Los brazos fuertes de su esposo le proporcionaban la calidez que necesitaba en este momento, Pete ha atravesado muchas dificultades este año, desde que volvió del extranjero; primero tuvo un enamoramiento fugaz con un militar, fue vendido y engañado por su familia, tuvo un matrimonio apresurado y ahora está esperando un hijo.
Un hijo que no conocerá a sus abuelos, hace dos semanas fue el funeral de su madre y una semana después le siguió su padre. La luz de su vida. Eran tan unidos y lo amaba mucho, nunca supo que iba a ser abuelo ahora que lo pensaba, de haber sabido que todo esto pasaría, le habría contado la noticia, habrían reído de felicidad al enterarse, estaba seguro. Ahora nunca lo sabría.
- ¿Por qué estas tan callado? – preguntó Vegas quien lo abrazaba en la cama que compartían en su casa en la Colonia. Con tanto ajetreo, primero el ataque a su casa y luego lo de sus padres, no habían podido disfrutar de las buenas noticias.
Su hermano tampoco había tenido tiempo de disfrutar de su recién unida familia. – Solo estoy pensando en todo lo que ha pasado últimamente. –
- ¿Cómo te sientes? – Esto era algo natural en su esposo, siempre era observador y notaba cuando algo andaba mal.
- Se que debería estar bien. –
- Tienes todo el derecho de estar triste, se que no es fácil amarme. – Pete entendió algo.
Se dio la vuelta y miró a su esposo a los ojos: - Vegas... nada de lo que ha pasado es tu culpa. –
- Yo traje a mis enemigos a tu casa. – Pete lo rodeó con sus brazos y dejó que toda la calidez que Vegas siempre le transmitía, esta vez fuera él quien lo confortara.
- No vegas, fueron ellos los que se metieron donde no debían, nunca de los nunca debes sentir culpa por nada de lo que pase. –
- Hice que te entristecieras. –
- Soy feliz contigo, nunca lo dudes. – Pete besó a su esposo en los labios transmitiendo todo el amor que sentía por él. Vegas lo amaba y eso no se pondría en duda, el día del ataque pudo ver el terror en los ojos de Vegas cuando sentenció a Tawan a muerte y como fue despedazado no solo por matar a su madre, más que todo por intentar matar a Pete. Llevaría eso en la memoria para siempre. Vegas es capaz de los crímenes mas atroces si se trata de la gente que ama, Pete era uno de ellos.
- ¡Auch! – exclamó Pete mientras besaba a su esposo.
- ¿Qué? ¿Te he lastimado? – Vegas se levantó de prisa y examinaba su cuerpo.
- No, es el bebé, se movió. – Pete sonrió y llevó su mano a su vientre.
- ¿En serio? -
- Si, siéntelo. – Pete tomó la mano de su esposo y la llevó a su vientre donde su bebé se movia inquieto, Vegas se alarmó por un momento.
- Pete, puedo lastimarte. –
- Jamás lo harías, siente esto. –
El bebé se movió de nuevo y Vegas sonrió extasiado. – Pete es maravilloso. – su esposo acariciaba su vientre y después de pensar un poco colocó su cabeza en su vientre y escuchó cada movimiento del bebé.
- Hicimos un milagro. –
- Es un hermoso milagro. –
Después de hablar sobre los planes mientras nacía el bebé, decidieron quedarse en su casa en La Colonia hasta que diera a luz, la salud de un omega era delicada y más cuando estaba en cinta, el viaje a casa era largo, tomaba un día completo en llegar. Así que lo mejor era esperar a que naciera su hijo.
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BODAS DE ODIO
FanficPete es la perla de la manada, como omega de alto nivel tiene un deber que cumplir, pero su corazón ya pertenece a alguien más. Vegas el alfa de la manada a puesto su mirada en un dulce omega y desde la primera vez que lo vio ayudando a un niño en...