El fin de la humanidad llegó cuando menos nos lo esperábamos, los muertos revivan y buscaban carne de gente con pulso para satisfacer su hambre. Sólo bastaba con un pequeño suspiro para llamar su atención y era imposible moverse sin morir en el intento.
Apenas había acabado mis vacaciones que tomé por voluntad propia de la vida escolar, ese año había decidido continuar con mis estudios tras un año sabático. Por mi mente no cruzaba la idea de que ahora lo que tendría que estudiar serían las armas y el como usarlas para sobrevivir.
- Alexandra! Hija mía corre! - gritó mi madre mientras buscaba provisiones en alguna casa de nuestro vecindario, que por cierto, ya fue derribado por los caminantes.
Estaba desesperada, nada funcionaba, solo comida de perro y unos cuantos periódicos de hace meses ¿quien diablos guarda eso?. De pronto todo se detuvo al haber escuchado el desgarrador grito de mi hermano menor, Austin.
Corrí de prisa y vi la escena más horrenda, mi hermanito estaba siendo atacado y rasguñado por los causantes de este apocalipsis.
- Austin! - intenté alcanzarlo pero el abrazo de mi madre me detuvo, me detenía mientras mi padre le disparaba con exactitud en la cabeza a la plaga que estaba matando a su hijo menor. - Suéltame!
Los sollozos de mi padre se escuchaban, no había movimiento alguno para indicarme que él estuviera vivo, me acerqué lentamente con mi mamá para observar como el estomago de Austin estaba abierto mostrando sus órganos. Mi pequeño hermano agonizaba, tenía miedo y dolor, me arrodillé para acariciarle su cabeza mientras mi papá le apuntaba a su cabeza.
- ¿iré al cielo? - preguntó entre respiraciones débiles. - ¿dios me amará?
Inhalé profundo para evitar llorar frente al infante, sabía que no sería justo el que la última imagen de su vida sería una de dolor y tristeza.
- Él te amará como nosotros lo hicimos, Austin. - sonreí y comencé a cantar la canción que le gustaba "Hijo de la Luna" a la par que agarraba su pequeña mano y sentir su calidez una última vez.
Miré a mi papá y con su alma destrozada le disparó.
Ahí, es donde me di cuenta que esta situación me haría perder a los que más amo en mi vida, incluyendo a mis padres. Ya no tenía esperanza en una cura, ya no creía en Dios, puede que él haya ocasionado el final de sus hijos. Si tanto decía amarnos, ¿por qué trajo esta desgracia a nosotros? Es un hipócrita.
Dos días después.
Estaba empapada, agua corría por mi cabello y prendas de ropa, lo que temía se hizo realidad. Quedarme sola en este mundo apocalíptico era mi más grande miedo. Y heme aquí ahora.
Mis padres tomaron la asombrosa decisión de matarse, de una manera que jamás me iba a imaginar. Nos subimos a un auto que aún servía y mi papá condujo de una manera alocada y terrorífica, tanto él como mi madre se miraron cómplices, sujetaron sus manos y...
- Mamá, papá. ¿Que sucede? - pregunté viendo que nos dirigíamos al lago, no hubo respuesta. - ¡oigan deténganse! ¡No quiero morir, basta!
El auto cayó al lago, yo trataba de desabrocharme mientras que mis padres rezaban por sus almas. Intenté desatar a mi mamá pero ella me detuvo.
- sin tu hermano ya no hay vida, mi amor. - pronunció.
- ¿y que hay de mi? Dime, ¿qué rayos sucederá conmigo? - alcé mi voz demostrando mi miedo.
- sé que podrás tu sola, Alexa. Eres fuerte igual que Austin. - negué con mi cabeza y salí del auto que ya estaba a la mitad dentro del agua.
Me quedé flotando hasta ver el auto completamente sumergido en la profundidad del lago. Lloré a más no poder. Me había quedado sola, sin Austin, sin mis padres y sin provisiones.
Tendría que hurgar en casas ajenas para no morir de hambre. Nadé hasta tierra firme y de ahí comencé a caminar por donde quisiera.
Agarré un fierro que estaba en el suelo y esa fue mi única arma para defenderme. Mi padre se llevó su pistola hasta la muerte.
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Scary Love | Daryl Dixon
FanfictionAlexandra Henderson una chica de 23 años se encontraba sola durante la misteriosa infección que derrumbó al mundo entero, había perdido a su familia tras decidir no continuar con vida durante el fin del la humanidad. Aunque ella decidió vivir. Vaya...