Nicolkask Naharis caminó a paso despreocupado hasta donde se encontraban su medio hermano y la madre de los dragones.
Lo habían mandado a conquistar los pueblos desde yunkai hasta el puerto hacia dos meses y ya estaba de vuelta, con la mayoría de las victorias. Una sonrisa de satisfacción despuntaba la comisuras de los labios, y a medida que pasaba las prostitutas lo miraban con deseo.
Se sabia que, al igual que su hermano, era un excelente amante, por el cual las mujeres matarían.
Daario se reservaba para la Targaryen, mientras Nicolkask buscaba la satisfacción rápida en las prostitutas que se entregaban a el de forma gratuita.
A diferencia de su hermano, llevaba el cabello muy corto y algo alborotado, ojos impenetrables, era alto, fibroso y con cada paso que daba un grupo de músculos resaltaba y se hacia notar. El conjunto de cabello y ojos totalmente negros enloquecía a cualquiera que tuviera la posibilidad de mirarlo.
Nicolkask Naharis era un adonis en las tropas de los segundos hijos, y no solo eso. Cuando Daario asesinó a los otros dos generales para servir a Daenerys, lo llamó a él, ambos juntos eran invencibles.
Se decía que el padre de ambos dejo embarazada a dos mujeres al mismo tiempo, una de ellas había nacido en el invierno, por lo tanto Daario había nacido en el largo invierno, Nicolkask que era un año menor a Daario, había nacido en verano. Fue un raro experimento para saber cual de sus dos hijos era el mas fuerte, y no hubo victoria por parte de ninguno, ambos eran fuertes, atractivos, imparables e inteligentes.
Entró a la carpa y la Targaryen estaba sentada en una especia de trono con sus dragones alrededor. Daario la observaba embobado.
-¿Que paso?
-¿Que sabes de los Iceller? - preguntó Daenerys.
-Los últimos dueños del invierno.
Dijo con seguridad, hacia el norte se hablaba mucho de ellos.
-¿Y que mas?
-Tenían dragones albinos, su hielo era capaz de destruir hasta el dragón de fuego mas grande.
Nicolkask se sirvió vino en una copa de cristal y oro y se la llevó a los labios.
-Pero están muertos todos, algún conquistador asesinó al rey y sus dragones se murieron de la tristeza.
-Hace unas semanas nos llegó un rumor bastante peculiar - Habló por primera vez su hermano. -Se dice que en el puerto, una Iceller bajó montada en un caballo negro, buscando a la madre de los dragones.
-Eso es imposible, los Iceller murieron todos.
-No perderemos nada investigando a esta chica.
-¿Quieres que me cruce todo el imperio para ir tras una chica que ni siquiera sabemos si existe?
-No, cuando vayas hacia allá, mantener tus ojos abiertos - Daario se aproximó - Ideas de fuego, la intensidad del hielo.