Caer Rápido ¦o¦ Caer Fuerte

Vacación

Blitzo no pudo encontrar a Striker. Maldita sea ¡Ellos eran mejor que esto! Su equipo y él habían avanzado un largo camino y estaban en mejor sincronía que nunca ¿Cómo era posible que fallaran de forma tan de primerizos? Millie incapacitada, Loona con terrible sincronización, Moxxie siendo noqueado y él llegando demasiado tarde.

Él se refugió atrás de uno de los edificios de la plaza, intentando recuperar su aliento. Para ese entonces Striker debía estar demasiado lejos.

— ¿Blitzy...?

Él cerró los ojos y levantó su mano para hacer que Stolas callara ¿Cómo lo había encontrado? Eso era un misterio. Pero era el peor momento en donde el príncipe podía aparecer para recordarle que si Blitzo hubiese tardado un segundo más en encontrar a Millie y dirigirse a salvar a Moxxie, Stolas estaría muerto en ese momento.

¿Qué tipo de vacaciones eran esas?

Blitzo respiró hondo, su lengua se frotó contra sus dientes, por sobre su paladar y él se forzó a relajar su mandíbula.

— Tanto para sentirte seguro en este festival ¿No? —Él gruñó y encaró al príncipe, contándole absolutamente todo.

El cómo había visto a Striker actuar sospechoso, volviendo de la parte trasera del granero y cuando él siguió las manchas de sangre, se encontró con Millie, luchando por soltarse de una trampa para osos, pero más desesperada por Moxxie. Blitzo la ayudó, sintiendo sus oídos zumbar y correr de regreso a la casa solo para encontrarse a Striker apuntando un arma bendecida directamente a Stolas. Él tuvo que detenerse, sobrellevado de frustración ante el simple recuerdo. Blitzo se encontró enterrando su rostro en sus manos, moviéndose de un lado a otro, repasando la fría ira que sintió en ese momento, sabiendo que debía actuar con cuidado. Luego la realización de que Striker lo deseaba y al parecer esa era la única razón por la cual Millie y Moxxie seguían con vida.

— Una vez más, mi habilidad más grande es mi atractivo sexual. —Él escupió en voz alta, mirando el cielo de un color tan distintivo sobre ellos.

Todo había salido mal. Ese bastardo de Striker hizo que él casi disparase a Moxxie. Blitzo perdió lo que le quedaba de compostura en ese momento y estuvo muy dispuesto en romper cada miembro y órgano de Stiker en ese segundo. Pero perdieron.

Un equipo de asesinos profesionales contra un mercenario. Y perdieron.

Blitzo se apoyó contra la pared y se deslizó hasta el suelo para sentarse. Él necesitaba recomponerse y volver con su equipo, lleno de bromas de doble sentido y actitud ligera para mantener la moral del grupo en alto. Si Blitzo dejaba ver que en verdad ellos pudieron morir, él sabía que el resto se desmoronaría.

— Lo peor de todo es que yo también fui engañado. No puedo darme el lujo de ser distraído por gente carismática. —Blitzo atravesó con su mirada a Stolas, quien estaba jugando con sus manos, tan alto como un pilar, sin saber qué hacer realmente con su vida— Yo soy el jefe, yo tomo los riesgos y yo asumo los peligros. No puedo cegarme por gente increíble que podría fácilmente destruir a mi equipo o arruinar sus vidas...

Eso último lo escupió, porque ya no sabía si hablaba de Striker o de Stolas. Pero eso hizo reaccionar al príncipe, porque él se retiró su capa y la puso sobre el suelo, arrodillándose frente Blitzo y extendiendo sus manos para tomar las suyas. Él se lo permitió ¿Qué más daba? En otras circunstancias Stolas estaría muerto. Blitzo estaría muerto. En otra realidad Millie pudo morir desangrada por esa trampa para. En otro mundo Striker hubiese logrado que Blitzo disparase a Moxxie.

En otra realidad...

Tantas cosas serían diferentes.

¿Qué importaba que Stolas tomase sus manos?