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Luego de eso, volvimos a la casa, yo no dije nada menos Juan. Vi que él se iba ir a su habitación, pero lo detuve.

—Espera —agarré su mano, de inmediato me dieron ganas de llorar —nube... siempre dormía conmigo —dije con un nudo en la garganta.

—Me iré a cambiar en dos minutos estaré en tu habitación —él me dio un beso en la frente y cada quien se fue a su habitación.

Con tristeza miré la camita de nube, su collar, sus juguetes, etc. Luego me acosté por que me estaba doliendo la cabeza. Me puse mi almohada en mi cara y empecé a llorar.

—Permiso —Juan entró a mi habitación —nena, estoy aquí —él se sentó en la orilla de mi cama.

—La... la extraño... —dije llorando.

—Kimberly —él con cuidado me quitó la almohada —nube está en un mejor lugar, y entiendo que te la regalaron desde que estabas pequeña, pero por algo pasó eso —él se acostó mi lado —además... a ella no le gustaría verte llorar —él me limpió mis mejillas.

—Gracias... por estar... a mi lado —intenté sonreír, pero salió más como una mueca.

—Siempre lo estaré, te protegeré, te cuidaré, y te amaré por el resto de mi vida —él me sonrió tiernamente.

—Gracias Juan —nos acostamos mejor, pero yo me arrecosté en su pecho, mientras que él me "peinaba" mi cabello.

*Un Mes Después*

Estaba sola en la casa, Juan se había ido a no sé donde, pero ni una nota o un mensaje me dejó. Fui a hacerme el desayuno, por cierto, hoy es mi cumpleaños. Y como siempre, la paso sola.

—Feliz cumpleaños para mi —dije para mi misma, mientras le colocaba una vela a un pastelito.

Después fui a bañarme y luego me cambié. Me estaba muriendo de aburrimiento, por que Juan aún no regresaba, estaba a punto de llamarle cuando escucho que tocan el timbre.

—Porque siempre olvidas las llaves —dije abriendo la puerta.

—Sorpresa!!! —dijo Juan, con un peluche grande, una caja de chocolates y un ramo de rosas.

—Estas loco —él logró hacerme sonreír.

—Espera... —lo ayudé a meter las cosas —que faltan tres sorpresas más —nos fuimos a la sala y él me obligó que me sentara en el sillón para dos personas.

—Qué haces? —le pregunté, él estaba buscando algo en su celular.

—Espera... —hizo una seña y luego se sentó a mi lado, me dio su celular y vi que estaba en una llamada con... mis padres.

*Videollamada*

—Hola mi niña —dijo mi madre.

—Nuestra princesa ya tiene 20 años —dijo mi padre haciendo como si estuviera llorando.

—Hola papás —sonreí con algo de nostalgia.

—Feliz cumpleaños hija —mi madre sonrió con algo de tristeza.

—Mi reyna, ya está grande —mi padre sonrió con gusto.

—Si —suspiré —cuándo volveremos a estar juntos? —les pregunté.

—Cariño, te mentiría si te digo que pronto —la expresión de mi madre cambió a una de preocupación.

—Porque? —no entendía nada.

—Se largo esto a un año —dijo mi padre avergonzado.

—Si quieren quédense a vivir allá y gracias por la felicitación —no esperé su respuesta y colgué la llamada.

*Fin de la Videollamada*

—Kimberly.... yo... —lo interrumpí.

—Siempre es lo mismo, no hay ningún cumpleaños que pueda festejar con ellos —dije decepcionada.

—Yo estoy aquí, quieres saber las otras dos sorpresas? —me preguntó cambiando de tema.

—Si —dije con una sonrisa de lado.

—Vamos —él me tomó de la mano, salimos de la casa, nos montamos a su auto y nos fuimos.

—Me vas a secuestrar? —le pregunté, porque no sabía a donde íbamos.

—No —dijo serio —vamos donde están tus sorpresas —me respondió sin despegar la vista del camino.

—Era broma —mire el pasaje.

—Si yo quiero tenerte para mí, claro, tengo que preguntarte primero —él entrelazó nuestras manos.

Llegamos a como una tipo cabaña en el bosque, estaba muy hermosa la verdad. Juan estacionó el auto y nos bajamos, yo estaba fascinada del lugar.

—Cómo es qué sabes de lugares hermosos? —le pregunté sin apartar mi vista de la cabaña.

—Es... un don que tengo —dijo abriendo la puerta, cuando entramos vi que había un camino de rosas.

—Y esto? —le pregunté volteandome a verlo algo confundida.

—Tú sólo síguelo —dijo cerca de mi oído.

Me puse nerviosa por lo que hizo, luego empecé a caminar con él justo atrás mío. El camino terminaba en una habitación.

—Ábrela —Juan me dio la indicación.

Cuando la abrí me quedé sorprendida por lo que vi.

(....)

Mi Niñero [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora