𝔓𝔯𝔢𝔤𝔲𝔫𝔱𝔞𝔰 𝔭𝔢𝔯𝔬 𝔫𝔬 𝔯𝔢𝔰𝔭𝔲𝔢𝔰𝔱𝔞𝔰

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⚠️Advertencia de descripción explícita de violencia física, violencia psicológica y torturas⚠️ 

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Las estrellas brillaban junto a la luna llena. En algún universo los hombres lobo le estarían aullando por lo enorme y hermosa que estaba. Cerca de su ventana, más de una cigarra emitía un sonido estridente como si le dedicara una melodía a la belleza de la luna.

Esa noche tendrían una fiesta en el hotel de Bonten para celebrar el ascenso de uno de sus hombres dentro de la policía. Si lo hubieran ascendido antes, Hattori no habría terminado de esa manera, pensó Joanne mientras terminaba de arreglarse dibujando una fina línea negra en ambos párpados. O quizás sí, Sanzu se habría encargado de que muriera de cualquier forma.

Aunque Sanzu se lo negara continuamente, Joanne estaba segura que mentía y que estuvo involucrado en lo que le pasó a Hattori. Sus razones tenía al no creerle, pues durante el tiempo en que ambos tuvieron una relación amorosa, las mentiras eran como una tercera parte en la relación, lo cual los había dejado a ambos desconfiados acerca de lo que cada uno decía.

Se miró al espejo, para asegurarse de que todo lo que tenía encima combinara y le agradara la forma en que se veía. Realmente le fascinaba su vestido negro con escote en forma de corazón. Al ser largo de la parte trasera pero corto del frente hacía que sus piernas lucieran más y los largos guantes negros de malla resaltaban en sus brazos.

Al terminar de mirar cada detalle de su aspecto y estar satisfecha sin necesidad de hacerle algo más, salió de su casa en dirección al auto del chófer que la llevaría a la fiesta. En cuánto la vio salir, bajó del auto y abrió la puerta por la que Joanne entraría.

—Buenas noches, Chof. —Desde que escuchó a Sanzu llamarlo así decidió hacer lo mismo pues no conocía su nombre real y tampoco le interesaba. Nunca se lo preguntó aunque probablemente lo había escuchado en alguna ocasión.

—Buenas noches. —La miró enfocado más que nada en sus piernas descubiertas hasta que Joanne lo descubrió y desvió la vista hacia el cielo estrellado.

Subió al auto y en cuanto ambas piernas estuvieron dentro, Chof cerró la puerta. Parte de su vestido quedó atrapado. Iba a ordenarle que abriera la puerta de nuevo cuando subió al asiento del conductor. Lo hizo ella. Revisó que no estuviera sucio.

—Avanza —le ordenó y así empezó su caminó hacia la fiesta.

Chof había dejado de ser el chófer personal de Sanzu después de aquella situación en la que por poco lo asesinó a golpes. Tanto él como Kakucho habían considerado expulsarlo de Bonten, pero a pesar de ser un humano despreciable, era de los mejores conductores que tenía la organización al momento de escapes. Por lo que lo dejaron continuar con su trabajo en Bonten, pero al dejar de ser chofer personal de Sanzu, su salario bajó y su trabajo pasó a consistir en llevar y recoger a personas que lo llamaban, algo así como un Uber, pero de Bonten. Joanne lo llamó porque quería intimidarlo un momento y alimentarse de su miedo.

La ciudad parecía estar abandonada, pues no hubo trafico alguno. Fue un trayecto fluido el que recorrieron además de que no les tocaba ningún alto, Joanne estaba agradecida por esto pues cuanto más rápido llegaran, mejor.

Necesito preguntarle a Rindou qué tal va la investigación ¿cuánto habrá dicho el hombre que capturamos? pensó, además también pensó en Sanzu en que tenía que sacarle la verdad costara lo que costara pero no creía que fuera la situación adecuada para insistirle.

—¿Tú también estarás en la fiesta? —preguntó a Chof para hacer el trayecto menos aburrido.

—No, porque alguien tiene que estar sobrio para llevarlos a sus casas.

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