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—Hola papá —le di un beso en la mejilla.

—Juan —mi padre se dirigió a él.

—Hola —ellos estrecharon manos y nos sentamos.

Como la mesa era para seis, nos sentamos de la siguiente manera, Juan y yo nos sentamos en un extremo, Zitliali y mi hermana en otro y mis padres en el espacio que sobraba.

—Bueno —todos volteamos a ver a la madre de Juan —por mi parte, estoy feliz de que por fin pude conocer a la familia de la novia de mi hijo —Zitliali sonrió.

—Nosotros igual estamos encantandos de conocerte Zitliali —mi madre le sonrió.

—Y ustedes por que andan tan callados? —mi padre nos preguntó.

—Es que no nos gusta interrumpir —terminé de hablar y justo la mesera nos trajo cinco copas, una botella con vino y un vaso con agua para mi hermana.

—Con permiso —la mesera se fue.

—Y bueno, cuándo piensan darnos nietos? —Zitliali nos preguntó.

—En plural? —Juan le preguntó.

—Si, sería muy hermoso unos cuatros nietos —mi madre le respondió.

—Qué son nietos? —mi hermana preguntó.

—Cuando estés más grande lo vas a entender, pero... si es posible vas a tener hermanitos o hermanitas —mi padre le respondió.

—Porque mejor no servimos el vino? —pregunté señalando la botella.

—Lo hago yo —Juan abrió la botella y sirvió el líquido carmesí en las cinco copas, luego cada uno tomamos una copa.

—Quiero brindar, por que por fin estamos todos reunidos —mi madre empezó a hablar —de que nuestros hijos hacen una hermosa pareja —ella nos sonrió —y que si el destino quiere... nos den nietos —elevó la copa —salud!!! —terminó de hablar.

—Salud!! —dijimos todos chocando las copas.

—Disculpen —era de nuevo la mesera —quieren que ya sirva la comida? —le preguntó a mi padre.

—Si, por favor —le respondió él y ella hizo una seña, tres meseros aparecieron con unos platos.

Cada uno nos entregó la comida, y por último nos fueron una nueva botella de vino.

—Buen provecho y con permiso —todos se fueron.

Nosotros empezamos a comer, Juan y mi padre hacían comentarios, mientras que mi hermana estaba en su mundo y mi madre hablaba con Zitliali. Yo estaba feliz de verlos juntos.

Me eché un bocado pero en eso sentí asco, agarré una servilleta y escupí ahí, me dieron ganas de vomitar.

—Permiso —me tapé la boca, rápido me levanté y corrí hasta el baño.

Ya estando ahí me acerqué a un inodoro y empecé a vomitar todo lo que había comido. Cuando terminé escuché la puerta del baño abrirse.

—Nena? —era Juan.

—No.... no... entres —como pude me levanté.

—Qué paso? —rápido se me acercó y me ayudó a acercarme al lavamanos.

—Creo que... la comida... me cayó pesado —me enjagué la boca varias veces.

—Segura? —dijo mientras me hacía el pelo para atrás y luego daba leves masajes en mi espalda.

—Nos podemos ir? —lo miré con una mezcla de cansancio y tristeza.

—Este... si —puso su mano en mi cintura y salimos del baño —tú padre y yo ya pagamos la cena —nos acercamos a ellos.

Mi Niñero [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora