Capítulo 12

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Lucas

Nunca he tenido curiosidad por el mar, las playas o el Caribe. A lo mejor se debe a que aborrecí el sol cuando estuve gestando luchas en los países más cálidos del Medio Oriente. Nunca he estado en América del Sur-ni en ningún continente derivado de América en general-mi área de trabajo siempre fueron los países más propensos a guerra y según mi conocimiento militar este Occidental Continente no se caracteriza por grandes confrontamientos militares, al menos en los últimos años.

En conclusión, pensé que no me gustaría del todo este lado del mundo pero debo admitir que Brasil no está nada mal. Luego de 12 exhaustas horas de vuelo desde Londres hasta Río de Janeiro, me atrevo por la ventanilla del auto que nos lleva al hotel a darle un recorrido con mi vista a los paisajes que noto por el camino. Ya es de noche, exactamente las diez en punto y lo que más sobresalta son las luces en línea de todo el camino rodeado de palmeras. Me centro en la fresca brisa que golpea mi rostro por la venta del auto y trato de ignorar a la rubia cantando mientras los demás le hacen un coro con palmadas, me fijo rápidamente en el conductor y parece muy contageado por el ambiente. Pongo los ojos en blanco pidiendo paciencia en mi interior.

Llegamos a nuestro destino, el despampanante Grand Hyatt Rio de Janeiro, un hotel exclusivo cinco estrellas con una perfecta ubicación frente al mar. La recepción fue rápida y lo agradecí infinitamente porque me encontraba agotado, durante el viaje no pegué ojo por dedicarme a mirar por la ventanilla o simplemente a evaluar el avión. Nos organizamos en nuestras habitaciones y como mis acompañantes son exageradamente ricos optaron por habitaciones separadas, la mía queda justo al lado de la niña mimada.

Tuvimos la cena en el avión así que no salgo de mi habitación, le advertí a Jade que si pensaba en salir debía avisarme, ahora que sabe que soy su supuesto guardaespaldas espero que no me haya mentido cuando su respuesta fue soltar una risita diciendo que estaría en su habitación hablando con sus padres para luego dormir. Agradezco que todos estén cansados porque no tengo ningún tipo de ganas de estar rodeados de jóvenes llenos de energía en una fiesta de discoteca-que seguramente hay una en este lujoso hotel-o cualquier actividad recreativa que prefieran. No conozco lo que es esa experiencia, fui a dos o tres fiestas por inducción de mis amigos del barrio, pero nunca he tenido como tal ni una amistad duradera ni una vida fiestera.

El ejército llegó muy temprano a mi vida.

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A pesar de la intensidad de los rayos del sol la brisa estaba muy fesca y he de admitir que es un ambiente agradable. La playa hacía un perfecto contraste de colores cálidos con el cielo, la arena y hasta con las personas.

Les doy una rápida mirada a los tres amigos de la pelirroja que ríen escandalosamente mientras se arrojan agua entre ellos como niños pequeños. Me recuesto un poco apoyando mi cabeza en la tumbona azul la cual se me hace cómoda y vuelvo la vista hacia mi libro. Soy un lector pasivo puesto a mis deberes laborales que me mantenían una agenda ocupada pero siempre que obtenía tiempo libre lo empleaba en cosas que me gustaban como leer un buen libro al igual que el que disfruto ahora.

"Guerra y Paz" de León Tolstói. Es una historia llena de aristocracia y guerra en la Rusia del siglo XIX pero también hay espacios para hablar de el amor, la religión y la política. Considerados los temas más controversiales de la época.

De reojo observo a Jade en la tumbona de mi lado derecho cuando la escucho dejar de hablar con su madre por teléfono. Toma el bloqueador solar para comenzar a aplicarselo al parecer con intensión de unirse a sus amigos en el agua. Antes de que pueda volver mi atención al libro me dedico a mirarla por un segundo. El traje de baño de dos piezas es rojo y muy poco conservador para una inglesa riquilla, el mismo hace resaltar su piel, curvas y cabello.

DestructivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora