|Cisco Ramon.

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Advertencia: mención a temas delicados.

𝘌𝘱𝘪𝘴𝘰𝘥𝘪𝘰 𝘊𝘢𝘵𝘰𝘳𝘤𝘦:𝘊𝘪𝘴𝘤𝘰 𝘙𝘢𝘮𝘰𝘯.





















Barry llegó con apuro al Córtex, una mueca en su rostro que solo demostraba la culpa que sentía en ese momento se hizo presente.

Algo que mi hermano y Oliver tenían en común era su intensa necesidad por cargar con el peso del mundo en sus hombros. Todo lo malo que sucediera a su alrededor, automáticamente era culpa suya.

Aún llevaba la ropa de la cita con Patty. Sí, él había tenido una cita con Patty Spivot, la nueva y parlanchina compañera de Joe. Más tarde y en otro momento le pediría los detalles de su cita a ciegas. Literalmente una cita a ciegas.

—Jay, ¿estás bien?—. Le preguntó al hombre que llevaba una vendita en la ceja, obra de Caitlin.

—Barry, lo siento—. Se disculpó al instante, ignorando por completo la pregunta de mi hermano que se dirigía a la silla en donde se encontraba. —La doctora Light nunca había matado antes. Creí que podría razonar con ella—. Intentó excusarse.

Me parecía un idiota, más claro no podía ser. Tal era ese presentimiento en mi pecho cada vez que lo veía, era como un malestar que no me permitía ser civilizado con él.

—No puedes razonar con alguien bajo la influencia de Zoom, y ahora un hombre está muerto por tu culpa, Garrick. Todo este asunto es por tu culpa—. Gruñó el patán de Wells, dando vueltas por toda la habitación. —Ellos dudan de sí mismos por tu culpa—. Nos señaló a Barry y a mí con una mano en la cadera.

—Pero créeme, Barry puede hacer lo que tú no. Barry puede detener a Zoom. ¡Incluso Leah puede hacerlo, y no es velocista!—. Parpadeé con el ceño fruncido ante sus palabras.

Sí, definitivamente no me sentía capaz de detener a un psicópata velocista de otro mundo. Y no era pesimismo, definitivamente era todo menos eso.

—He pasado dos años cazando a Zoom—. Habló el hombre, levantándose del banco en donde estaba anteriormente.

—¡Error! ¡Zoom te cazó a ti!—. Lo señaló de manera acusatoria, para este punto ya estaban demasiado cerca. —Pasaste los dos últimos años de tu vida corriendo, corriendo, corriendo de Zoom—. Harry colocó ambas manos en sus caderas.

—¡Zoom podría haberme matado así como matará a Barry si lo llevas por este camino!—. Declaró el más alto. Caitlin me dio una mirada de preocupación y Cisco otra que no logré descifrar.

—No, porque él no es como tú—. Espetó Wells con acidez. —Barry corre a través del peligro, no de él. Porque Barry no es un cobarde—. Escupió con odio y pareció ser suficiente para Jack.

El más alto golpeó el rostro del científico que tambaleó de manera notable. Caitlin abrió los ojos con sorpresa y tomó mi mano con fuerza, aferrándose a ella. Wells se recuperó y devolvió el golpe en el rostro, luego en el estómago mientras Garrick intentaba cubrir su cabeza. El antiguo velocista dio dos puñetazos en el abdomen de Harry que retrocedió por el impacto.

Ninguno parecía planear detenerse. Ambos eran demasiado orgullosos y se odiaban demasiado como para hacerlo.

Y fue cuando lo sentí.

Leah. | Caitlin Snow. | 1. | En Proceso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora