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—Kate, no tienes algo que decirles a nuestros padres? —le pregunté.

—Papá... mamá... en el colegio hay un chico que me gusta —Kate empezó a jugar con sus manos.

—Y... —le dije para que terminara de hablar.

—Nos gustamos... y... mañana me va a pedir que yo... sea su novia —todos nos sorprendimos por lo último que dijo.

—Mira hija —mi madre empezó a hablar —no quiero que vayas a pensar que nos vamos a enojar o algo —aclaró —pero primero están los estudios, y luego los muchachos, me entiendes? —le preguntó a Kate.

—Comprendo mamá, papá, tú dirás algo? —Kate le preguntó.

—En primer lugar, estoy sorprendido por lo que nos dijiste, y yo a poyo el comentario de tu madre, primero estudia todo lo que quieras y luego los chicos —mi padre suspiró.

—Gracias padres —Kate se levantó —ya es de noche, tengo que dormir por que mañana hay clases —ella se despidió de cada uno.

—Buenas noches —le dijimos todos al mismo tiempo.

—Y bien.... y ustedes? —mi madre nos preguntó, para cambiar un poco el ambiente.

—Se van a quedar? —nos preguntó mi padre.

—No, tenemos que ir a hacer unas cosas —me levanté junto a Juan.

—Ustedes están saliendo? —mi madre se levantó con una sonrisa.

—Así es suegrita Laoiza —Juan le respondió.

—Nunca me lo imaginé —mi padre se volvió a sorprender.

—Awww, cuándo se van a casar? Piensan tener hijos? —mi madre nos preguntó —yo quiero dos nietos y... —la interrumpí.

—Mamá —dije entredientes —apenas hoy somos novios y ya quieres todo lo que nos dijiste —solté un suspiro.

—Mire suegrita —Juan pasó su mano por mis hombros —qué quiere primero? —él le preguntó y yo le di un codazo en su costilla.

—Nos vemos —les di un beso en la mejilla a mis padres.

—Pero yo... —mi padre interrumpió a mi madre.

—Tienes que ir a dormir querida, nos vemos hija, hasta luego Juan —salimos de la casa.

—Al fin —solté un gran suspiro.

—Porqué me diste el codazo? —Juan se quejó, vi que tenía su mano donde le había pegado.

—Lo siento —le di un beso y nos subimos a su auto —por que tú le estabas siguiendo el juego a mi mamá —nos fuimos para la casa.

—Osea, que no te emociona tener dos versiones pequeñas de nosotros? —sentí la decepción en sus palabras.

—Si me gustaría, pero todo a su tiempo Juan de Dios —puse mi mano encima de la de él.

En todo el camino, los dos íbamos en silencio, yo miraba por la ventana, mientras que Juan no apartaba su mirada del camino. Llegamos a mi casa, así que él estacionó su auto.

—Vas a pasar? —le pregunté quitándome el cinturón de seguridad.

—No, tengo que ir a hacer otras cosas —él estaba serio y no me miraba.

—Mírame —le dije pero él no hizo caso —mírame Juan de Dios —él seguí sin hacerme caso —bien, lárgate —me bajé del auto y me acerqué a la puerta de mi casa.

Al abrir, sentí que alguien me empujó hacia adentro, con mi cuerpo cerró la puerta principal, vi que era Juan.

—Qué quieres? —le dije tratando de soltarme, pero no podía.

Mi Niñero [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora