comida, bebida, de su estado y por más que quisiera ayudar no podría solo hacerlo yo sola.
Estar con él era exactamente como estar con un fantasma, ahí estaba. Pero no hablaba y las señales de vida eran nulas. Sus ojeras se habían multiplicado en un 100% incluso superando las mías, cuando probaba alimento muchas veces lo vomitaba. Me sentía frustrada y más que eso una inutil. No sabía cómo ayudarlo y cada vez dudaba más que pudiera hacerlo.
Agradcímentalmente que aquello solo había pasado por dos semanas y media. Me sentía mal por él, su estado y verlo hecho mierda y media me dolía y me enojaba. Llevaba dos días buenos pero todo pasó otra vez, la rutina de las dos semanas y no pude soportarlo.
—Nail, come —pedí acercando el plato a él. Me miró despectivamente que me hizo sentir horrible.
En ese momento supe que no podía más. Las imágenes del antiguo Nail me pegaron como un balde de agua fría por lo que cuando él apartó el plato me fue imposible no soltar algunas lágrimas.
—Por favor —pedí por enésima vez acercando nuevamente el plato hacia él— Llevas dos días sin comer. ¿Planeas morirte?
Era claro el hecho de que no medí mis palabras y estas salieron como un simple proyectil que impactó en el chico.
—Eso estaría bien —y por primera vez en un largo tiempo se pudo de pie, aunque estos no eran del todo firmes por el tiempo que había pasado ahí postrado.
—¿Enserio crees que esto es gracioso? —respingue mirando él como huía del cuarto. Abrió la puerta y lo jale de su sudadera—¡Que divertido, Nail!
Me dedico una mirada lastimera que me estrujo el corazón y aún más cuando en lugar de hablar camino a la cocina en busca de agua.
—Gracias por tu valiosa respuesta —protesté siguiéndolo.
—De nada.
—¿Sabes que? —hablé de mal humor— Me cansé.
Mis impulsos incorrectos me llevaron a arrebatarle el vaso de agua para lanzárselo en la cara.
—¿Qué te pasa? —exclamó molesto.
—¿Qué me pasa? ¡Oh, por fin te interesa el mundo exterior! ¿Enserio quieres saber lo que me pasa? Porque son muchas cosas. Muchas en tu ausencia.
—¡Estoy lidiando con la muerte de mi padre, por si no lo has notado! —él también explotó.
—¿Lidiar con la muerte de tu padre? —dijo yo siento irónica, podía ver en su cara como mi comentario no le gustó en absoluto— ¡Pues a mi no me lo parece! ¿Quieres que te diga lo que me parece a mi? ¡Pues te lo diré! ¡Estás consumiendote en tu propia soledad y desgracia, estás huyendo de todo. ¡Incluso de tu padre! Está bien los primeros días, incluso las primeras semanas pero ¡tu no quieres salir de ese agujero! ¡Esto no es lidiar con su muerte! ¡Lidiar con su muerte es intentar despegar tu estupido culo de esa estúpida cama y dedicarle tu estupido dia a tu increíble padre, Nail! Ahora mismo luces como mierda.
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La última y nos vamos
Teen FictionEn Estados Unidos los cuerpos basados en estereotipos siguen estando presentes. Naya ha vivido en una familia mexicana, rodeada de la gran variedad de cuerpos, el suyo jamás fue un problema para ella pero si para el resto que no tardan en hacer burl...