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Cuando abrí la puerta, me sorprendí por cómo estaba decorada la habitación. Había un corazón hecho de pétalos de rosa en la cama, velas en el piso que por cierto huele muy rico, en la pared había un cartel que decía: "Feliz Cumpleaños Kimberly".

—Tú hiciste todo esto? —le pregunté emocionada pero sorprendida a la vez.

—Si, te gusta? —ahora él me preguntó, sentí que se me acercó, por que me abrazó por la cintura.

—Demasiado, y muchas gracias —me di la vuelta, quedamos cara a cara —no sabía que fueras tan romántico —dije con una sonrisa.

—De nada —lo noté algo nervioso.

—Hay algo más que me quieras decir? —le pregunté colocando mis brazos alrededor de su cuello.

—Si... —él suspiró —quieres ser mi... novia —con lo último él se mordió el labio.

—Si quiero —dije feliz, por que nunca creí que me lo fuera a preguntar.

—Me haces tan feliz —nos empezamos a besar.

Nos acostamos en la cama, él encima de mi y con sus manos a cada lado de mi cabeza para no aplastarme, él metió sus manos dentro mi blusa pero al segundo se detuvo.

—Quieres empezar lo que empezamos en el auto? —cuando me preguntó eso, les apuesto lo que quieran, que mi cara estaba más roja que un tomate.

—Y quién te detiene? —le pregunté coqueta.

Entre besos, nos fuimos quedando sin ropa. Yo acosté a Juan y le hice una mirada "tú sólo disfruta", bajé directo a su miembro y lo empecé a chupar como paleta.

—Joder Kimberly —Juan gruñía, lo que a mi me excitaba —me vengo Kimberly —dejé de chupar su miembro.

Luego él me quedó viendo confundido, yo me acosté en la cama boca abajo, y él entendió de inmediato. Primero con sus manos masajeó mi trasero, enseguida pasó su mano por mi feminidad lo cual provocó que yo gimiera.

—Ya... hazme... tuya... —dije entre gemidos.

—Lo que pida mi nena —quitó sus manos y metió su miembro en mi feminidad, empezó con movimientos lentos, pero como el placer era mucho, aumentó los movimientos.

—Agh siii... aaah Juan —yo gemía como loca, Juan empezó a besarme para callar un poco los gemidos, pero él nunca se detuvo.

Estábamos tan pegados, que podía sentir su vientre en mi trasero. Luego cambiamos de posición, él se acostó y yo encima, él me agarraba de la cintura mientras que yo me auto penetraba.

—Agh estás estrecha amor —Juan soltaba suspiros pesados.

—Agh si... mmh... —yo a veces me mordía el labio para que no se escuchara muchos mis gemidos.

Como yo estaba a espaldas de él, colocó sus manos en mi trasero para controlar los movimientos. Luego de un gran rato, cambié de posición, osea, frente a frente. Él estaba hipnotizado como mis pechos saltaban por como yo estaba haciendo los movimientos, así que coloqué sus manos en mis pechos y él los estrujó.

—Te gusta... como le... hago... —le dije, pero se escuchaba entrecortado.

—Si nena, pero ahora me toca —él hizo que me levantara y me puso de perrito.

En cuanto metió su miembro, empezó a penetrarme con fuerza, los dos gemiamos sin parar. 

—Me... vengo... —me pegué más a él.

—Yo... igual —nuestras respiraciones estaban agitadas.

—Ah ah ah... me vengo Juan —sentí un líquido recorrer por mi pierna, eso era señal de Juan también se había venido.

—Estuviste increíble nena —Juan se separó para que yo pudiera ponerme de pie.

—Creí que habías usado condón —me asusté al no ver lo que dije.

—Tranquila, al salir de aquí iremos a comprar la dicha pastilla —él tomó mi mano —ahora vamos a bañarnos —nos fuimos al baño.

No pasó nada malo, nos bañamos tranquilamente, pero eso si, hubieron besos y caricias por parte de los dos. Al salir nos cambiamos y salimos de la cabaña. Yo iba pensando en que no quería terminar embarazada, por varias razones, mis padres no lo aceptarían, creo que Juan se alejaría de mi, y bueno, muchas cosas más. Llegamos a la farmacia.

—Buenas tardes, quisiera dos cajitas de la pastilla del día siguiente, por favor —le dije a la recepcionista.

—No creen que son muy jóvenes, para ser padres? —ella nos miró confundida.

—No son para mi, son para mi prima —le mentí y le dije lo primero que pensé.

—Está bien... —dijo la muchacha no muy convencida —sería 50 dólares —dijo entregándome lo que le había pedido.

—Tome —le di el dinero —gracias —agarre las cajitas y salí con Juan.

—Fue incómodo eso —dijo Juan abriendo la puerta del lado del copiloto.

—Demasiado —me subí y él cerró la puerta, luego rodeó el auto y se subió del lado del piloto.

—Te tengo una última sorpresa —dijo él mientras manejaba directo a la casa.

—Dime —lo voltee a ver. Me quedé embobada viéndolo, es tan perfecto, sus ojos, su nariz, sus labios, en conclusión, todo él es perfecto.

—Una foto te dura más —su voz me sacó de los pensamientos.

—Qué me ibas a decir —cambié de tema, y sonrojandome por el comentario que hizo.

—Esta noche iremos de fiesta —llegamos a la casa, estacionó su auto y nos bajamos.

—Donde huele a alcohol y sexo —dije con asco viéndolo.

—Sólo lo primero —abrió la puerta —así que a las siete nos vamos —me dió un beso y se fue, así nada más.

Sentía que él me estaba ocultando algo, pero bueno, se lo dejé pasar. Fui a mi habitación a ver qué es lo que me iba a poner, después me planché mi cabello y de maquillaje sólo me coloqué labial y un poco de rimel. 

—Toc toc —dijo Juan abriendo la puerta de mi habitación.

—Qué pasa? —le pregunté mientras colocaba la ropa en mi cama.

—Te venía a preguntar si... —él vió la ropa —con eso no irás —se puso serio.

La ropa era, una falda ocho dedos arriba de la rodilla  y un top. Yo lo miré sin entender, pero de inmediato entendí que él estaba celoso, o eso creía.

—Porque no? —le pregunté acercándome y pase mi mano por su pecho.

—Es muy corto, espera, yo elegiré tu ropa —él se fue a mi closet y sacó un pantalón negro y un top negro.

—Creí que ibas a sacar otra ropa —dije con las ganas de reírme —lo siento... estoy mal —guardé lo que había sacado y agarré lo que él sacó —ahora si, que era lo que me ibas a decir? —le pregunté.

—Que si ya te tomaste la pastilla —dijo serio, yo negué con la cabeza —toma —me dio un vaso con agua —y no me iré hasta que te tomes la pastilla —se cruzó de brazos.

—Mira —saqué la pastilla de donde estaba, me lo acerque a mi boca y me lo tomé y luego tomé un poco de agua —feliz? —le pregunté.

—Si —se acercó y me dio un beso —ahora si me necesitas, estaré en mi habitación —dijo en el marco de la puerta —y que no se te olvide que a las siete nos vamos —cerró la puerta dejándome con la palabra en mi boca.


(....)

Mi Niñero [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora