118 Final

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Todos ya estaban dentro de sus respectivos autos, Jimin iba con sus papis, en brazos de su mami Seokjin, tomando titi, como debía ser. Nadie comprendía lo que había sucedido, sí, habían dicho un par de cosas, pero parecían comentario sueltos, que sin un contexto se podrían malinterpretar. De cualquier forma, los papis y mamis necesitaban una explicación. Sin embargo, era difícil para ellos hablar sobre el tema sin sacar sus celos de padres a flote. En un semáforo en rojo, Jimin se terminó de acomodar entre los brazos de su mami, ya listo para dormir. El día había sido muy largo, el pequeño estaba cansado y podía jurar que tenía dolor de cabeza. Sus piecitos estaban extendidos en el regazo de su papi Yoongi, se movían de vez en cuando al igual que sus manitas buscaban algo con qué jugar.

-¿Bebé, cómo es que conociste a la juez Yoon?

Inició Jungkook, Taehyung apoyó a su esposo con un "Sí ¿cómo la consiste?" y Jimin se rio con dificultad por estar tomando titi, un pequeño chorrito de leche se escurrió por la comisura de sus labios hasta su mentón y estuvo a punto de perderse por su cuello, pero Yoongi llegó alcanzó a limpiarlo a tiempo con una toallita húmeda.

-Ella... ella era policía en Busan.

Se dio un tiempo para tomar su titi, sus ojitos pestañearon por el sueño. Separó su boquita de su titi para bostezar y volvió a pegarse al pecho de su mami. Eso alertó a los papis, pues no querían que se durmiera sin antes aclarar sus dudas.

-¡Ahh! ¿Y se hicieron amigos así...?

-No, creo que fue después de la tercera vez que me regresó a casa, con mi madre. Como se dio cuenta de que me golpeaba, hizo lo posible por ya no devolverme. Me llevaba comida, cobijas ¡ella fue quien me compró mi primer par de zapatos! Los usé hasta que se terminaron, no me importaba que mis deditos no pudieran estirarse o que me lastimaran, yo los amaba –Jimin tragó, esperaba que con eso el nudo en su garganta se fuera, pero no pudo hacer nada por sus lágrimas-. Me dolió mucho dejarlos –sonrió al recordar a un Jimin pequeño tolerando el dolor infernal de las heridas de sus pies y sorbió su naricita-. Me dio una chamarra grande, porque me dijo que quería que me durara mucho, pues no sabía si después tendría el dinero suficiente para comprarme otra, me fue de mucha ayuda, pues después de ese regalo mi madre me llevó hasta Seúl y me abandonó –Un dolor en su pecho hizo que su voz flaqueara, le dolía recordarse de pequeño, porque todo en su infancia se trató de abandono, golpes, groserías por parte de otras personas, muecas de asco, caras de fastidio. Toda su infancia fue miserable. Cuando otros niños festejaban por regalos de cumpleaños, juguetes, salidas familiares, juegos con amigos... él, él solo se conformaba con una chamarra de segunda mano del triple de su tamaño y unos tenis que se esmeró por cuidar-. Ella siempre llegaba a los lugares en lo que mi madre me dejaba, me llevaba comida, muchas veces yo me escondía, no me gusta la lástima de las personas aunque sabía que era difícil para la gente verme y no sentirla en seguida –Sorbió una vez más y con su manita intentó limpiar sus lágrimas-. Ella me enseñó muchas cosas, me aclaró que el que mi madre no me quisiera no era culpa mía, que esa vida miserable no era lo que merecía y que debía de aferrarme a mi felicidad cuando lograra encontrarla.

Los padres lloraban junto a su hijo. No era fácil para ellos escuchar sus malas experiencias, Jimin tampoco solía hablar de su pasado, se enfrascaba en seguir, sin mirar atrás y perdonaba.

-Eres nuestro tesoro más valioso y... si tuviéramos otra oportunidad de vivir esta vida, haría todo lo posible por recordar que debo buscarte, de que alguien en algún lugar del país me espera para recibir todo mi amor.

Le dijo Yoongi, mientras le acariciaba la pierna.

-Ya no hay más que hacer.

☆Mochi Compartido☆ ||BTS||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora