Capítulo 21

46 7 18
                                    

Lucas

Lo de pedir permiso nunca se me ha dado bien. Desde pequeño fui rebelde y cuando decidí meterme a la milicia mis padres no creyeron que llegaría tan lejos debido a ese rasgo de mi personalidad. Con el tiempo aprendí que una cosa es obedecer a tus superiores, a los que se les debe respeto por tener un cargo más alto, pero otra muy distinta es tener que pedirle permiso a Jason Hederson para poder ir a Manchester por...asuntos privados.

—No tengo ningún inconveniente con eso, Lucas—responde mientras organiza sus papeles desde el escritorio—Pero me temo que tendrás que llevarte a Jade contigo.

Arrugo mis cejas. No puede estar hablando en serio.

—Más que nunca necesita de tu protección, debido a los últimos acontecimientos no puedo correr el riesgo de ponerla en peligro. Por ninguna circunstancia puede salir sola.

Como si no fueran sus acciones quienes la ponen en peligro. Maldito cínico. 

—De acuerdo—asiento porque no me queda de otra.

—Confío en ti, sé que no le perderás ojo. Además, le vendrá bien un pequeño viaje—comenta y evito ponerle mala cara porque su confianza me vale tres hectáreas de excremento.

Salgo de la oficina de Jason en busca de la niña malcriada, la cual encuentro en la cocina riéndose a carcajadas con Joana.  La evalúo por un segundo, trae abrigo de lana blanca, pantalones de cuero, botas de invierno y cabello suelto. Los besos que hemos compartido se me viene  de repente a la cabeza y trato de alejar el pensamiento.  Hipócrita de mi parte querer olvidar tal cosa cuando he sido yo quien comienza, soy quien le roba los besos y aunque no me arrepiento sé que ha estado mal. Una cosa no tiene que ver con otra, su boca es adictiva pero no dejo de verla como una consentida. Admito que cada beso y cada roce ha despertado en mí la curiosidad de ver que se esconde debajo de su ropa pero se quedará ahí, en una simple curiosidad porque no me gusta de otra manera.

O al menos yo espero saber contenerme porque me conozco. No soy hombre de reprimir nada pero esta vez tiene que ser diferente. 

Cuando sus ojos se posan en mí dejo de divagar y le hago un ligero movimiento de cabeza para indicarle que necesitamos hablar, capta al momento dándome un asentimiento y diciéndole a Joana que regresa en unos minutos. Me sigue hasta salir al jardín.  Funce el ceño mirándome con curiosidad.

—¿Pasa algo?.

—Debo ir a Manchester mañana temprano y tu padre quiere que vayas conmigo. Serán un par de días. —respondo tratando de ser breve.

—¿A Manchester?. ¿Que sucedió?. ¿Todo está bien?—asiento y cambia su expresión de preocupación. 

—No necesitas saber el motivo, te lo digo para que te prepares. Mañana a las ocho partimos,  ni un minuto más. —hago el intento de alejarme de ella pero me toma del antebrazo impidiendo que me vaya. No me gusta nada la sensación que me recorre cuando su piel hace contacto con la mía.

—¿Hasta cuándo, Lucas?—frunzo el ceño porque no entiendo su pregunta—¿Vas a tratarme como la mierda siempre? Tenemos un trato y...

La interrumpo porque noto que se está confundiendo bastante.

—El hecho de que tengamos un trato no quiere decir que seremos los mejores amigos.

—Simplemente estoy harta de tu malhumor, te pedí que dejáramos las diferencias pero veo que siempre serás un ogro—escupe y eso es el detonante para comenzar nuestra habitual pelea.

—¿Crees que no me tienes harto?—la encaro—Fuiste tú quien propuso este acuerdo, así que dime si quieres terminar esto aquí y ahora y hacemos como si nada hubiese pasado.

DestructivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora