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Los hermanos Kim y Jungkook, estaban contentos de pasar un día agradable fuera de casa, por primera vez, Jimin hizo berrinche para no entrar. Comieron en el jardín y el pequeño no se dio tiempo de tomar su siesta. Estaba tan entretenido jugando que no se dio cuenta que ya eran las cuatro de la tarde.

-Príncipe, es hora de entrar.

Le avisó Seokjin, pero igual que hace unas horas, cuando lo querían llevar a comer, negó con la cabeza y se sostuvo fuerte de uno de los tubos que sostenían la casita que daba paso al tobogán.

-No, no, no.

-Deslízate una vez más y entramos a casa.

Jungkook concedió y Jimin se sentó a la orilla del tobogán, le mandó un par de besos a sus mamis y se deslizó. Su papi lo atrapó sin problemas, lo acomodó en sus brazos y, cuando estaban por caminar hacia la casa, el pequeño empezó a llorar.

-Una, mamis, una.

Taehyung le concedió el permiso y así estuvieron unas cinco veces más.

-Ya fue suficiente, debemos entrar, está haciendo frío y podemos enfermar.

A Jimin se le rompió el corazón, no quería entrar a la casa, pero tampoco quería enfermar porque significaba que podrían inyectarlo o le harían tomar ese feo jarabe. En contra de su voluntad, Jimin hizo señas de adiós a los juegos y lloró en la despedida. Taehyung lo cubrió con una manta y, de inmediato, su pulgar se abrió camino entre sus labios.

-Los juegos son tuyos, mi vida, no se van a ir a ningún lado. Cuando quieras puedes jugar ahí.

Taehyung intentó calmar el llanto de su bebé.

-Así es, mi amor, mañana en la tarde podemos regresar.

-Mañanita.

Replicó Jimin con dificultad por el intruso en su boca.

-No, en la mañanita iremos a comprar cojines ¿recuerdas? los que destrozaste.

-No, salir calle no.

-Sí, salir a la calle sí. Es parte de aprender la lección, se le llama "reparar el daño" esos cojines me encantaban, pasé mucho tiempo buscando algo que combinara con el sofá y tú no entendiste la lección de "no maltratar los muebles"

-Mami y papi lijelon, "no pintas" y yo no pinté.

Se defendió. Los mayores se dieron una reprendida mental por no aclarar ese punto. Jimin tenía razón, ellos habían dicho que no debía pintar los muebles ni las paredes, nunca dijo nada acerca del cuidado de los muebles. Los tres mayores se colocaron en cuclillas y a Jimin lo sentaron en el sofá.

-Escucha, corazón mío, no debes maltratar los muebles de la casa, eso quiere decir: que no debes de pintarlos, romperlos, rasgarlos, mancharlos, ni nada por el estilo, porque eso hace que la casa se vea fea ¿te gustaría vivir en un lugar feo? Con los muebles rayados, la pintura maltratada, con un sillón con grasa, comida por todos lados, basura, como en...

Seokjin en verdad no quería terminar la frase, no quería que Jimin recordara esos viejos tiempos en los que vivía en la calle, en lugares poco habitables y condiciones de extrema pobreza. Porque sería darle un golpe duro, recordar algo por lo que están luchando en eliminar de su memoria. Recordar el pasado podría ser algo contradictorio, podía ser de ayuda o simplemente hundirlo en depresión.

-Como en la calle, vivir como antes.

Dijo con un aire desolado. Sus ojitos se llenaron de lágrimas, ya no era el Jimin chiquito, el bebé que solía hacer berrinches las mismas veces que respiraba, era el joven que buscaba un refugio, los brazos de su familia, su lugar seguro.

☆Mochi Compartido☆ ||BTS||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora