Fiesta

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Blitzo era lindo cuando se mostraba tan preocupado por él y fingía que tampoco estaba nervioso. La apertura exclusiva del club iba a ser con un grupo selecto de invitados que Lily había compartido con Stolas para que él estuviese cómodo. Blitzo le había repetido incontables ocasiones las reglas del club, haciendo que Stolas las recitara como si estuviese preparándose para un examen ¿Quién lo diría? Blitzo si tenía habilidades de educador cuando se lo proponía.

«Somos pareja. Pero también soy tu Dom, tú bienestar es mi responsabilidad»

Stolas había intentado ocultar su sonrojo de cualquier forma concebible al oír a Blitzo hablar así. En el pasado ni siquiera se había dado el lujo de pensar en Blitzo como su Dom. Había sido fácil aceptar la idea de «su imp» porque se sentía secretamente bien, como si de todos los seres de todas las realidades, Stolas le perteneciera a Blitzo. Era mágico. Pero oír a Blitzo llamándolos pareja, acreditándose el título de Dom, había hecho todo tan real que le dio un significado mucho más especial a la fiesta en el club.

No habría ningún evento de carácter sexual, pero si un itinerario de algunas actividades BDSM que Stolas estaba ansioso de ver. El club estaba localizado en Codicia, luciendo elegante. Un lago artificial rodeaba el club y góndolas de varios tamaños ayudaban a llegar a los visitantes. Gracias a sus charlas con Lily, Stolas sabía que suministros, camiones y carga pesada entraban por un túnel subterráneo que no arruinaba la estética exterior. Era romántico de la forma en que Ozzie's no podría compararse. El edifico era color terracota con arcos blancos por todos lados y balcones amplios en el segundo piso, bastante veraniego en realidad. Cualquiera creería que era una de las residencias de verano en Envidia. Stolas había dispuesto para Lily algunos hechiceros de confianza para las protecciones del lugar y él había aportado con su propio arsenal porque ¿Si él era sincero? Stolas estaba entusiasmado con la idea de tener una cita ahí. Blitzo había sido tan cuidadoso con todo eso, seguramente queriendo evitar cualquier malentendido como en Ozzie's y Stolas se sentía bien al imaginar un lugar fuera de su dormitorio, sus novelas favorita o videos para adultos, donde sus gustos fuesen aceptados.

Blitzo le había asegurado que podía vestir como él deseara y no tomase nota de ningún cliché de BDSM que él hubiese leído. Era un club, iban a ir a divertirse y no debía preocuparse demasiado. Blitzo había tomado la ruta más simple, pantalones negros, una camiseta con un escote que mostraba su clavícula y estaba llena de agujeros como si apenas pudiese sostenerse en su lugar y su chaqueta negra. Stolas había decidido tomar el consejo de su pareja, vistiendo una camisa como el cielo estrellado en verano y unos pantalones de vestir bastante cómodos. El único cambio que Blitzo hizo fue recoger las mangas en la camisa de Stolas, como lo hizo con las suyas. Y en el segundo en que estuvieron en la góndola, Stolas entendió por qué.

El imp encargado de llevarlos al club extendió a Blitzo dos cajas con múltiples pulseras de cuero, donde el broche era una hebilla. Stolas miró con anticipación mientras Blitzo sonreía con reconocimiento, recordándole que su imp sabía de esos temas y él estaba en buenas manos.

— Mano derecha. —Blitzo ordenó con voz ronca, congelándolo en su lugar.

Stolas cumplió y se sintió seguro al ver lo fácil que era para Blitzo deslizarse en su rol de Dom. Eran pequeños cambios, como su postura y la forma en que actuaba con una seriedad casi cruel. Pero sus acciones eran mucho más reafirmantes, como la manera en que Blitzo acariciaba su muñeca con una sonrisa complaciente.

Lily había enviado a sus invitados el código de colores que se usaría en su establecimiento, al igual que símbolos para mantener una consensuada y clara comunicación. Blitzo le había dicho que era común ese tipo de códigos internos porque garantizaban un grado de exclusividad y lenguaje privado.

Caer Rápido ¦o¦ Caer FuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora