Capítulo9

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Jade

La cabeza me palpitaba del dolor.

Sentía que en cualquier momento podía explotar, eso sin contar todo el malestar estomacal que tengo acompañado de unas terribles ganas de vomitar. ¿Y qué es lo peor de todo? La vergüenza que tengo encima.

¿Por qué tengo que acordarme de todo?

Bufo quitando las sábanas de encima mío, voy hacia el cuarto de baño para tomar de la repisa un ibuprofeno con el objetivo de calmar el dolor. Me despojo de mi ropa de dormir para meterme en la ducha tomando un baño refrescante de agua fría. Seco mi cuerpo y visto con pantalón cómodo y una polera gris.

Cuando bajo las escaleras al primero que me encuentro es a papá sentado a la mesa desayunando mientras escribía en su teléfono. Me acerco sigilosa y lo abrazo por detrás besando sonoramente su mejilla.

—Buenos días, princesa.

—Buenos días—le respondo con una sonrisa—¿Mamá sigue durmiendo?

Niega.

—Fue al hospital a resolver unas cosas con el director.

Suspiro.

—¿Aún sigues con la idea de que no trabaje?.

—Tu madre está de acuerdo—deja su teléfono a un lado—Es bueno que se tome un descanso.

En partes tiene razón. Mi madre ha dedicado toda su vida a la medicina, una de las carreras más difíciles la cual requiere mucho sacrificio y ella siempre ha sido la primera en dar el paso al frente en su trabajo.

—¿Cómo te fue ayer en la fiesta?. Ni siquiera te sentí llegar.

Ay Por Dios.

—Bien—me limito a decir.

—¿Solo bien?—alza una ceja—Lucas me dijo que se divirtieron mucho.

Abro mis ojos como platos. ¿Es en serio?.

—¿Él dijo eso?—no puedo evitar preguntar.

—Sí, le había preguntado esta mañana mientras tú aún dormías—asiento levemente confundida. Tampoco esperaba que Lucas dijera algo...literalmente.

—Por cierto...—salgo del trance—¿Donde está?

—En el gimnasio de la casa. Le dije que podía usarlo cuando quiera.

Me volteo en busca de mi chófer pero vuelvo hacia mi padre.

—¿Por qué no me dijiste que Lucas también estaba en el ejército?

Se queda callado por unos segundos pero luego me mira.

—No lo creí necesario. ¿Tienes algún problema con eso?.

—Tiene un arma.

—Tiene licencia y era militar, es normal que aún posea un arma, cariño—habla tan pasivamente, pero mi padre siempre ha sido así, nunca se enoja ni alza la voz—Además me dijo que intervino en un asalto que se le hizo a una cafetería donde estabas con Ashleigh. Pensé que estarías agradecida.

Al parecer ahora se cuentan todo.

Lo estoy—respondo en un susurro—En fin, iré a avisarle que saldremos en la tarde.

Papá solo asiente y yo me marcho hacia el gimnasio. Le llamamos así a una habitación que tenemos al final del pasillo del primer piso con equipos básicos de entrenamiento. Cuando entré a la Universidad me gustaba hacer ejercicios físicos con Ashleigh así que papá insistió en montar un pequeño local en casa. ¿Exagerado? Bueno tal vez pero gracias a eso Ash no tiene que gastar dinero en un personal treiner. Ella insiste en estar en forma por su actividad de Influencer.

DestructivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora