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Estaba tranquilo durmiendo, pero sentía que la cama se estaba moviendo, seguido de un grito.

—Mierda!!! —abrí los ojos como platos.

—Amor!! —voltee a ver a Kimberly.

—Me.... duele... —ella se tocaba el vientre.

Al segundo sentí la cama húmeda, de inmediato entendí lo que estaba pasando. Rápido me levanté y me puse mis zapatos, ayudé a Kimberly a levantarse. Agarré la pañalera, salimos de la casa, nos subimos a mi auto y nos fuimos al hospital.

—Todo esto... es tu... culpa —Kim puso su mano en mi brazo y lo apretó fuerte.

—Amor —me quejé un poco y justo llegamos al hospital —ayuda por favor!! —dije bajándome del auto.

Dos enfermeras salieron con una silla de ruedas, ayudé a sentar a Kimberly y entramos al hospital. Yo iba a seguirla sino fuera por que un doctor me detuvo.

—No puede pasar joven, cualquier cosa le avisamos, por favor —señaló la sala de espera.

Sólo asentí y él se fue por donde se llevaron a Kimberly. Fui a sentarme un rato, me dolía un poco el brazo, Kim me había enterrado sus uñas, pero no le puse mucha atención.

No aguantaba la desesperación de saber si mis hijos y Kimberly están bien, no sé nada desde hace 2 horas. Me senté de nuevo, por que sentía que se me estaba bajando la presión.

—Juan de Dios Pantoja? —escuché un doctor hablar.

—Yo —de inmediato me levanté y me le acerqué.

—Venga por favor —él empezó a caminar, y yo lo seguí.

Llegamos a una habitación, que tenía una gran ventana, y habían muchos bebés. Yo voltee a ver confundido al doctor.

—Ellos son sus hijos —con su lápiz señaló a una bebé y un bebé.

—Enserio? —sentí que mi corazón se encogió de ternura —y mi mujer? —le pregunté.

—Ella está bien, en la habitación 304, puede ir a verla. También, le llevaremos los bebés en unos 40 minutos, con permiso —se fue al lado contrario.

Yo me quedé un rato más viendo a mis hermosos hijos, luego fui a buscar a Kimberly, toqué dos veces la puerta y escuché un leve "pase".

—Amor —dije abriendo la puerta.

—Juan —Kim me sonrió levemente —y nuestros hijos? —me preguntó.

—En media hora los van a traer —me le acerqué, con cuidado le quite un mechón de pelo de su hermoso rostro y le di un tierno beso en su frente —y tú cómo te sientes? —ahora yo le pregunté, mientras me sentaba a su lado.

—Me duele un poco el vientre, pero en lo demás... estamos bien —ella aveces cerraba sus ojos —tengo sueño —soltó un leve suspiro.

—Descansa, yo te despierto cuando los traigan —le di otro beso pero en su mejilla —quieres que le hable a tus papás? —le pregunté, ella sólo asintió y se durmió.

Saqué mi celular y busqué el número de mi suegro, les conté todo y en un rato van a venir, igual le hablé a mi madre.

Mientras pasaba el tiempo, yo me puse a cuidar a Kimberly, por que vi que unos cables estaban conectados a su mano y así.

Yo me estaba durmiendo, pero me espanté un poco al escuchar que alguien tocó la puerta.

—Pase —dije no muy fuerte.

Entraron dos enfermeras, con dos cunas. En eso Kimberly se estaba despertando.

—Felicidades —las dos sonrieron y nos acercaron las cunas —ella es la niña y él el niño —yo sólo asentí.

—Mis amores —pase mi dedo con cuidado por las mejillas de ambos, y en eso empezaron a llorar, yo miré asustado a las enfermeras.

—Eso significa que tienen hambre, esa es la tarea de la mamá, con permiso —las dos se fueron.

—Ya mi amor —agarré primero a mi niña y se la pase a Kim.

—Mi niña —Kim sonrió y le empezó a dar leche.

—Vení campeón —mi hijo dejó de llorar cuando lo agarré en mis brazos —soy tu padre —yo estaba muy feliz, enamorado de mis hermosos hijos.

—Ay! Rayos! —voltee a ver Kimberly, tenía los ojos cerrados.

—Qué pasa? —me le acerqué con mi hijo en brazos.

—Me duele —señaló donde mi hija estaba comiendo.

—Imagino que, como es la primera vez —me callé por que ella me miró seria —perdón —mejor me puse a jugar con mi hijo.

—Mierda! —Kim se volvió a quejar.

(....)

Mi Niñero [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora