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Me desperté algo asustada, se escuchaban fuertes ruidos. Cuando abrí los ojos, pude ver por la ventana que estaba lloviendo fuerte, con truenos, parecía que pronto habría un huracán. Salí asustada del cuarto directo al de Juan, el motivo fue que cayó un fuerte y estruendoso trueno.

—Qué pasa amor? —él me preguntó alarmado.

—Un trueno —dije abrazándolo.

—Tranquila, aquí estoy yo para cuidarte —me dió un beso en la frente.

—Gracias —me sentía tan segura con el.

—Vamos a desayunar? —me preguntó separándose y tomando mi mano.

—Vamos —bajamos directo a la cocina.

Juan fue a ver la nevera, para ver que podíamos hacer de desayuno, él se volteo a verme y cerró la puerta de la nevera.

—No hay nada para hacer —se me acercó —tendré que ir a comprar —en eso cayó un rayo.

—Eso es señal de que no tienes que salir —dije preocupada y asustada al mismo tiempo.

—Amor, si no voy, nos vamos a morir de hambre —él agarró mi rostro con cuidado con sus dos manos.

—Pero no quiero que salgas —dije haciendo un puchero.

—Nena —dijo con voz irónica —el súper no queda lejos —me dió un beso en la punta de mi nariz.

—Yo voy contigo —tenía un mal presentimiento.

—No amor, te puedes enfermar si te mojas —él fue a buscar su chaqueta y sus llaves, para luego volver a acercarse a mi —regreso pronto —nos dimos un largo pero tierno beso.

—Ve con cuidado —dije preocupada

Él solamente asintió y salió de la casa, yo me acerqué a la ventana, pero no podía ver nada por culpa de la lluvia. Fui a tomar un poco de café mientras esperaba a Juan.

Pasaron diez minutos, luego treinta minutos y hasta una hora, pero Juan no aparecía, preocupada fui a buscar mi celular y le marqué, me sorprendí que me contestó una voz de hombre que no era la de Juan.

*Llamada*

—Amm... hola —dije cuando me contestaron.

—Usted es Kimberly Loaiza? —me preguntó el muchacho, puse más atención y se escuchaba una ambulancia.

—Si, soy yo... dónde está Juan? —las manos me empezaron a sudar.

—El sufrió un accidente, ahorita lo llevamos al hospital... —me dió el nombre.

—Muchas gracias —colgué.

*Fin de la Llamada*

Rápido fui a cambiarme, no me importaba que siguiera lloviendo. Tomé las llaves de mi auto y salí de la casa, manejé con cuidado hasta que llegué al hospital, estacioné mi auto y me bajé. Entré directo a la recepción.

—Buenos días, en qué le puedo ayudar? —me preguntó la recepcionista.

—Juan... —la voz me salía temblorosa, por el miedo que sentía y por el frío que estaba haciendo —Juan de Dios Pantoja —trataba de regular mi respiración.

—El... —su mirada se fue directo a la computadora, a los segundos habló —el sigue en la sala de opersciones —levantó su cabeza y me miró —si gusta, puede ir por un café y esperar en esa sala —señaló lo último.

—Gracias —fui a buscar un café por que si moría de frío, luego fuí a la sala de espera.

El tiempo pasaba lento, miraba el reloj cada cinco segundos, algumos doctores pasaban por ahí, yo sólo esperaba con ansias para ver a Juan y saber que fue lo que había pasado. De tanto esperar, hasta me estaba quedando dormida, pero alguien  habló.

—Familiares de... —revisó unas hojas que tenía en sus manos —del joven Pantoja? —preguntó y yo me levanté.

—Yo —fui a botar el bote que ya no tenía café y luego me acerqué al doctor —cómo está él doctor —sentía que mi corazón se estaba haciendo chiquito.

—Lo tenemos en observación, ya que el accidente fue... muy grande —él suspiró —la operación fue un éxito eso si, pero solamente tiene que descansar —me dió un papel y yo lo agarré —es el número de habitación y piso, con permiso —se fue.

Fuí a buscarlo, cuando encontré la habitación, toque dos veces hasta que escuché un leve "pase".

—Juan —dije abriendo la puerta despacio.

—Amor —él sonrió levemente.

—Yo tenía una mala sensación cuándo me dijiste que ibas ir al súper —cerré la puerta y me acerqué a la camilla donde estaba él.

—Nena, estoy bien —dijo leve.

Me fijé que tenía varios cables, en su abdomen tenía una venda alrededor.

—Y yo puedo volar —dije algo enojada —pero... que fue lo que pasó? —le pregunté sentándome en la orilla de la camilla.

—Todo fue tan rápido, sólo recuerdo que, yo iba tranquilo en mi carril, cuando un carro se me atravesó y los dos chocamos contra una rastra —me miró algo confundido.

—Que hijo de... —por más que esté enojada, no me salen las palabras para insultar.

—Kim tranquila —Juan con su mano libre entrelazó nuestras manos —lo importante es que estamos juntos —nuestras miradas se conectaron.

—Si, pero hazme caso cuando yo te diga que no tienes que salir —lo regañé

—Si mamá —hizo un puchero.

(....)

Mi Niñero [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora