Pete sentía cada vez más su cuerpo arder, este celo era diferente a los que había sentido antes, quizá porque ahora tenía a Vegas a su lado a quien deseaba, o porque había dejado de tomar supresores por más de un mes.
Nunca lo sabría, pero su cuerpo estaba reaccionando a la mirada y la forma en que la nariz de Vegas se acercaba a su cabello, olía cada parte de él, su cuello, cabeza y hombros, depositando un beso en su hombro le dijo: - ¿Es tu celo Pete? Lástima que no puedo tocarte, puedo ayudarte con eso. - y se alejó.
¿Es todo? Estaba ardiendo de deseo y necesidad y su esposo solo se aleja así sin más, sin afectarse por sus fermonas que hasta para él eran dulces.
Vegas caminó hacia la puerta. - Pareces decepcionado amor mio, pero me dijiste que no volvería a tocarte. -
- Vegas yo... - Pete empezó a respirar fuerte y no quería que Vegas se fuera y lo dejara así.
De espaldas Vegas le dijo: - Soy inmune a las feromonas omegas excepto a las tuyas desde la primera vez que te tomé, pero ahora tienes dos opciones; iré a traerte un supresor o... -
- ¿O que? - eso salió más como una súplica.
- O voy a tomarte como siempre he querido hacerlo, sin piedad. - Esa oscura promesa despertó en Pete algo que no sabría como describir, solo sabía que deseaba que Vegas hiciera algo al respecto.
Se quitó la túnica que cubría la desnudez de su cuerpo y le suplicó con angustia: - Vegas por favor no te vayas... -
Vegas cerró la puerta de la habitación con seguro y corrió tomando a Pete entre sus brazos, comenzó a oler cada parte de su cuerpo, sus mejillas, su cuello, mientras sus brazos lo rodeaban, Pete quería sentir alivio.
Con un beso feroz Vegas lo apretó contra su cuerpo y había algo sumamente erótico en ser abrazado por Vegas mientras uno estaba completamente vestido y el otro completamente desnudo.
La lengua de Vegas se introdujo en su boca y su propia lengua le seguía el ritmo. - Vegas ahhh... Un gemido salió de su boca y Vegas lo tomó de la cintura bajando sus manos por trasero, de un salto Pete estaba enredando sus piernas alrededor de la cintura de su esposo y comenzó a restregarse para sentir el alivio que tanto quería.
Vegas se sentó en la cama con Pete sobre él y continuó su exploración en su trasero. Al inicio la incomodidad solo dio paso a la pasión. Cada vez sentía mas húmeda su entrada.
- Aunque me encanta esta posición y sabía que serías fuego en la cama, voy a tomarte como dije que lo haría. - Vegas lo depositó en la cama boca abajo.
Su cabeza quedó en una esquina de la cama y sus piernas en la otra, Vegas se posicionó entre ellas. - De rodillas Pete. - Con un apretón en una nalga Pete no tuvo otra opción que obedecer.
Quiso ver hacia atrás para observar a Vegas desnudarse, siempre era una visión erótica verlo quitarse cada capa de ropa. - ¿Te dije que podías ver? -
Pete regresó la vista al frente. - ¿Ves esa esquina en la cama? Puedes morder ahí si sientes que es demasiado porque una vez que entre no pararé hasta que te corras la primera vez. -
Vegas se posicionó detrás de Pete y su pecho quedó pegado a su espalda, lo abrazó del pecho con un brazo y con el otro tanteaba un dedo en su entrada. Una vez que la humedad resbalaba por sus piernas fue suficiente para Vegas, cada vez Pete respiraba con mas dificultad. - Eres mio recuerda eso. -
Entró en Pete y comenzó a moverse como si se le fuera la vida en ello, cada vez Pete era impulsado hacia adelante y su centro ardía de necesidad. Algo tocó Vegas que lo hizo gemir. - Ahhhh Vegas Mmmmm... - y tal como le había dicho mordió la esquina de la cama pues cada vez era mas intenso el movimiento de quien entraba y salía de su centro.
Unas embestidas más y Pete se corrió sin necesidad de tocarse. - Bien Pete, ahora se que hay más rondas en ti... - con eso Vegas salió de él y se recostó en la cabecera de la cama.
- Ven aquí, vas a montarme. - Pete estaba todavía de rodillas y al girar vio el miembro de Vegas aún erguido. Su tamaño era impresionante y la arrogancia de ese alfa no era pura vanidad, de verdad ostentaba el título de líder y alfa con orgullo y no solo porque si.
Pete gateó hasta posicionarse a horcajadas sobre Vegas. - Tu sensualidad es de otro mundo ¿No sabías eso? - Pete negó con su cabeza. No sabía que hacer a continuación.
- Ven aquí. - Vegas lo tomó de la cintura y lo posicionó sobre su miembro. Pete podía sentir como lo llenaba por completo.
- Tu vas a montarme asiiii... - Vegas lo subía y bajaba con sus manos en la cadera y Pete se sintió extasiado.
Cuando pudo entender lo que tenía que hacer comenzó a mover sus caderas al ritmo que mejor lo hacía sentir y levantó su cabeza al cielo, porque era ahí donde se sentía.
¿Como un alfa poderoso podía llevarlo al cielo y al infierno al mismo tiempo? no lo entendía. Solo sabía que este momento era sublime.
- Ohhhh Pete ahhhhh - Vegas estaba perdido en el momento y ver su rostro de placer desde arriba lo hacía sentir también poderoso, tener el poder de hacer sentir de esta forma a este hombre. Sus movimientos fueron acelerando hasta que las manos de Vegas fueron de sus caderas a su miembro y comenzó a acariciar al ritmo que él mismo marcaba.
Esta vez el orgasmo lo alcanzó en la cima y no quería bajar de ahí, hasta que Vegas los giró y se posiciono sobre él con sus piernas alrededor de su cintura. Se movía a su propio ritmo a una velocidad impresionante, salió de él y se acarició, Pete lo veía todo, su expresión y su placer, hasta que Vegas logró correrse y depositando su esencia junto a la suya que manchaba ambos cuerpos.
Algo en Pete no estaba completo y lo recordó mas tarde esa noche después de aplacar su celo y cuando la bruma de la pasión los había dejado. Vegas no lo había anudado.
No era que tuviera experiencia en ese campo pues era virgen antes de casarse, pero sabía por sus amigos que ya estaban casados que el alfa anudaba a su omega justo después de correrse ¿Vegas no quería hijos? Entonces ¿Por qué se casaría con él si no quería una familia?
¿Ahora que te pasa Pete? ¿Tu quieres una familia con Vegas? Con ese pensamiento en mente y escuchando la respiración constante de Vegas en su oído logró conciliar un poco el sueño, mañana continuaría su celo el cual duraba varios días, pero ¿Vegas sería un buen padre? - Ya duérmete Pete. - se dijo a si mismo y soñó con bebes pequeños muy parecidos a su esposo.
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BODAS DE ODIO
Fiksi PenggemarPete es la perla de la manada, como omega de alto nivel tiene un deber que cumplir, pero su corazón ya pertenece a alguien más. Vegas el alfa de la manada a puesto su mirada en un dulce omega y desde la primera vez que lo vio ayudando a un niño en...