Contrato

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Blitzo se sentó en la cama sintiendo un enorme déjà vu. Él estaba de vuelta en la cama de Stolas, teniendo al demonio usando su muslo como si fuese una almohada. Blitzo notó que aún era de noche y no escuchaba a nadie despierto. Él no puedo evitar mirar lo tranquilo que lucía Stolas al dormir.

«De seguro no luce así con la perra de su mujer.»

Blitzo sintió la sonrisa cruel en sus labios y desvió la mirada ¿Por qué lo hacía sentir orgulloso ese pensamiento? No era un tipo de victoria que pudiese mostrarle a ella. Una parte de Blitzo quería huir de ahí al notar la sonrisa en el rostro de Stolas, tan pacífico y tranquilo. Una de las cosas que en el pasado Blitzo había encontrado mientras merodeaba esa habitación había sido una de las plumas de la esposa de Stolas. La idea de imaginarlos compartiendo esa cama se le hacía bizarra. No le importaba el haberse involucrado en ese matrimonio, porque era algo normal la infidelidad o matrimonios con amantes. Stella había tenido razón en eso, los demonios de rangos altos solían tener múltiples amantes que lucían públicamente. No imps, por supuesto. Ellos eran de un rango demasiado inferior como para lucirlos.

Blitzo deslizó sus garras por entre las plumas de la nuca de Stolas y encontró el punto en donde estas nacían. Stolas suspiró largamente, presionándose más contra su pierna y frotó su rostro contra su cadera. Blitzo encontraba agradable deslizar sus garras por el nacimiento de cada pluma, sintiendo como estas flexionaban entre sus dedos. Él podía imaginarse en sus momentos de estrés haciendo esto para calmarse.

Él supuso que encontrarse ahí era algo que Blitzo había deseado ¿No había estado coqueteando constantemente con Stolas? ¿Insinuándose descaradamente cada que tenía oportunidad y dándole miradas a Stolas que eran claras llamadas de que no le molestaría repetir la noche que habían compartido? Después de todo, Blitzo podía reconocer una buena oportunidad cuando la veía ¿Y el apuesto príncipe? Él había sido una de sus experiencias más gratificantes que había experimentado. Un encuentro extremo, donde Blitzo no había tenido que ocultar sus propios peligrosos deseos, porque había sido recibido con entusiasmo y curiosidad. Tiempo atrás, Verosika le había mencionado que había algo gratificante en tener un amante primerizo pero entusiasta porque lo podía moldear a sus más oscuros deseos. En ese entonces Blitzo no había entendido qué tipo de diversión habría con alguien que no supiera las más básicas acciones que se esperaban de ellos. Pero al guiar a Stolas y ver su iniciativa había sido abrumador y excitante. Ni siquiera bajo la influencia de la seducción de Verosika, Blitzo se había sentido de esa forma.

Y la noche que acaban de compartir solo había incrementado las cosas. No había imagen más perfecta que cuando Stolas se entregaba a él de forma sumisa y entusiasta. Maldita sea. Era como si de las profundidades del Infierno alguien hubiera creado Stolas para él. Hasta los ojos del príncipe brillaron entre halagos e insultos, en una mezcla perfecta de deseos que sincronizó bien con Blitzo.

Entonces ¿Por qué se sentía decepcionado?

Él había querido eso ¿No?

Por fin Stolas había aceptado que algo pasara. Pero ¿Por qué le molestaba tanto? ¿Por qué había acudido al palacio molesto y antes de entrar en calor había tratado todo eso como una misión detestable?

Blitzo había insistido en repetir su encuentro, en usar su química sexual como intercambio. Entonces ¿Cuál era el problema?

Tal vez...

Blitzo había esperado que Stolas jamás accediera. Todo ese tiempo se había sentido tan bien el trato igualitario entre ellos y de repente todo se había sacudido cuando Stolas propuso su pequeño contrato verbal. Pero ¿No le había dicho Blitzo que hiciera lo que quisiera con él? ¿No había estado señalando entusiasmadamente que él estaba bien con llevar las cosas en esa dirección? Entonces ¿Por qué le molestaba?

Caer Rápido ¦o¦ Caer FuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora