La perla de la manada.

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Pete sabía que lo que estaba pasando era incorrecto, pero no podía detenerse. Estar en los brazos de kinn era maravilloso. Sus besos, sus caricias. Según la tradición un omega no podía ser tocado al menos que estuviera comprometido, pero a quien le importaba, estaba enamorado de un hombre maravilloso, su Kinn era perfecto.

Se habían conocido hace nueve meses en un baile y la química fue instantánea, sus miradas habían quedado prendidas la una de la otra y aquí estaban ahora, ahogándose en los besos del otro.

Kinn deslizaba su lengua por sus labios y no tuvo mas remedio que abrir su boca, justo cuando estaba por calentarse y rogar por más, Kinn se alejó. – Tengo que detenerme o no podré controlarme. – su caballero le dijo.

- No tienes porque deternerte. – respondió. La mirada de Kinn se intensificó, pero aun así dio un paso atrás.

- Eres demasiado tentador cariño, pero no quisiera propasarme. Eres un amega muy valioso, ojalá pudiera reclamarte para mi frente a todos, así serias mío para tocarte como quiero. – las palabras de Kinn hicieron estragos en el estomago de Pete.

- Entonces habla con mi familia, si te conocen como yo, te aceptarán enseguida.

- Sabes que no puedo hacer eso, tu familia es la mas poderosa de la colonia y jamás aceptarán que te comprometas con un simple soldado sin nombre. –

- Sabes que no es cierto, mi padre me adora y si se lo pido aceptará nuestro compromiso sin importar tu apellido o tu posición. – Pete tomó las manos de Kinn entre las suyas.

- Puede que tu padre te ame, pero sin nada que ofrecerte tu familia me cerrará la puerta en la cara nada mas me vean llegar.

- Kinn por favor, no digas eso. Mi familia tomará en cuenta mi opinión.

- Amor mío, eres la perla de la manada, el omega de alto nivel más codiciado de la colonia. En mis más fantasiosos sueños podría yo competir contra las expectativas que tu familia tienen para una unión en matrimonio.

- ¿Acaso no me amas? ¿crees que a mi podría importarme tu posición o tu linaje?

- A ti no, pero a tu familia... es otra historia. – Kinn besó las manos de Pete y rogó. – Dame algo de tiempo, pronto me subirán de rango y podré reclamarte como mío frente a tu familia, frente a todos. – Kinn abrazó a Pete fuertemente, la antesala de una despedida que Pete sabía que venía.

Cada noche debían verse a escondidas y Pete se estaba cansando de eso, sabía que en el fondo Kinn tenía razón. Su familia jamás aceptaría una unión como la de ellos dos, un soldado de rango medio y un amega de alto nivel. El segundo hijo del patriarca de la manada. Su hermano se pondrá furioso si descubre que se ven a escondidas y a su madre le daría un ataque. Razón que lo hace aun mas excitante.

Se despidieron con un beso final y la promesa de verse a la misma hora mañana. Pete caminaba con su escolta por la avenida cerca del mercado, la excusa que dio para salir con pocos escoltas es que iba a por semillas para plantar en su jardín, que siempre mantenía impecable y hermoso. En la carretera un niño casi fue atropellado por un carruaje y cayó al suelo. Pete corrió a ayudarlo, lo levantó del suelo y sacudió su sucia ropa.

- Menos mal eres un huérfano. – dijo el caballero que conducía el carruaje.

- ¿Habría alguna diferencia su no lo fuera? ¿sin padres que reclamen el daño hecho al niño? – Pete estaba indignado, por se un huérfano no les daba derecho a ser abusado.

- Bueno yo... - el caballero comenzó a disculparse, pero fue interrumpido por el dueño del carruaje que hasta ahora se digna en salir.

- ¿Pasa algo? ¿Por qué no detuvimos? – un joven muy elegante salió del carruaje, su mirada altanera provocó escalofríos en el cuello de Pete.

- Mis disculpas señor, un niño se nos atravesó, pero de inmediato nos ponemos en marcha. – el caballero hablaba con su señor como si nadie mas importara, eso molestó a Pete.

- ¿Disculpa? Si hubiera sido yo ¿sería digno de una disculpa y una compensación? ¿O solo es el carácter hipócrita debido a que se trata de un simple huérfano? –

- No señor no quise decir eso... -

- Ya basta. – la voz del otro hombre seguía provocando sensaciones extrañas en Pete. – Niño ¿Cómo te llamas? –

- Macao señor. – el niño respondió con un temple que ni Pete sentía.

- Y ¿Dónde vives? – el niño señaló el edificio en ruinas que indica el orfanato de la colonia. Debido a la guerra de hace años muchos niños quedaron huérfanos y muchas mujeres y omegas viudos, el padre de Pete hace lo que puede, pero es imposible cuidar de todos.

- Disculpa a mi conductor, te prometo que mañana llevaré aperitivos y otras cosas a tu hogar, también hay para los demás niños. Mientras me puedes prometer que no correrás mas en medio de la carretera, esta vez tuviste suerte, pero la próxima vez podrías resultar muy lastimado.

- Si señor. – el niño sonrió, era raro que un huérfano sonriera en este tiempo, Pete estaba sorprendido ¿Quién era este tipo?

Cuando el niño se fue, la mirada del tipo se dirigió a Pete, una mirada penetrante en un rostro seri, una mandíbula esculpida y unos labios severos. Era un alfa dominante y pete sentía el impulso de mostrar su cuello, pero no lo haría, había sido criado desde su nacimiento a no doblegarse ante nadie. Era la perla de la manda, el omega de alto nivel mas codiciado y valorado de toda la colonia. No se doblegaría ante nadie.

- Veo que tienes carácter para ser un omega. – esa sola frase tocó un nervio muy sensible.

- Bienvenido a la colonia, lugar donde los omegas tenemos derecho a elegir, así que por favor evite usar esa mirada dominante conmigo, no va a funcionar. – Pete levantó la barbilla orgulloso, dio la media vuelta y fue a casa.

Vegas observaba en silencio al impetuoso omega que acaba de dejarlo mas que sorprendido, estupefacto. Era hermoso, unos ojos de media luna y una barbilla arrogante, pero fina y su nariz perfecta que solo pudo ser hecha por los dioses. En su vida se había encontrado semejante nivel de orgullo, debía reconocer que el sexi, pero a la vez lindo omega lo había dejado excitado en niveles que nunca había experimentado.

Cuando terminara sus negocios aquí, buscaría a ese lindo omega y lo doblegaría, lo haría suyo de formas que él insolente no podía imaginar. Sonrió y subió a su carruaje en busca del jefe de la colonia quien estaba en deuda con él. 




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Hola soy yo de nuevo, les traigo una historia de una pareja diferente a lo que estamos acostumbradas, pero estos me tienen al borde de la obsesión. No podía dormir pensando en esta historia. Espero les guste y me sigan apoyando.

Pd. Si ven que cambio de nombre el perfil no se alarmen. Mis alumnos descubrieron mis redes sociales y pues la maestra necesita trabajar 😅😅

BODAS DE ODIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora