Capítulo 35

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Jade

Salgo disparada de casa. El aire no me llega bien a los pulmones. Me estaba asfixiando ahí dentro.

Le dije que jugaría su juego sin saber que no estoy apta para ello. Mi corazón no lo está. Sinceramente no sé que esperaba. Él siempre ha sido así. Su actitud hacia mí no iba a cambiar de la noche a la mañana. Estoy dentro de un círculo vicioso el cual me está destruyendo por dentro. Me lancé al vacío pensando que en el fondo podría haber algo lo cual amortiguaría la caída, pero fue muy dolorosa.

Procuro no llorar tomando una fuerte bocanada de aire. No voy a permitirme más humillaciones. Mis pies me guían para bajar un poco la colina. Para ser honesta no sé donde iré y estoy consciente de que el cielo se ha tornado de su oscuro color. La noche.

Doy un par de pasos pero...

Siento los arbustos aledaños moverse. Será el viento, pienso por un momento pero algo se mueve rápidamente dentro de ellos. Me resulta escalofriante la sensación. Giro sobre mis talones para irme de vuelta a casa cuando me agarran por detrás. Envuelve ambos brazos en mi abdomen, haciendo presión y los nervios se me disparan.

—¡Lucas!—el grito sale casi por inercia. Me desgarra la garganta por lo agudo que fue.

—Maldición—susurra la persona detrás de mí, un hombre.

Forcejeo para que me suelte pero su fuerza supera la mía con creces. La sensación en mi corazón se alivia cuando Lucas sale de la cabaña y corre hacia nosotros. Los ojos se me llenan de lágrimas. Recordando aquella maldita vez cuando me secuestraron. Sintiendo esto como el peor deja vu de mi vida.

Otra vez no, por favor.

—Quítale las manos de encima—advierte con voz firme. Clava la mirada en mí. Justo como aquel día. Las lágrimas salen sin poder evitarlo.

El corazón se me detiene cuando me apunta en la sien con algo duro y metálico : un arma. Es imposible olvidar esa sensación por ende la reconozco rápidamente.

—No me gusta ponerme violento—dice el maldito sin vergüenza que me tiene de rehén.

—Suéltala—vuelve a ordenar mi guardaespaldas sacando su arma.

Siento que los pies me comienzan a fallar.

Entonces todo pasa en cámara rápida ante mis ojos.

El hombre me suelta empujándome hacia su lado izquierdo y le apunta a Lucas pero este no se lo permite. Le dispara directo al brazo provocando que el arma caiga al suelo y el bastardo se queje del dolor. El castaño se acerca y le proporciona un golpe en su pómulo tirándolo al suelo.

Creo que todo me da vueltas.

Doy un pequeño traspié pero me repongo antes de desplomarme.

—¡Maldito desgraciado!—exclama el hombre en el suelo mientras toca su ensangrentada mano.

Le doy una mirada rápida. Es delgado de pelo negro y con barba. Su ropa no era la de alguien que busca robar. Estaba perfectamente vestido. Reconozco una ropa de marca cuando la veo. Fui mucho tiempo consejera de Ashleigh en ese aspecto. Entonces...¿quién era este tipo? ¿Qué carajos busca?.

Lucas se abalanza sobre él, tomándolo por la camisa.

—¿Quién eres?—vuelve a preguntarle al hombre en el suelo. En respuesta ríe como desquiciado—¡¿Quién te envía?!—Lucas alza aún más la voz y me volteo porque no me siento bien presenciando esto.

Me paso las manos por el rostro y suspiro. Sin dejar de preguntarme que diablos está pasando. Entonces se me tranca la respiración al escuchar un ruido seco y compacto.

DestructivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora