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El llanto de Jimin hizo que la pareja se despertara. No habían dado cuenta de que ya era realmente noche, Jimin ya debería de estar dormido. Se alegraron de escucharlo porque significaba que ellos  también podían ayudar a calmarlo dándole unos besitos, un baño, un masaje y contándole un cuento. Seokjin y Jungkook se besaron una vez más antes de levantarse y vestirse, ya después tomarán un baño. Lo primero era su bebé.

-¡Jiminnie!

Dijo Seokjin y lo levantó de su silla alta. Le dio muchos besitos y lo acomodó en su cadera.

-¿Por qué lloras, Mochi delicioso?
Le preguntó Jungkook y dejó un beso en su frente.

-Mami.

Y de inmediato buscaron a Taehyung por la cocina.

-Lo siento, chicos, no quise despertarlos.

Taehyung llegó apresurado acomodando su ropa. No les costó trabajo adivinar de dónde venía Taehyung.

-No hay problema, Tae, pero ¿por qué no lo hiciste?

Jungkook se acercó a su marido y lo besó. Taehyung sonrió le encantaba su nueva vida.

-Creí que estarían cansados.

-Jimin también es nuestra obligación, ahora deja de preocuparte y vamos a cenar.

Jimin ya no cenó, estaba fastidiado así que tuvieron que dormirlo primero si no querían quedar sordos por el llanto. Como no había manera en la que pudieran dormir en una cama, sin sentirse sofocados por el mínimo espacio, decidieron dormir en el cuarto se cine.

Esta vez Seokjin fue el encargado de medicar a Jimin y Taehyung de recostarse junto a él para prestar su pezón. Cenaron, se bañaron y durmieron. Para fortuna de ellos, Jimin no había notado la ausencia de Yoongi, pero mañana sería otro día.

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Por alguna razón, pareciera que todo estaba en su contra, Jimin había despertado llorando, no entendían por qué si en la noche había dormido realmente bien. El medicamento estaba surgiendo efecto y eso los calmó. Jimin no quiso desayunar y ahí se dieron cuenta de que su edad de cabeza había cambiado.

-Mami, quelo vel tele.

Sí, ahora Jimin era un lindo nene de tres añitos. Todo lindo, travieso y curioso.

-Primero el desayuno y luego ves televisión.

-No quielo, quielo vel tele.

Los labios de Jimin formaron un puchero y sus ojitos se aguaron. Taehyung no sabía qué decir, Jimin lo estaba sobornando con una carita triste que le era difícil resistirse. En ese momento, llegó Jungkook hablando por teléfono, se veía serio, Jimin se asustó. No quería que su papi Kookie se enojada con él por no desayunar.

Taehyung aprovechó para acercar  cucharadas de manzana con avena y Jimin las aceptaba sin quitar la vista de su papi.

-¡Traje el pollito con verduras!

Anunció Jin y Jimin pegó un brinco por el susto. Jungkook le hizo una seña de silencio y Jin se disculpó  de inmediato en un susurro. Para Jimin era extraño ver a su papi menor tan serio y callado, ninguno de sus papis y sus mamis era así.

-Come, mi vida.

Le dijo Jin y acercó la cuchara con carne y un poco de calabaza, Jimin hizo la cabeza hacia atrás, su manita se alzó para tomar la calabaza y Seokjin acercó más la cuchara.

-¡No quelo, no quelo!

Se quejó Jimin. Jungkook habló con voz grave por teléfono y, cuando terminó, cubrió la bocina.

-Jimin, come lo que mamis te dan y haz silencio, por favor, estoy en una llamada importante.

Jimin comenzó a llorar, su papi ya no lo quería por no comer el desayuno de mami y por ruidoso. A Jungkook no le quedó de otra más que ir a uno de los despachos a terminar con su llamada. Y es que el hecho de que Yoongi no esté en Seúl, le causaba estrés pues él debía de hacerse cargo de las empresas que ambos tenían. Lo que significaba: más trabajo para él.

-¡Papi se fue!

Decía Jimin entre llanto y Taehyung y Seokjin no sabían que hacer. Siempre que un papi se iba, venía el otro y está vez, no iba a pasar eso.

-Papi se fue, pero va a regresar cuando acabes con tu comida, pero debes terminar todo.

Le dijo Taehyung y Jimin  mágicamente abría su boquita cada vez que Seokjin le acercaba comida. Al terminar, Taehyung le dio un baso entrenador con jugo de uva pero Jimin, en vez de tomarlo, buscó a su papi.

-¡Papi, papi kookie!

Gritó más de tres veces y en ninguna, su papi Kookie, apareció.

-Mamis, no viene papi Kookie.

Seokjin y Taehyung se quedaron viendo.

-Está ocupado, Mochi, cuando se desocupe va a venir.

Jimin asintió y, por primera vez, le hizo caso a su jugo. En un momento, Jimin dejó de lado su baso entrenador y sus gritos se escucharon de nueva cuenta.

-¡PAPI, PAPI YOOOOOOONGIIIIIIIII!

Pero nadie apareció. El llanto se escuchó  y Seokjin se levantó para calmarlo.

-Tranquilo, mi amor, papi Yoongi ya se fue a trabajar. Pero… me encargó que viera una película junto a ti.

Jimin recargó su cabecita en el hombro de su mami y su dedito pulgar se abrió paso entre sus labios. Un poco más tranquilo, Taehyung puso una película en la televisión de la sala que llamó la atención de Jimin de inmediato.

Como era jueves, ese día debía de pasarlo con Yoongi, sin embargo, Seokjin se iba a hacer cargo del pequeño Jimin para no empeorar la situación. Después de que terminara la película, Seokjin llevó al nene al cuarto de juegos. A lo que Jimin jugaba con un par de animalitos de granja él se dedicó a arreglar un par de asuntos en su empresa.

Jimin caminaba de un lado al otro con mucha dificultad, sus piernitas estaban perdiendo fuerza de siempre andar en brazos de sus papis o de su abuelos. No quería que su mami se preocupara, así que siguió jugando como si nada pasara.

Se sostenía de un mueble con muchas gavetas para no caer cuando una de ellas le llamó la atención, tenía crayones, colores y plumones. La sonrisa de Jimin no podía ser más grande. Tomó lo que su puño soportaba y, para no caer, gateo por el lugar.

-Señor, tiene una llamada de su esposo.

Una mucama entró a la habitación y dejó la puerta abierta, Jimin  aprovechó la emoción de su mami para salir a divertirse un poco. Gateo por la planta alta y se metió a la habitación de su mami Tae, pero él no estaba así que fue en busca de su papi Kookie. Le había hablado, pero como la montaña no fue a él, él iría a la montaña.

Bajó las escaleras con mucho cuidado, siempre cuidando que su puño de colores, plumones y crayones  no se cayeran. Fue por el pasillo y todo parecía ir de maravilla, la puerta del despacho de su papi Yoongi estaba abierta. No perdió el tiempo, entró y le dejó un pequeño, bueno no tan pequeño, recordatorio de lo mucho que lo quería. Con mucho esfuerzo se subió a un par de sillones y pintó en ellos y en la pared que estaba cerca.

Salió y encontró la puerta del despacho de su papi kookie, era hora de darle una sorpresa a él. Jungkook estaba dentro, pero con lo ocupado que estaba ni siquiera notó la presencia de Jimin. Y el niño era tan silencioso que tampoco se dio a notar. Al final, como su papi estaba comenzando a alzar la voz, decidió que era mejor idea salir de ahí. Se fue y en el camino  fue agregando color a las paredes del pasillo, estaba a punto de llegar a iluminar la sala cuando Seokjin dio un grito que lo asustó.

-¡Mi bebé! ¿En dónde está mi bebé?

Un par de sirvientas subieron corriendo hacia el cuarto de juegos, los gritos fueron tan fuertes que Jungkook interrumpió su conferencia y salió a ver lo que sucedía.

Seokjin estaba hiperventilando cuando Jungkook llegó.

-¿Jinnie, qué pasa?

-¡Kookie, kookie, kookie! ¡Jimin, no está en la sala de juegos! ¡perdí a nuestro bebé por estar hablando por teléfono con Yoongi.

Los ojos de Jin parecían cascadas.

-Todos, busquen en la casa, los patios, no puede estar tan lejos.

Ordenó Jungkook y todos salieron corriendo. Jungkook llevaba a Jin por un té, estaban en los últimos escalones y fue hasta ese momento en el que lo escucharon.

-¡No, no, no! Mami, quelo mami.

Su manita nunca dejó el puño de sostener los colores. En esta vez, que volvió a gritar por su papi, Jungkook sí llegó y lo abrazó como tanto había querido. Seokjin se unió al abrazó y, cuando estaban todos calmados, decidió reprenderlo.

-¿Minnie, por qué saliste de la habitación de juegos? Te puedo haber pasado algo, pudiste lastimarte.

Jimin se acurrucó más entre los brazos de su papi, buscando esconderse de su mami.

-Jimin, no puedes bajar las escaleras solo.

El niño no sabía que decir, su mami y su papi estaban siendo malos con él, él sólo estaba jugando.

-Bueno, creo que lo importante es que lo encontramos y está bien. Es hora de que regrese al trabajo.

Jungkook trató de calmar el enojo de Jin.  Jimin lloraba en silencio y ambos lo sabían por el movimiento que hacía su cuerpo. Seokjin estaba por tomar a su bebé, pero Jimin se aferró a su papi.

-Bebé, papi debe trabajar. Ven conmigo, haremos lo que tu quieras, pero no vuelvas a separarte de mí o habrá un castigo.

A Jimin le encantó la idea de “hacer lo que él quisiera”

-¡Pinta, pinta!

Gritó y enseñó a su mami su manita con los colores.

-Está bien, vamos a pintar, mami tiene un cuaderno muy bonito para que pintes.
 
Jimin se dejó llevar y Jungkook pudo regresar a su despacho. Como estaba cansado de estar frente al escritorio, tomó su laptop y se acercó a los sillones, pero no esperaba ver semejante desastre.

Seokjin había mandado a pedir el cuaderno para colorear y el resto de crayones, plumones y colores que había en la gaveta, Jimin estaba emocionado, había descubierto que le encantaba pintar. Mientras lo hacía, Seokjin acercaba trozos de fruta a su boca y Jimin bailaba al saborear lo dulces que estaban.

Al estar en su little space, lo torpes que eran las manitas de Jimin lo hacían ver como verdaderos dibujos de niño. Seokjin se unió a él y ambos pintaban. Hasta que Jungkook gritó enojado.

-¡KIM JIMIN!

Jimin soltó una carcajada antes de bailar desesperado en su lugar.

-Mami, cole, cole.

Le dijo. Seokjin tardó en entender y para cuando llegó Jungkook, ya era tarde. Jungkook estaba rojo, estaba completamente molesto.


☆Mochi Compartido☆ ||BTS||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora