Mi Niñero [+18]

32.2

Fuimos a la sala a ver una película, el tiempo se pasó volando. Ahorita nos encontrábamos de camino a la casa de mi madre.

—Y si no le caigo bien a tu madre? —Kimberly me venía preguntando lo mismo desde que salimos de casa.

—Tranquila —con mi mano libre la entrelacé con la de ella —le vas a caer bien, no te preocupes —le dije sin despegar mis vista del camino.

—Sino le caigo bien, recibirás tres golpes —vi de reojo que ella estaba viendo por la ventana.

—Tranquila amor —llegamos a la casa de mi madre, nos bajamos y nos acercamos a la puerta.

—Y si venimos otro día? —ella seguí nerviosa.

—Amor —con cuidado agarré su rostro entre mis manos —le vas a caer bien —le di un tierno beso —tranquila —dije soltándola y toqué la puerta.

—Hijo!! —mi madre me abrazó —pasen —dijo cuando se separó —y dime, quién es esta hermosa chica —no pude evitar sonreír.

—Mamá, ella es Kimberly mi novia, Kim, ella es mi madre —las presenté.

—Mucho gusto —Kim abrazó a mi madre.

—Así que tú eres la famosa Kimberly —dijo mi madre cuando Kim se separó —Juan me ha hablado de ti —me tensé por lo que dijo.

—Y si mejor vamos a comer? —rápido cambié de tema.

—Vamos —nos fuimos al patio —hijo, puedes ir a traer el fresco, lo dejé en la nevera, por favor —me dijo mi madre.

—Eh.. si.. voy —fui a la cocina, antes de llegar al patio, escuché como mi madre y Kim estaban hablando.

—Y dime querida —empezó a hablar mi madre —cómo conociste a mi hijo? —le preguntó.

—Este... —Kim estaba nerviosa —es el mejor amigo de mi padre, por lo cual... —ella le empezó a contar toda la historia, descartando algunos detalles.

—Una loca historia de amor eh? —escuché que las dos soltaron una pequeña risita.

—Ya vine —me metí en la plática.

Los tres empezamos a comer, cuando terminamos, con Kim le ayudamos a mi madre a recoger todo. Estábamos en la sala, hasta que mi madre sacó un tema, que hizo que Kim se pusiera nerviosa.

—Y díganme, cuándo se piensan casar o tener hijos? —nos preguntó.

—Este... —Kim me volteó a ver.

—Eso mismo nos preguntaron los padres de Kim, bueno... sólo lo de tener hijos —le respondí a mi madre.

—Es que ustedes hacen una pareja muy bonita —mi madre nos sonrió.

—Muchas... gracias —Kim le contestó.

—Querida... porqué estas nerviosa? —le preguntó.

—Es que... tengo frío —vi que Kim se abrazó.

—Hijo, que modales los tuyos, préstale algo a tu novia, no ves que se está muriendo de frío —mi madre me regañó.

—Lo siento —me quité la chaqueta y se la puse a Kim.

—No te hubieras molestado —Kim me sonrió.

—Ustedes son tan tiernos!! —nos levantamos.

—Ya nos tenemos que ir madre —le di un beso en la mejilla.

—Fue un gusto conocerla —Kim y mi madre se dieron un abrazo.

—Igualmente cariño, pero llámame Zitliali o suegra, no tengas pena por que ya eres parte de la familia —se dieron otro abrazo.

—Muchas gracias suegra —salimos de la casa de mi madre.

—Ves que si le caíste bien a mi madre —dije viendo divertido a Kim.

—Es que creí que me iba a odiar o algo —ella hizo un puchero.

—Nadie te odia mi amor —le di un beso en sus labios —a dónde quieres ir? —le pregunté, pero justo mi celular empezó a sonar.

—Atiende —dijo ella subiéndose a mi auto.

Yo rodee mi auto y me subí en el lado del piloto, saqué mi celular y pude ver que era Ricardo.

_Llamada_

—Hey, qué pasa? —dije cuando contesté.

—Juan, dónde estas? —me preguntó.

—Vine con Kim a visitar a mi madre, porqué? —ahora yo le pregunté y Kim me volteó a ver.

—A bueno, es que te quiero preguntar algo, que es mejor en persona, nos podemos ver en el bar de siempre? —yo solté un suspiro.

—Ok, en 20 minutos llego —le contesté.

—Dale —colgó.

_Fin de la Llamada_

—Era Ricardo? —Kim me preguntó, yo encendí mi auto y nos fuimos.

—Si, me dijo que quiere preguntarme algo y que si nos vemos en el bar, quieres ir? —le pregunté sin despegar mi vista del camino.

—Esas son cosas de hombres y aparte yo no tomo, si quieres ve a dejarme a mi casa —me respondió.

—Pero no te quiero dejar sola —me puse serio.

—Tranquilo —justo llegamos a su casa —si quieres te enviaré un mensaje cada cinco minutos —ella se me acercó y me dio un beso en los labios.

—Y si le digo a Ricardo que salgamos otro día —me sentía angustiado al dejarla sola.

—No Juan de Dios, sal a divertirte un rato con él, pero nada de chicas —ella se puso seria.

—La única que me gusta, está enfrente mío —nos dimos otro beso.

—Me gusta que seas obediente —ella me sonrió —entonces nos vemos mi amor —me dio un último beso y se bajó de mi auto.

Vi que ella entró a su casa, entonces me pude ir al bar, al llegar estacioné mi auto, me bajé y entre al local. En la barra pude ver a Ricardo.

—Hermano —dije sentándome a la par de él.

—Hey —hicimos un saludo.

—Qué es lo que quieres decirme —serví vodka en dos copas.

—Me gusta alguien, pero tú sabes que soy un completo loco —terminó de hablar y yo lo miré con cara de pocos amigos.

—Para eso me hiciste venir? —le di un leve golpe en su hombro y tomé un poco de vodka.

—Ayúdame, es que tú eres bueno con las mujeres —sentía que él estaba a punto de arrodillarse.

—Esta bien —solté un suspiro —en qué quieres que te ayude? —le pregunté.

—Mañana me le quiero declarar a la que me gusta —él me sirvió más vodka.

—Ajá... —esperé a que siguiera hablando.

—Y ocupo que vayas a comprar algunas cosas con Francisco —añadió.

—Nombe y yo porqué? —lo miré algo enojado.

—Yo te ayudé cabron, con lo de Kimberly —eso me hizo reflexionar —entonces... me vas a ayudar?, por si me vas a preguntar, si, ya le dije a Francisco —terminó de hablar.

—Dale cabron —seguimos hablando de otras cosas.

Yo estaba evitando tomar de más, miré a Ricardo, el pendejo ya estaba borracho. Salí con él y lo subí a mi auto, lo fui a dejar a su casa y yo regresé a la de Kimberly.

(....)