INOLVIDABLE I (Completo)

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•PERDÓN•

ASHLEY

Me pongo a hacer las tareas que Eme me dio, hago inventarios de telas, tomo medidas, ordeno, ella me pide que le lleve medidas y subo hasta su oficina, la verdad es que nunca me molesto en llamar primero, reviso que sean correctas por última vez mientras abro la puerta.

—Mami, aquí están las medidas, ya revisé que estuvieran bien...

—Yo no te he podido nada Dominik —me interrumpe Dayana sentada frente a Emeraude y no viene sola, está acompañada de Sabina y Alejandro.

—¿Qué hacen aquí? —pregunto intentando controlar mi coraje.

Sabina se levanta y me toma por sorpresa cuando me abraza con fuerza y empieza a sollozar.

—Perdóname —su pecho se mueve descontrolado por el llanto—, perdóname por ser una mala hermana, no te mereces nada de lo que te hice...

La separo de mí, no le creo sus disculpas, mi mirada baja a su vientre que ya es notable, las ganas de llorar me invaden, ella se da cuenta.

—Lo siento mucho... no sabía todo lo que estabas pasando y yo solo pensé en mí.

—Los dejaré a solas —dice Emeraude antes de abandonar la oficina.

Me siento en el lugar de Eme, los observo.

—¿Qué quieren? ¿Por qué están aquí?

—Dom... sabemos lo que hiciste —comienza Alejandro, instintivamente me cubro la cicatriz de mi muñeca con la manga de mi chaqueta—, no sabes lo duro que nos ha golpeado saberlo, especialmente por lo mal que te hemos tratado.

—Queremos arreglar las cosas contigo... —secunda Sabina, Dayana solo está estática mirándome.

Tengo ganas de abrazar a Dayana porque es mi madre después de todo pero no puedo dejarlos entrar de nuevo, aún me duele todo lo que pasé con ellos, aún está ese rencor.

—No tengo nada que hablar con ustedes, quiero que se vayan.

—Sabemos que estás mejor aquí, con Sergio y su familia, no quiero quitarte eso, he sido un monstruo contigo y no hay justificación pero quiero que sepas mis razones, para eso vine.

—No me importan tus razones o las de ellos, solo quiero que me dejen en paz, ya no los necesito, váyanse ahora mismo —les ordeno comenzando a perder la paciencia.

Mi hermana intenta tomar mi mano y la aparto.

—Danos una oportunidad es todo lo que pedimos —pide Sabina, por un momento siento como si devolviéramos el tiempo, a cuando ella y yo éramos unidas pero ya no más.

—¡Lárguense! ¡Ahora! —les grito.

Alejandro y Sabina se levantan sin decir nada más, salen del lugar, Dayana se queda ahí, hasta que se quiebra, nunca lo había hecho frente a mí, verla llorar es más que sorprendente, Dayana Bree es símbolo de poder, egoísmo, antipatía y sobre todo frialdad, se limpia las lágrimas.

—Solo quiero que sepas que de verdad quiero arreglar mis errores y que te esperaré siempre hasta que estés lista para darme la oportunidad de explicar todo, lo que sea que necesites pídemelo, ya que no puedo devolver el tiempo para arreglar todo. Por si cambias de opinión, estaré aquí hasta la próxima semana.

Se levanta y sale de la oficina, me acerco a la ventana que abarca toda una pared, no sé porqué quieren enmendar sus errores, no sé cuál es su verdadera intención, Dayana no hace las cosas porque sí.