𝔈𝔭𝔦́𝔩𝔬𝔤𝔬

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He perdido la cuenta de los lugares en los que he estado durante este año. Recuerdo que el primero fue un hostal en el que solo cabía una cama y un inodoro, de ahí en más todo es borroso hasta hoy. Estoy cansada de huir y tener que disfrazarme para que Bonten no me encuentre. Mi yo de antes se burlaría de mí, en lugar de estarme escondiendo como una cobarde  probablemente  estaría ingeniando un plan para acabar con la organización y vengarse. Pero esa parte de mí ya está muerta.

Hoy se cumple un año desde que lo perdí. Durante todo el mes estuve planeando regresar y buscar el sitio donde su cuerpo yacía, si es que Bonten había decidido darle un funeral como realmente lo merecía y no simplemente tirarlo al río. No lo hice porque descubrí que Bonten me está pisando los talones y si regresaba, aunque fuera solo un día, estaría firmando mi sentencia de muerte.

No podía arriesgarme a morir aun cuando ya no tengo nada por que vivir. Admito que odio la vida en la que me metí, es cansado estar huyendo cada semana a un sitio nuevo sin poder conversar con nadie y hacer nuevas relaciones. Nunca me había sentido tan sola en mi vida, ni siquiera cuando mi familia murió. La soledad que sentía entonces no se comparaba a la que siento ahora. Antes tenía a Lani y a Violet, y ahora no tengo a ninguna de las dos. Corté todo tipo de comunicación con Lani en cuanto comencé a esconderme, no podía arriesgarla a que conociera mis escondites y Bonten la usara para encontrarme.

Y Violet... Sé que Bonten la secuestró para dar conmigo. Ishi estaba muerto y ella y su madre no tenían la protección suficiente para evitar que Bonten hiciera de las suyas. Después de tanto tiempo, Manjiro conocía mis debilidades y de lo que era capaz por esa niña. Si algo le tengo que aplaudir es que estaba en lo correcto. Cuando llegó a mí la noticia de que la pequeña estaba secuestrada, inmediatamente supe quién había sido. No dudé ni un solo segundo en tomar las armas que he cargado conmigo y conducir hasta el hotel, matar a todos, llegar al calabozo y salvar a Vi. O morir en el intento. Ya no tenía nada que perder.

Sin embargo, me enteré demasiado tarde. Estaba esperando mi avión a Tokio cuando en las pantallas de la sala de embarque proyectaban las noticias. El título de aquella noticia jamás lo olvidaré. Y a ella tampoco. Niña desaparecida es encontrada sin vida sobre un árbol. Según testigos, pensaron que era una niña jugando en el árbol, hasta que el olor empezó a alarmarlos. Al llamarla y ver que no les respondía contactaron a las autoridades.

Me pregunto por qué lo noticieros son tan crueles. No consideran que puede haber gente sensible entre sus televidentes. Ni que algún ser querido de la víctima puede estar viendo. Es horrible ver a una personita que tanto amaste, muerta sobre un árbol. Alguien que aunque estuviera más rota que yo, siempre me sacaba una sonrisa. Si bien, las imágenes de su cuerpo estaban distorsionadas. Sabía que era ella. Su overol y sus trenzas, las cuales ya se veían hechas por la manos de un adulto y no un niño, la delataban. No necesitaba escuchar el nombre. Era ella.

No soporté ver la noticia completa. Antes de que alguien notara mi expresión de enojo y tristeza, ademas de las lágrimas caer como un chorro de agua por mis ojos, me levanté en dirección al baño. Donde pude entrar a un cubículo a expulsar todo el líquido convertido en lágrimas que me quedaba. Hasta que me quedé seca y creí que no volvería a expulsar una lágrima más.

Era raro que Bonten dejara un cuerpo a la vista. Lo normal era que se deshicieron de ellos y no dejaran ningún rastro. A excepción de los traidores, a quienes exhibían sin vergüenza. Pero Violet no era una traidora. Era solo una niña. Cuando vi la noticia, deseaba que el mundo ardiera. Yo junto con él. Seguir viviendo sin alguien a quien querer no tenía sentido para mí.

Pero después de pensarlo y a pesar de encontrar más cosas negativas que positivas, no quería morir, no podía hacerlo, no después de que Kakucho dio su vida para que yo pudiera vivir la mía. Esa frase siempre llegaba a mi mente cuando pensaba en suicidarme y yo lo consideraba como señales de su parte. Sentía que me seguía cuidando desde donde fuera que estuviera.

Back to Black I BontenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora