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La habitación estaba en penumbra gracias al grosor de las cortinas de la habitación. En ella, lo único que lograba escucharse era la respiración de Jimin. Los cuatro padres tuvieron que salir de improvisto, por un momento habían pensado en llevar con ellos a Jimin pero plantearon una nueva solución cuando recordaron la situación de su bebé. Para fortuna de ellos, sus padres estaban en casa, aunque eso realmente no les daba total tranquilidad, Jimin aún les temía, pero sabían que iba a estar mejor adentro, en casa con sus padres que afuera. Seokjin y Taehyung se encargaron de dar las instrucciones, qué sí y que no hacer con él. Ya se habían despedido de él y debían darse prisa si no querían que Jimin despertara y los viera marcharse. Sería una despedida muy fea.

-Vayan, vayan, no le va a pasar nada.

-Suegra, por favor, cuídelo e intente que no llore mucho porque se le dificulta dormir en la noche.

-Ya, ya, Jinnie, lo estás dejando en buenas manos ¿acaso olvidas de quién vino Yoongi?

Intentó reprender la señora Min y Jin no pudo evitar sonrojarse por ello. Por obligación los cuatro tuvieron que despedirse de sus padres y una última vez de su bebito. Tomaron sus cosas y salieron de casa. Tan luego la puerta principal fue cerrada, la señora Kim tomó sus cosas y se dirigió a la puerta de la casa.

-¿A dónde vas, Jisoo?

Sungoh siguió a su esposa en busca de una respuesta.

-¿No te das una idea? Me voy, tú juega con tus hijos, yo regresaré a hacer mi trabajo.

-Jisoo, esto no es un juego. De ser así yo he estado jugando contigo a la casita desde hace muchos años.

Jisoo abrió la boca de manera ofendida y estuvo a punto de abofetear a su esposo.

-Estás haciendo lo mismo que nuestros padres hicieron. Le estás dando la espalda a tus hijos.

Jisoo se quedó petrificada ante la acusación de su esposo, sus maletas quedaron de la lado por un momento, su cuerpo no respondió cuando ella quiso moverse y marcharse de ese lugar, se quedó ahí, esperando que su esposo regresara y le dijera que sus palabras no eran verdad, pero el escuchar el llanto del niño le hizo regresar en sí.

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-No llores, bebé, no llores.

Chaerin intentaba calmar el llanto de Jimin, lo arrulló por toda la habitación, Jihoon le mostró muchos juguetes hasta que encontró uno con forma de pollito que Jimin quiso quedarse, se calmó mordisqueando la alita del peluche y de vez en cuando se escuchaban sonidos parecidos a cuando Jimin tomaba el biberón.

-Tiene hambre, le voy a dar un baño.

La señora Min se dirigió al baño de la habitación, su esposo la acompañó con un par de juguetes más y los señores Jeon bajaron a preparar el desayuno. Yein preparaba un omelet con jamón y queso junto a un salteado de espárragos y champiñones.

-Hiro... ¿no estás emocionado?

-Lo estoy, querida, pero me preocupa mucho cómo va a ser la despedida. Sabes que tenemos que regresar a Japón.

-¿Y si nos...?

-No podemos quedarnos, tenemos trabajo allá, nuestra vida está allá.

-Pero nuestro hijo está aquí.

-Lo sé, pero él está haciendo su vida, nació y creció allá, pero ahora el pertenece aquí. Vendremos a visitarlos y ellos nos visitarán.

Consoló el señor Jeon a su esposa. La presencia de los señores Min fue escuchada debido al llanto del niño, el señor Kim se unió a ellos acomodando la mesa para el desayuno. Jimin tenía los ojos rojos al igual que su naricita, los sollozos eran más tenues y su cuerpo se movía por los suspiros que dejó el llanto. En sus manitas tenía el pollito y su boquita estaba ocupada por un chupete adorable.

☆Mochi Compartido☆ ||BTS||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora