Blitzo se estiró perezosamente, sintiendo su cuerpo completamente relajado. En verdad debía parar con eso de quedarse dormido en la cama de Stolas. Nunca había tenido ese problema con otros amantes. Maldita sea, ni siquiera con Verosika y habían sido pareja. Blitzo tomó la decisión ejecutiva de culpar a lo suave que era la cama de Stolas. Pero tenía que ir a trabajar o Moxxie bombardearía su celular y él no estaba de humor para eso. Blitzo se sentó en la cama y se estiró para quitarse los rastros de pereza. Él miró sobre su hombro y encontró a Stolas profundamente dormido, acurrucado en la almohada que Blitzo había estado usando y con la sábana perfectamente cubriendo su cuerpo, hasta sus hombros. Casi era una invitación a volver, pero él debía recoger a sus empleados para ir a trabajar.
Tal vez podrían ir a esa nueva cafetería y pedir algo ahí.
Él estiró su mano hacia la mesa de noche y sintió una punzada de pánico al no ver su gargantilla. Blitzo miró a su alrededor, diciéndose que debía seguir ahí y notó en el suelo la capa de Stolas, la cual él había lanzado al suelo cuando desvistió al príncipe. Pero debajo de esta, Blitzo pudo notar el broche de su gargantilla. Él respiró aliviado y saltó de la cama, casi tropezándose con la estúpida capa antes de quitarla del camino y recoger su collar.
— No.... Nononoono....
Blitzo notó que el medallón rojo tenía un raspón. Él acarició la forma de calavera y pudo sentir el raspón.
— ¡Maldita sea! —Blitzo gritó, encogiéndose sobre el collar.
Él había tenido tanto cuidado. Siempre se lo sacaba cuando practicaba alguna cosa osada. Solo lo usaba para la buena suerte, como en su trabajo porque tenía la infantil idea de que llevarlo lo protegería. Y si no lo hacía ¿Qué importaba? Si se dañaba durante una misión debía significaba que Blitzo estaba muerto. También lo solía usar en citas, como decoración de su cinturón. Era algo preciado que usaba con orgullo.
Y ahora estaba arruinado...
— ¿Blitzy...?
La presencia de Stolas atrás de él lo hizo levantar su mano para detenerlo.
— No ahora. —Él ordenó y contuvo el deseo de gritar, de maldecirse y llorar— No ahora.
— Pero—
— ¡Dije que no ahora! —Blitzo gritó, regresándolo a ver ¿Por qué Stolas no podía tener un poco de respeto a cuando él le decía que «No»?— Tú no... ¡Maldita sea! ¿Por qué tu capa tuvo que botarlo? ¿Por qué no usas una alfombra aquí?
Blitzo sabía que sonaba absurdo, saltando de idea en idea, enfureciéndose por cosas que solo tenían sentido en su mente. Pero ¿Cómo pudo ser tan descuidado? Ni siquiera entendía cómo se había dañado el medallón ¿Había sido algo en la capa de Stolas? Era un rasguño. Maldita sea. Un rasguño que cruzaba de un lado a otro.
— Blitzø. —Stolas pidió otra vez, apoyando su mano sobre su hombro.
— ¡Suéltame! —Blitzo se encogió de forma protectora sobre la gargantilla— Tú no entenderías. Tú no sabes—
— ¡Blitzø!
La voz de Stolas fue firme. No un comando. Pero firme. Blitzo inmediatamente sintió su cuerpo tensarse, pero eso incluyó sus pensamientos. Todo se detuvo. Blitzo vio a Stolas moverse hasta sentarse frente a él, apartando la capa. El príncipe lucía gracioso encogiéndose frente a Blitzo para poder mirarlo a los ojos. Pero, aun así, Stolas no mostraba ninguna suavidad. Sus ojos eran firmes y su rostro serio.
— Déjame ver.
Blitzo quiso luchar, pero había algo incalculablemente mágico en los ojos de Stolas. Él abrió sus manos y enseñó su gargantilla. Blitzo sabía que debía parecer una estupidez que hiciera tanto problema por algo que para cualquiera era solo un pequeño raspón. Pero cuando miró los ojos de Stolas, él notó que observaba el objeto con total seriedad.
— ¿Me permites arreglarlo?
— ¿Puedes hacerlo?
— Por supuesto, cariño. Soy un Demonio Goetia. —Stolas movió sus dedos de esa tan elegante manera que tenía para hacerlo y su magia irradio entorno a su mano— ¿Me permites...?
Blitzo asintió y depositó su gargantilla sobre la mano que irradiaba poder. Sus dedos sintieron cosquilleos ante la simple cercanía. Stolas lo miró con una suave sonrisa e inclinó su cabeza en forma de agradecimiento por confiar en él. Blitzo vio como Stolas se acomodaba en el suelo y sostenía la gargantilla entre sus manos, elevándola como si fuese un sacrificio. Sus ojos irradiaron y Stolas dejó caer su cabeza hacia atrás. La habitación desapareció por unos segundos. Y aunque Blitzo aún sentía que estaba sentado en el suelo, lo que veía a su alrededor era el universo mismo. Cientos de estrellas, de miles de colores y ningún planeta cerca. Sobre su cabeza, él pudo ver una estrella fugaz descender en espiral sobre ellos a gran velocidad y caer en las manos de Stolas. El príncipe brilló por un momento y luego sombras lo rodearon, como si una bestia del Abismo quisiera salir.
Y estuvieron de regreso en el suelo de la habitación. Stolas parpadeó unos segundos y le mostró su gargantilla. No solo había desaparecido el rayón, sino que lucía como nueva. Blitzo quiso bromear que eso había sido muy extremo para arreglar algo tan simple, pero Stolas se inclinó y con extrema delicadeza le puso su gargantilla, sus dedos acariciando su cuello, dándole escalofríos. Aún podía sentir la magia irradiar del medallón.
Stolas apoyó su frente contra la de él.
— Listo. Ahora es indestructible. El universo desaparecerá y seguirá intacto. —Stolas explicó y frotó suavemente su frente contra la de Blitzo— No tienes de qué preocuparte, cariño.
Blitzo siempre había disfrutado del hecho de que Stolas jamás lo presionaba para hablar de si mismo o de este tipo de cosas que eran obviamente íntimas. Sin preguntas y sin respuestas, Stolas había hecho eso solo porque había visto que era importante para Blitzo.
Cientos de palabras se atoraron en su garganta y Blitzo prefirió tomar el rostro de Stolas, deslizar sus dedos entre sus plumas y dejar que sus garras acariciaran su cálida piel. Stolas entrecerró los ojos al tacto, sonrojándose suavemente.
— Creo que te debo una recompensa ¿Verdad?
— No lo hice... —Stolas abrió los ojos en alerta.
— Lo sé. —Blitzo volvió a rascar las plumas del príncipe hasta calmarlo y sonrió de lado— Pero me gustaría que me pidieras que te recompense por un buen trabajo. Quiero hacerlo.
Stolas asintió y ladeó el rostro, buscando un beso. Como si esa fuese la recompensa suficiente por haber hecho el acto más magnífico que Blitzo podía imaginar.
— ¿Puedo obtener una recompensa por arreglar tu gargantilla, Blitzy?
Él fingió meditarlo y luego rio entre dientes.
— Supongo que una muestra de agradecimiento es lo más apropiado.
Blitzo ladeó el rostro y lo besó, atrayéndolo a su cuerpo hasta que terminaron recostados en el suelo, enredándose entre esos besos que llevaban a mucho más.
Moxxie estaría enojado, pero repentinamente a Blitzo eso ya no le importaba.
Saludos criaturitas diurnas y nocturnas: A veces Blitzo olvida que su compañero es de los seres más poderosos que existen en el Infierno.
Así que tengo lista la playlist. Si ustedes van a mi perfil y linktr.ee van a encontrar la playlist de esta historia. Espero que les guste.
Espero que en el momento en que esta historia los encuentre, tengan buena fortuna después. Como un token de la suerte.
Nos leemos.
Nocturna IV
ESTÁS LEYENDO
Caer Rápido ¦o¦ Caer Fuerte
Fanfiction«Helluva Boss» [Stolitz] Capítulos auto concluyentes. [Drabbles/Divergencia de Canon] A Stolas le tomó un paso en dirección de Blitzo para enamorarse. Fue rápido, fue inocente y fue intenso. Blitzo perdió el número de pasos que tuvo que tomar para p...