Recuperar

5.2K 301 32
                                    

Cuando Stolas se dio cuenta que Blitzo tomó su grimorio se sintió confundido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando Stolas se dio cuenta que Blitzo tomó su grimorio se sintió confundido. Si la verdadera razón de Blitzo había sido robarle ¿Por qué no se había ido? Porque hubo un momento en donde Blitzo fácilmente pudo haber tomado el grimorio y dejar a Stolas ahí. Pero él no lo hizo ¿Acaso lo que había ocurrido entre ellos fue solo un acto de compasión lamentable? ¿Blitzo había tenido lástima por él? ¿Tan patética era su vida que había logrado que alguien como Blitzo se compadeciera por él?

Pero...

Pero no parecía algo que Blitzo haría. Toda una noche y parte de la mañana entregados a una oscura entrega, no parecía algo que Blitzo decidiría hacer sin realmente desearlo. Él no actuaba como alguien dispuesto a perder su tiempo cuando en cualquier momento podría irse con lo que realmente quería.

¿Blitzo había cambiado de opinión? Eso parecía más probable. Tal vez había irrumpido en su habitación por el grimorio y en algún punto, entre la seducción y la pasión, él había disfrutado lo que había pasado entre ellos. Si no, en lugar de haber crecido en un circo, Blitzo debió ser actor. Porque parecía real la forma en que él lo había mirado, la manera en que su cuerpo se había arqueado bajo su tacto y cómo había arrancado susurros desesperados de él mientras sucumbían al placer. Si eso había sido una actuación, significaba que Blitzo era uno de los demonios más peligrosos que Stolas hubiese conocido. No porque se tratase de alguien con poderes incalculables sino por sus habilidades mentales para engañar.

— ¿Alteza?

Stolas abandonó sus pensamientos, agradeciendo que existiera una distracción para el círculo vicioso y destructivo en el que se había convertido su mente los últimos días. Él levantó su cabeza y sintió un peso en su vientre al encontrar, por segunda vez, a Blitzo escoltado por su servicio de seguridad. Pero esta vez Blitzo no lo miraba a los ojos, sus hombros estaban caídos y parecía querer estar en cualquier lugar menos ahí.

— ¿Mi grimorio? —Stolas preguntó con voz firme.

— Aquí, su alteza. —El jefe de seguridad se acercó y depositó el objeto culpable de sus recientes incertidumbres y uno de los mejores momentos de su vida sobre la mesa.

— Déjenos.

— Pero—

— Es una orden. —Stolas miró a los otros demonios y enmarcó una ceja— Pueden vigilar el perímetro para confirmar que él no vuelva a escapar con algo valioso.

— Por supuesto, su alteza.

Stolas esperó a quedarse a solas con Blitzo, quien se cruzó de brazos y se movió más cerca a la puerta. Cuando esta se cerró, Blitzo levantó su cabeza y lo miró fijamente, sus ojos guardando un profundo resentimiento que escondía miles de cosas.

— Mira, si vas a matarme solo hazlo.

Stolas ladeó la cabeza hacia un lado, muy confundido. Él no había esperado que esas fueran las primeras palabras que escuchase. Curiosamente, la boca de Blitzo se relajó cuando lo miró. Stolas ladeó su cabeza hacia el otro lado, más confundido aún y oyó a Blitzo reír.

Caer Rápido ¦o¦ Caer FuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora