17. Romper el Circulo. (Severius)

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Esta era la vez número 45, de vez en cuando despertaba en el mismo lugar con las mismas cuatro personas, habrían sido sueños o no, era difícil de explicar, nada tenía sentido, escapaban en el bosque, tenían que mantenerse con vida, hablaban de algunas cosas, recolectaban armas y municiones, tenían 24 horas para salir con vida de donde fuera que estuviese.
Su mejor amiga y casi hermana estaba ahí, el que siempre decía ser su esposo o pareja y un buen amigo de confianza.
Habían aparecido los cuatro juntos en una isla, había mas personas que caminaban muy lento y eran bastante agresivos, debían escapar de esos sujetos y no había municiones, entraron a algunas casas en parejas y podía jurar que casi no sale con vida a pesar de que era casi un sueño sabia que no podían morir.
En cuanto al sujeto que al parecer era su esposo o algo parecido, parecía un empresario o algo peor, bueno, sabia que era su pareja porque además de siempre estar juntos podía sentir su corazón alborotarse al estar cerca y podía ver esa expresión enamorada en los ojos del otro.
Casi mueren aquel día, los sujetos violentos no se morían de un balazo y era difícil apuntar, pero salieron librados, acamparon en el bosque, no hubo fuego ni comida solo armas y unas frazadas, suficiente para no llamar la atención de los sujetos, se quedaron charlando un rato recordando sobre películas tal vez, todas esas veces nunca hablaron de sus profesiones y estaba bien, así sabias menos y si no salían con vida no extrañarían mucho.
A la mañana siguiente corrieron lejos del bosque, era el mismo camino así que sabían a donde saldrían, la idea era no morir.
Esta vez era un poco diferente, no recordaba que hubieran gigantes en la isla, por suerte eran sujetos lentos y despistados, no hubo problema en correr hacia el puerto y robar un bote, estaban fuera de la isla ya y se veía a lo lejos a esos gigantes, tenían una sonrisa muy grande y parecía que todo en ellos era piel.
—Me recuerdan a esas cosas en esa película donde hay gente igual a ellos y se comen a las personas...
Su buen amigo de confianza, un sujeto rubio de cabello largo que no reconocía en la vida real.
—Creo que se llama Ataque a los titanes...
Justo cuando lo dijo esos sujetos se llevaban a una persona a la boca, efectivamente eran esas criaturas.
No se preocuparon más, estaban bastante lejos como para preocuparse si habría una de esas cosas, dejaron de remar en un rato, la partida había terminado muy rápido, tal vez por la experiencia.
Una vez salias de la isla volvías a la normalidad, se borraban los recuerdos pero al volver sabrías cuantas veces estabas en el lugar.
Borrar la memoria no siempre era efectivo, Severus siempre recordaba todos los sueños o lo que sean y como acababan, sabía que no podía morir ahí, solo despertabas y ya o volviste al inicio.
Lo curioso es que una vez salían repetía lo mismo, siempre recordaba que iba ofreciendo pan caminando por toda la ciudad, siempre chocaba con el sujeto que era su esposo, le preguntaban algo ridículo y decía que era ridículo, no volvían a verse y seguían con lo cotidiano hasta volver a repetir.
Y esta vez no cambió mucho, la panadería - pastelería en la que trabajaba tenía mas gente, debían enseñarles y por supuesto ofrecer pan recién horneado por toda la ciudad, terminó de enseñarles comentando que se le antojaron unas empanadas de queso fritas y se fue solo nuevamente a ofrecer el pan, las mismas tiendas la misma gente que compraba por raleo, la misma calle en la que casi choca con el sujeto otra vez y venia a si mente todas las veces en las que había chocado con él.
No podía evitar su nerviosismo y solo se iba de largo a hacer la última entrega, al volver veía a gente parecida con la esperanza de hablarle esta vez, y nunca eran él, cerca de la panadería estaba el mismo grupo, tres personas y el sujeto observando una tela pintada, era lo mismo. Discutía de que una pintura así para hacer promoción a un libro no debería pintarse en una prenda que parecía ropa interior. Iban deteniendo gente al azar para preguntar sobre aquello y la respuesta siempre era la misma, que era ridículo.
Severus pretendía pasar de largo, algo nervioso por el sujeto pero estaba a punto de conseguirlo.
—Disculpe...— empezó el sujeto extravagante—. Usted que opina de mostrar el arte en cualquier forma, es decir, esta pintura hace referencia a un libro que no es muy conocido y a veces la gente lo ve y dice: ¿dónde puedo ver completa esta pintura?, bueno, para hacer conocer el libro ¿cree que esta bien despertar el interés de la gente en cualquier forma o diseño?
Bien la pregunta de siempre pero con palabras mas complejas, no supo que responder mas que ver la pintura y observar que aun costado decía el título de la obra, el libro y el autor, la pintura era hermosa casi podía decir de qué se trataba, había un paisaje, una pradera con cientos de lirios y el rostro de un anciano viendo alguna lugar con melancolía.
—Olvídalo tal vez si es ridículo.
Recordaba todas las veces que había estado de acuerdo en que era ridículo pero nunca se detuvo a observar la pintura, tenía curiosidad.
—Bueno, si es para promocionar algo creo que tiene bastante sentido, es decir, la gente lo verá y tendrá curiosidad de saber más y entonces investigara y seria una buena forma de hacer propaganda.
Esa respuesta dejó mudos a los cuatro que debatían ahí, el sujeto extravagante sonrió impresionado, al parecer era la primera persona que le daba la razón.
Como el silencio se había extendido decidió despedirse y seguir el camino a la panadería, algo iba a pasar lo sentía, era la primera vez que daba una respuesta diferente, llegó a la panadería y dejó la canasta a un lado para ponerse a trabajar nuevamente.
Sabía que no volvería a ver al sujeto pero no podía borrar la sonrisa en su rostro, ahora él tenía curiosidad, quería saber como serían las cosas ahora.
—Severus, hay un sujeto preguntando por ti, dice que es urgente— su mejor amiga, la pelirroja Lily que trabajaba también en la panadería lo llamó, se limpió las manos llenas de harina y salió, era el sujeto extravagante, el que en cada sueño o lo que fuera era su esposo.
—Perdón, esto sonará raro pero te seguí hasta aquí es que... Me pareces conocido, tengo esa sensación de que te conozco hace mucho...
Si, las cosas eran diferentes ahora, tuvieron que esperar 45 veces repitiendo lo mismo para poder cambiar algo al fin.
—Yo no te conozco pero soy Severus Snape y como veras soy panadero, por cierto fue una buena idea lo de promocionar algún libro así.
—Muchos dijeron que era una idea tonta... Soy Sirius Black un gusto.
—Sev rápido las tortas no se hornearán solas.
Otra vez su amiga y tenía razón tenían un pedido para el día siguiente.
—Creo que me voy, am... Si algún día quieres hacer publicidad de la panadería puedes llamarme.
Le dio una tarjeta, ambos estaban muy nerviosos y al fin sabia que el sujeto era publicista, lo decía en su tarjeta.
—Bueno si algún día quieres pan o una torta sabes donde encontrarme.
Ese fue el final de la conversación o tal vez no, se tardaron cinco minutos mas en el que Sirius le compró un pie de limón.
Se había roto el círculo y ambos tenían la sensación de que las cosas buenas estaban por venir.

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Si me preguntan no, no me fumé nada pero, si tuve ese sueño aunque era más loco, la cuestión es que en el sueño el sujeto extravagante era James McAvoy de cabello largo, y les juro que tuve el mismo sueño al menos cinco o siete veces y era casi tal cual siempre era lo mismo y al final era igual diciendo que era una idea loca y descabellada y anoche en el último sueño recién me puse a pensar en que sería buena publicidad, ni siquiera sé si ese libro existe la cuestión es que se siente diferente, se siente bien haber roto el circulo.
Pinches sueños que raros son.

One Shots HP Epoca merodeadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora