Capítulo 29

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Jade

—Esto ha sido una terrible idea.

Pongo los ojos en blanco al escuchar a Lucas.

—Lo has dicho como quinientas veces desde que salimos de Primrose Hill—comento adentrándonos en el acuario.

—Para hacerte entrar en razón, pero nunca me escuchas.

—Oh, vamos—me detengo para mirarlo—Relájese, Capitán. Ese guapo rostro se arrugará antes de tiempo.

Me doy cuenta de mis erróneas palabras cuando me mira con picardía. Los labios vacilando en una ¿sonrisa?...Lucas solo ha sonreído una vez(al menos en mi presencia).

—¡Jade!—escucho a Kale llamarme antes de que pueda abrir la boca para arreglar mi ridículo comentario.

Volteo el rostro para verla, sonriendo y caminando hacia nosotros. Se veía fabulosa vestida de pantalón ancho y top pegado al cuerpo, ambos de color blanco. Se me hizo una gran idea acordar este encuentro con ella porque la extrañaba. Desde lo sucedido con mi padre y Ashleigh no he vuelto al estudio. Algo egoísta, tal vez. Pero tampoco he tenido tiempo. Mi vida ha dado un vuelco de un momento a otro que me ha mantenido alejada de la vida social.

—No creí cuando me llamaste—dice luego de saludar a Lucas.

—¿Por qué?—se encoje de hombros y me da una mirada de duda—Vamos, Kale, eres mi amiga. He estado atareada pero jamás me olvidaría de ti.

—Lo sé—me sonríe.

Tomo su mano y la entrelazo en mi codo para caminar juntas.

—Venga, que estoy loca por recorrer el Acuario.

El Sea Life London está ubicado en el centro de nuestra ciudad, es enorme y está ubicado en la planta baja del County Hall, antigua sede del Consejo del Condado y la actual del Acuario de Londres, cerca del Parlamento. Lo mejor de todo, para mí, es que está a la orilla del Támesis. Uno de mis lugares favoritos. A pesar de tener 23 años siempre me consideraré una niña a la cual le gustan las ferias, los parques marinos, y este tipo de lugares.

Kale me da un recorrido. Ella ha venido mucho más que yo. Siempre ha sido una amante de la naturaleza. Sonrío con cada cosa que dice porque no deja de buscar intervalos en el recorrido para hablarme de los últimos chismes. No menciona a Ashleigh, y lo agradezco. Estoy segura que la peli negra no le ha dicho lo que realmente pasó, la causa de nuestro alejamiento. La conozco bien, moriría de la vergüenza.

Miro para atrás de vez en cuando y Lucas nos sigue a más menos tres pasos, con la vista fija en nosotras.

—Este...—vuelvo la atención a mi amiga—Se llama Betty.

—¿Betty?—pregunto confundida mirando al pingüino—¿De Beatriz?.

—Si—ríe mi amiga—Aquí tienen la costumbre de ponerle nombre a los animales.

—Ya veo—digo, pensando a quien se le habrá ocurrido.

La mañana me la paso deleitándome con los paisajes marinos, la comida y la compañía de mi amiga. Un día tranquilo, apacible y relajante.

O al menos eso creía.

Todo cambia cuando mi alma siente abandonar mi cuerpo por el miedo. Escucho dos disparos secos que retumban por todo el lugar. Las personas comienzan a gritar tomando a sus hijos en brazos y corriendo sin sentido alguno, buscando protección. Kale da un respingo y yo me dirijo hacia Lucas, alarmada.

—¿Qué está pasando?—le pregunto.

—No lo sé. Sea lo que sea tenemos que salir de aquí.—comenta sacando la pistola.

DestructivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora