Ese dia no me había topado con Nail, solo me restaba mi última clase y él no había hecho aparición en ningún momento; a unos inicios del dia me sentía aliviada por ello pero luego llegó la incertidumbre. ¿Me había mentido? ¿Solo quiso tomarme el pelo?
No pensé mucho en el tema puesto que en mi panorama apareció la última maestra del día secundada de Max y su séquito. El chico pasó al lado de mí, dejó caer en mi persona una mirada despectiva y uno de sus amigos que iba del otro lado de la fila jalo de uno de mis cabellos.
—Hola, Gorda de mi corazón —rió un tercero.
—Silencio —fue lo único que pudo decir la maestra no sin después darme una mirada lastimera.
Era raro tener la cercanía de aquellos tres, por lo regular se sentaban en la última hilera si es que no faltaban a clases. Max estaba justo en el pupitre detrás mio, Alex estaba de mi lado derecho mientras que Jimin estaba del lado izquierdo. Quise no tomarle importancia pero cuando sentí como el más despreciable de ellos tomaba mi cabello por encima me fue inevitable no actuar por instinto y recorrer mi cabello lo más pegado a mi con ayuda de mi mano.
Mano que fue tomada por este mismo.
—¿Qué diablos quieres? —pregunté en un susurro.
—Jaeger, deja a tus compañeros trabajar —habló la maestra. Todos me miraron por un segundo, supuse que Max les había hecho una ceña porque quitaron la mirada algo mal encarados.
—¿Qué tienes con el niño rico? —preguntó Max. Esta vez ya había soltado mi mano.
—¿Niño rico?
—Con Carper, Idiota —dijo. Esta vez la maestra solo soltó una reprimenda en general.
—No se de que hablas —dije intentando seguir los apuntes de la pizarra.
—El chico con el que estabas ayer.
Nail.
—¿Qué?
—¿Que hacías con él? —dijo, su tono era molesto. Me gire a verlo.
—¿Qué diablos te importa?
—Me vale mierda —dicho eso pateó el pupitre que me pertenecía generando un no tan ligero estruendo que captó la atención de la maestra.
—Jaeger, le he llamado la atención la suficientes veces —volteó a verme molesta, giré los ojos— Como parece no tomar esta clase enserio le pediré que se retire. Tenga un buen fin de semana.
Tome mis cosas y las heche en mi bolso, no tarde mucho en aquella acción y de hecho no importaba porque la maestra me quito la vista para proseguir con su clase. Nadie más dijo nada, muchos eran así; no era la primera vez que me sacaban por las razones incorrectas. Las personas me miraban con lástima y unas con felicidad.
Que jodido mundo.
Me encontraba en el segundo piso donde se toma la clase de lingüística; la clase de la que me acaban de correr. Camine en dirección a las escaleras y espere unos segundos al borde estás para enviarle un mensaje a Sandra de que iría por mi parte. En el horario normal ella salía una hora después de que yo lo hiciera pero con este repentino cambio no me apetecía esperar dos horas. Ni siquiera tenía el humor .
Baje las escaleras, estas estaban desiertas; todos tomaban su clase.
Nadie había sido corrido de su clase por motivos inválidos.
Trataba de pensar mucho en esas cosas; en las injusticias que sufría por esto, por mi peso. En casa no tenía que preocuparme por ello, mientras tuviera una buena salud nadie diría nada. Pero en un pequeño pueblo a las afueras de New York no parecía ser así.
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La última y nos vamos
Teen FictionEn Estados Unidos los cuerpos basados en estereotipos siguen estando presentes. Naya ha vivido en una familia mexicana, rodeada de la gran variedad de cuerpos, el suyo jamás fue un problema para ella pero si para el resto que no tardan en hacer burl...