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—Buenas —voltee a ver a esa persona, era Juan.

—Cómo has estado? —mi madre lo saludó y luego se sentó nuevamente a la par de mi padre.

—Cincuenta y cincuenta —Juan se sentó a la par de Kate.

—Espero que se resuelvan muy pronto esos problemas —Juan asintió.

—Qué está pasando aquí? —voltee a ver a mis padres.

—Pues... resulta —empezó a hablar mi padre —que nosotros tenemos trabajos en otros lados —se refería a él y a mi madre.

—Y quieren que Juan la cuide —según yo terminé su oración.

—No, que ustedes —mi madre señaló a Juan y a mi —que la cuiden —terminó de hablar.

—Qué?! —me levanté del sillón —se va a repetir la historia —dije en susurro.

—Por mi no hay problema —Juan habló y yo lo miré enojada.

—Ves hija, qué tiene de malo? —mi padre me preguntó.

—Qué tiene de malo? —repetí su pregunta —ustedes sólo se la pasan viajando por sus "negocios", jamás estuvieron para mi, y... quieren que le pase lo mismo a Kate?! —les pregunté algo exaltada.

—Kimberly, tranquila —Juan iba a poner su mano en mi hombro, pero yo me separé.

—No te me acerques —le dije enojada, luego voltee a ver a mis padres —si ustedes quieren tener hijos, cuídenlos ustedes mismos —agarré mi bolsa —lo siento Kate, pero me tengo que ir —le dije a mi "hermanita" y salí de esa casa.

—Espera Kim —alguien agarró mi mano, me volteo y era Juan.

—Qué?! —estaba enojada, pero no quería desquitarme con él.

—Porqué te comportas así? —dijo soltando mi mano lentamente.

—Por que estoy harta de que se repita la historia con Kate y no entiendo que, por qué tú aceptas ese trabajo —solté un gran suspiro.

—Por que sino lo hubiera aceptado al principio, no hubiera conocido a una íncreible chica, la cual... sigo enamorado de ella —me miraba directo a los ojos, pude deducir que, se refería a mí.

—Juan... —carraspé un poco mi garganta.

—Kimberly, escúchame por favor, sé que en el pasado, cometí una gran estupidez, por el cual te perdí —él soltó un suspiro —créeme que me paso todas las noches y todos los días, echándome la culpa por lo que pasó, que te perdí y... —lo interrumpí.

—Juan... —empecé a hablar —si fue tú culpa de lo ocurrido, pero eso ya no importa —me fui a mi auto, él venía detrás de mí.

—Kim —volvió a agarrar mi mano —regresa conmigo por favor, extraño todo de ti —lo voltee a ver y vi que tenía sus ojos llorosos.

—No Juan —abrí la puerta de mi auto —aléjate de mi por favor —me subí, cerré la puerta y me fui.

Empecé a llorar, quería sacar todo el enojo que tenía dentro. Yo si quería volver con Juan, pero mi orgullo no me dejaba. Tenía mi vista nublada, que no podía distinguir los carros y menos la calle, por un momento pasé mis manos por mi rostro, y todo se volvió negro.

*Narra Juan*

Kimberly se fue de nuevo, yo me sentía vació cada que vez que no estaba con ella. Me fui a mi auto, iba a encenderlo, cuando mi celular empezó a sonar, vi que era Kimberly, así que contesté.

_Llamada_

—Kim —dije al contestar.

—No joven —me quedé confundido al escuchar la voz de un hombre.

—Quién es? Dónde está Kim? —ya me estaba empezando a preocupar, al escuchar de fondo a una ambulancia.

—La joven ha sufrido un accidente, busqué en su celular y este fue el primer número que vi —dijo el muchacho.

—Mierda —sentí mi corazón acelerarse —en qué hospital está? —pregunté encendiendo mi auto.

—En... —me dió el nombre del hospital y colgué.

_Fin de la Llamada_

Con mi corazón acelerado, manejé lo más rápido que pude al hospital, al llegar lo estacioné y me bajé, corrí hasta una recepcionista.

—En que le puedo ayudar? —me preguntó.

—Kim... Loaiza... —estaba agitado, por que si había corrido.

—Esta... —dijo viendo la pantalla del computador —ahorita está en la sala de operaciones —me volteo a ver —si gusta, puede esperar —señaló la sala de espera.

Fui a comprar una botella con agua, y luego fui donde me dijo al recepcionista, cada diez minutos yo miraba el reloj, era una tortura, por que el tiempo pasaba más lento.

—Familiares de la joven Loaiza? —escuché un doctor.

—Yo —rápido me levanté y me le acerqué.

—Usted que es de ella? –me preguntó.

—Soy el novio de ella —solté un pequeño suspiro —cómo está ella doctor? —ahora yo le pregunté.

—Se fracturó el brazo izquierdo y tiene una lesión en el cuello, pero... —el doctor me miró —cuando ella despertó de la anestesia, dijo el nombre de Juan —terminó de hablar.

—Enserio? —sentí mi corazón oprimirse —puedo pasar a verla? —sólo esperaba un si.

—Si, y si puede, sólo que, no haga que se altere, por favor —me dio un papel —con permiso —se fue.

Vi el papel, estaba escrito el número de habitación en la que Kim se encontraba. Rápido fui, toque dos veces la puerta, hasta que escuché un leve "pase". Al abrir la puerta, me puse mal, culpable, al verla con cable, con un yeso en su brazo y un cuello ortopédico.

—Kim —cerré la puerta y me acerqué a la camilla.

—Juan —ella empezó a llorar —lo... siento —dijo en susurro.

—Porqué? —dije tomando su mano con cuidado, y la entrelacé con la mía.

—Es mi culpa —vi que a ella le estaba faltando el aire.

—Amor, amor —me le acerqué —tranquila, respira por favor —ella se estaba calmando —no es tu culpa, si? —le pregunté un poco tranquilo.

—No te... alejes... de... nuevo —me pidió.

—Ya no lo haré más —con cuidado limpié sus mejillas.

(....)

Mi Niñero [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora