|Grodd.

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𝙀𝙥𝙞𝙨𝙤𝙙𝙞𝙤 𝙑𝙚𝙞𝙣𝙩𝙚: 𝙂𝙧𝙤𝙙𝙙.

Caitlin Snow:

Despertó sintiéndose adolorida. Su cuerpo de arriba a abajo dolía, demasiado. Ni siquiera sabía en dónde estaba, es decir, no recordaba ni un poquito lo que estaba sucediendo.

El piso debajo de ella se sentía frío y solo empeoraba notablemente la situación. Abrió sus ojos lentamente, encontrando nada más que oscuridad y se levantó con los ojos abiertos al ver su alrededor.

Parecía ser la cima de algún edificio, con el techo alto y redondeado, con ventanas que solo mostraban la oscuridad de la ciudad. Intentó dar una ojeada a lo que estaba más cerca de ella, sin mucho éxito.

─Caitlin─. Le llamó una voz que sonaba conocida, intentó ver entre la oscuridad de quién se trataba.

Todo le daba vueltas y sentía unas horribles ganas de vomitar.

─¿Grodd?─. Soltó el nombre del gorila al que en algún momento le tomó cariño durante sus días en el Laboratorio STAR. ─¿Tú me recuerdas?─. Él soltó un gruñido, a la vez que la mujer se levantaba, intentando encontrar al animal.

─Caitlin siempre tan amable─. Habló después de saltar de las vigas del techo a estar frente a ella.

─¿Por qué me trajiste aquí?─. Cuestionó con un hilo de voz, sintiendo sus piernas temblar. Intentó acercarse a Grodd, pero solo ocasionó que caminaran en círculos.

─Necesito tu ayuda─. Explicó brevemente el gorila.

─No entiendo─. Confesó la mujer.

─¿Cómo me volví Grodd?─. Soltó, sorprendiendo notablemente a la castaña.

─Es una larga historia...─. Titubeó, ─La materia oscura del acelerador de partículas. Así fue como sucedió─. Resumió a gigantes rasgos.

─Repite─. Pidió. Caitlin juntó sus cejas, confusa cuando él le señaló unos tanques largos y blancos en la esquina de la habitación.

─¿Que repita?─. Eso causó un gruñido del gorila, incluso enseñó sus filosos dientes, lo que hizo tambalear a la doctora.

─¡Repite a Grodd!─. Gruñó, ya alterado.

─¿Quieres que repita más como tú?─. El gorila asintió.─Yo no... no sé cómo─. Expresó, haciendo molestar aún más al telépata.

─Aprende─. Fue lo único que dijo, de mala gana.

[• • •]

Leah Allen:

Quité con cuidado el cabestrillo de mi brazo y tomé la venda negra que estaba en la mesita color gris de la sala, para poder entrenar. Sí, tal vez no tenía poderes, pero Caitlin había sido raptada por un gorila de 700 kilos, no me iba a quedar quieta.

Con dificultad, vendé mis ojos y guiándome por el tacto, tomé una espada que Cisco había conseguido con dificultad.

Respiré profundamente, sintiendo la tensión de mi cuerpo disminuir de a poco y me acerqué a ciegas al campo en el que Linda había entrenado sus poderes.

De acuerdo, no tenía un brazo, lo cual sería complicado.

Empecé a caminar suavemente, con la intensión de agudizar mis sentidos.

Alcé la espada al escuchar la cinta correr y como pude, corté parte de la figura de cartón. Moví mi arma a la derecha, metiendo en alguna parte que supuse y era el pecho. Rápidamente saqué la punta afilada y la impulsé al frente, el sonido del cartón siendo cortado volvió a escucharse y hacer eco por lo solitaria que estaba la bodega.

Leah. | Caitlin Snow. | 1. | En Proceso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora