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Yo iba viendo las tiendas, mientras que Juan tenía su vista fija en algo, miro a esa dirección y veo que él estaba viendo a una chica.

—Linda visto no? —carraspeé mi garganta.

—Eh? —Juan me miró confundido.

—Ni creas que no me he dado cuenta —me solté de su agarre y suspiré enojada.

—Amor, ¿de qué hablas? —cuando él se ponía nervioso, era porque había hecho algo.

—Estabas viendo a una chica —vi que venían unos chicos.

—Mentiras —él miró para otro lado.

—Claro —el grupo de chicos pasó por nuestro lado.

—Adiós hermosa —me dijo uno de los chicos.

—Vemos guapos —le respondí con una sonrisa.

—Disculpa? —nos detuvimos, Juan estaba enojado —qué fue eso? —me preguntó.

—Nada —dije tranquila.

—Viste a ese pendejo —él se estaba enojando.

—Mentiras —le respondí como el me dijo, yo me estaba vengando.

—Increíble —él empezó a caminar.

—Ahora por que tú te enojas? —lo alcancé y lo detuve —si tú fuiste quien empezó —me crucé de brazos.

—Que no vuelva a pasar —soltó un suspiro.

—Eres un idiota —le respondí enojada y empecé a caminar.

No compramos nada, porque aparte del ambiente tenso, ninguno de los dos nos dirigimos la palabra. Cuando llegamos al carro, Juan me acorraló.

—Qué? —yo no lo miraba.

—No me gustó lo que pasó allá adentro —él estaba serio.

—Y quién empezó? —me crucé de brazos.

—Lo siento —puso su mano en mi barbilla e hizo que yo lo viera directo a los ojos —me perdonas? —me preguntó viendo mis labios y luego a mis ojos.

—Aparte de increíble eres idiota Juan de Dios —suspiré —me lo tienes que recompensar —rodé los ojos.

—Cómo quieres que lo recompense? —él pego mi cuerpo al de él, tragué duro porque me estaba poniendo nerviosa.

—Las compras… que me… prometiste —miré sus labios, tan carnosos que me encantan, pero me contuve.

—Y si pasamos un buen rato y olvidamos lo de hace rato? —esas palabras hicieron que lo viera directo a los ojos, me puse nerviosa al ver que me estaba comiendo con la mirada.

—Eh? —sentía que mis piernas se estaban haciendo de gelatina.

—Lo haremos, sólo si tú quieres, yo no haré nada sin tú consentimiento —me dio un pequeño beso en mis labios.

—Yo… —me estaba poniendo más nerviosa al sentir sus manos pasar por mi cintura, luego las metió dentro de mi blusa —quiero, si quiero —me mordí mi labio inferior.

—No hagas eso nena —él se separó de mi y nos metimos al auto y manejó hasta llegar a mi casa.

Cuando entramos Juan no me dio tiempo de reaccionar cuando ya estaba atacando mis labios, él puso sus manos en mis muslos e hizo que yo enrollara mis piernas alrededor de su cintura. Él empezó a subir las escaleras directo a mi habitación, me bajó y los dos nos quitamos la ropa, luego hizo que me acostara en la cama y me volvió a besar. Teníamos un gran rato besándonos, mientras el acariciaba mi cintura y muslos, yo despeinaba su hermoso cabello, pero hubo un momento en el cual él se separó.

—Segura qué quieres hacerlo? —me preguntó, nuestras respiraciones estaban aceleradas.

—Si quiero —empecé a pasar mi dedo índice por los tatuajes que él tenía en su torso.

—Bueno —él se separó y se levantó de la cama, yo estaba confundida —ven —también hizo que me levantara de la cama.

—Qué juego perverso tienes en mente? —dije bromeando.

—Quiero que me veas directo a los ojos mientras te quitas las ultimas prendas que tienes —me sorprendí por lo que dijo, no estaba nerviosa, porque… bueno… no era la primera vez.

—Esta bien —suspiré y me quité la parte de arriba, osea el brassier.

—Que buena vista —me puse roja por su comentario, en eso miro para otro lado —yo no he dicho que mires para otro lado nena —recuperé mi cordura y lo miré de nuevo.

Me mordí mi labio inferior y me quité la última prenda, yo me estaba excitando al ver su enorme erección, luego Juan se quitó el bóxer y nos acostamos en la cama de nuevo. El sacó un paquete plateado de su pantalón, me empezó a besar y bajó su mano hasta mi intimidad, luego de un rato se separó y se colocó el preservativo y entró en mi sin avisar.

—Mierda!! —solté un gran suspiro.

—Te dolió? —dijo él preocupado.

—No —tragué saliva —sigue —enredé mis manos en su cabello.

—Ok —empezó con leves embestidas, al segundo fue aumentando.

Los dos llegamos al clímax, él nos tapó con una sábana y se acostó en mi pecho, mientras que a mi me empezó dar cosquillas por que él pasaba su mano por mi cintura.

—Te puedo preguntar algo? —Juan me preguntó.

—Dime —él se levantó un poco para verme mejor.

—Quieres tener hijos? —dijo sin rodeos.

—Si es contigo si —no pude evitar sonreír —porque lo preguntas —dije confundida.
—Es que… el preservativo se rompió —yo abrí mis ojos como platos.

—Qué? —empecé a alterarme.

—Nena tranquila, es una broma —me dio un beso —pero yo igual quiero tener hijos contigo amor —se volvió a acostar en mi pecho.

—Eres un completo idiota —le di un pequeño pellizco en su hombro.

—Nena —él se sentó en la cama.

—Iré a bañarme —me levanté de la cama.

—Y si ahorramos agua? —voltee a ver a Juan.

—Y si dejas de ser un idiota? —le lancé un beso y me fui al baño.

Me metí en la ducha, al abrir la llave el agua salió helada, por lo cual mi piel se erizó, pero de inmediato siento unas manos en mi cintura, maldije en mi interior que se me olvidó por completo cerrar la puerta con llave.

—Te gusta bañarte con agua helada? —Juan soltó una pequeña risa.

—No podías esperarte a que yo saliera? —le pregunté cambiando la temperatura del agua, me gustaba más tibia.

—No —él se echó champú en su cabello y luego en mi cabello.

En silencio nos bañamos, lo único que se escuchaba era el agua que caía, cuando terminamos de bañarnos, salimos de la ducha, él se puso una toalla en su cintura y yo una enrollada en mi cuerpo, después que nos cambiamos bajamos a la cocina a comer un poco.

(….)

Mi Niñero [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora