Capítulo18

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Capitulito narrado por ambos UwU.

En fin...procedamos.

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Lucas

Hice lo correcto.

Repito varias veces la frase mentalmente mientras espero en el auto. Recuesto mi cabeza en la cabecera del asiento, cierro los ojos y suelto el aire que se me estancaba mientras teníamos la pequeña y absurda discusión. ¿Qué pretendía? ¿Que la hiciera mi novia y le declarara amor enterno? ¿O que le pidiera matrimonio con flores y bombones?.

De casarme estoy bien lejos y ese beso no significó otra cosa que un momento de deseo. Es guapa, sexy y me llevaba provocando desde que llegué a su casa, aunque a pesar de todo la sigo viendo como una niña fastidiosa. No me arrepiento de lo que hice pero nunca imaginé que Jade se ilusionara de esa forma. Por esa razón decidí destrozar cualquier índice de ilusión por lo que fuera que pensara acerca del beso. No soy un hombre de dudar y soy claro con lo que quiero, no me pesa el que mis palabras la hayan enfurecido. Mejor así.

Cuando abro los ojos los músculos se me tensan inmediatamente ante el estímulo visual tan inesperado que capto diez pasos del auto.

Un hombre de aspecto para nada agradable ni diplomático tiene a Jade Hederson agarrada del cuello por detrás con el antebrazo izquierdo, ella forcejea por liberarse. Estallo de rabia cuando observo el cañón de un revólver presionando su sien.

Salgo disparado del auto luego de tomar mi arma.

—Suéltala—le apunto al mayor y lucho por no centrarme en los ojos de la pelirroja. No me gusta la sensación.

El desconocido se ríe.

—Debí suponer que Jason contaría con un guardia real para su princesa—se burla y observo como una camioneta negra blindada llega a nuestro lado de la acera rechinando las gomas. Ni siquiera me tomo la molestia de mirar si hay personas alrededor contemplando el inesperado espectáculo.

—Lucas...—la chica me llama entre sollozos y trago en seco cuando observo sus lágrimas caer. El miedo en sus ojos hace que quiera pegarle un tiro en la frente al sujeto.

—Será mejor que la sueltes—repito con firmeza cuando la ira crece por todo mi ser.

—¿O si no qué?—quita el seguro del arma, la pelirroja pega un grito que calla el malnacido con la palma de su mano. Me apresuro en hacer lo mismo con la mía. Si disparo directo a su muñeca no le doy tiempo a utilizar su arma. Me preparo para disparar pero...

—Yo en tu lugar no lo haría—comentan cerca de mí y cierro los ojos por un segundo cuando el cañón de un arma se me pega a la nuca.

Maldita sea.

El hombre arrastra a Jade hasta la camioneta abriendo la puerta y los gritos de la chica me inmovilizan. Tengo que pensar rápido.

—Comunícale a Jason que si desea ver a su hija intacta debe pagarme lo que me debe lo antes posible. Me cansé de ser condescendiente—demanda y la arroja a la camioneta sin ningún cuidado.

No puedo dejar que se la lleve.

Maldigo para mis adentros cuando el hombre que me apuntaba por detrás camina en reverso hacia la camioneta sin dejar de señalarme con el arma. Entra al auto y se marchan.

Si ataco por detrás disparándole al vehículo corro el riesgo de ponerla en peligro pero no puedo quedarme de pie observando como un imbécil.

Me adentro en al Maserati y me propongo seguir al auto delante de mí. La adrenalina me recorre la sangre acelerándome el pulso, no puedo ver esto como una misión más y me jode muchísimo la situación. Me apresuro en llamar a Walter para ponerlo al tanto, al segundo tono cuando contesta no le doy tiempo a hablar primero.

DestructivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora