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•CELOSA•


ASHLEY

—Llamaré un taxi.

—¿Te importa si caminamos un poco? —le pregunto al pelirrojo.

—No, está bien —empezamos a caminar sobre la acera—. Sé que no es mi asunto, solo quiero pedirte que no seas tan cruel con Dean, él solo busca cuidarte, apenas nos conoces, de hecho me sorprende que hayas aceptado que te acompañe, solo dale la oportunidad para conocerse.

—Sam... es que estoy harta de que las personas quieran manejar mi vida como si fuera una niña pequeña, no lo soy, Dean y Allen me pidieron lo mismo, uno no quiere que esté cerca del otro, no puedo permitirlo.

—Y tienes razón, Dean no lo hace con mala intención, él es tan bueno que acepta los malos tratos de las personas hacia él, por eso la gárgola de Amanda se burla de Dean, dale una oportunidad, solo es tonto y no sabe cómo manejar su vida pero sé que en el fondo es un buen hombre.

Sonrío, Sam me inspira confianza y honestidad, el hecho de que diga que es un buen hombre, hace que empiece a alejar mis barreras. Pero mi sonrisa se evapora con el recuerdo de Eric.

—No puedo... —digo con tristeza.

—¿Por qué?

—Porque no puedo confiar de nuevo, ya lo he hecho más de una vez y no me fué bien.

—¿Por qué no luchar el uno por el otro?

—¿Por qué lo haría? Él no me ama ni yo tampoco a él, además, no quiero arrastrarlo conmigo, con mis problemas, también quiero lo mejor para mí, quiero liberarme de todo el dolor que está en mi pecho, no es fácil hacerlo.

—¿Tan malo fué?

—Y mucho —hablo con voz baja.

—¿Qué fue lo que te hizo dejarlo definitivamente?

Me observa. Hago una mueca, recordar absolutamente todo, duele mucho, más de lo que pude haber imaginado.

—Hay cosas que me avergüenzan, como descubrir que no solo me engañaba con mi hermana sino también con mi madre, otra razón es la muerte.

—Oh, ahora entiendo por qué no te llevas bien con ellas. ¿Qué quieres decir con la muerte?

Aprieto los labios con tristeza y lo miro, casi lloro pero logro contenerme.

—Demasiadas confesiones por hoy, talvez después te diga qué quiere decir eso pero debes prometerme que no le dirás todo esto a Dean.

Continúo caminando despacio y con la vista al frente.

—Mi segundo nombre es comunicativo, sin embargo, sé guardar los secretos importantes, así que no te preocupes, no le diré —afirma, aprieta mi hombro con delicadeza.

Le sonrío.

—Gracias, Sam.

—Antes creía que eras una chica fuerte, ahora tengo la certeza de que eres fuerte.

Media hora más tarde, el taxi para frente a la casa de Sergio, ambos bajamos de él.

—Espere un momento señor... —ordena Sam al conductor.

Saco de mi bolso dinero para pagar el taxi porque yo lo he traído hasta aquí.

—Toma, paga —le tiendo el dinero a Sam.

Niega con la cabeza.

—Oh! No, no te preocupes —extiende su mano para apartar la mía—, haré que Dean lo pague, ese tonto arruinó la cena.

INOLVIDABLE  I (Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora