Tía Pim.

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- Sabía que te encontraría aquí. – Khun Pim entró a la habitación oscura y saludo a Vegas quien estaba con una botella de licor en la mano.

- Cuando nadie puede encontrarme te envían a ti, eres la única que sabría donde buscarme, quiero estar solo. - Vegas hizo mala cara y bebió de su vaso.

- No me hables así, yo fui quien te crió. –

- Extraño a mi madre... - Ser vulnerable no era un lujo que Vegas pudiera darse, Pim era la única que podía verlo en este estado.

- Ella nos dejó muy joven... recuerdo cuando llegó a este lugar, una niña apenas y luego tuvo la mala fortuna de enamorarse de tu padre. – Vegas arrugó la cara.

- P' no hables de mi padre y mi madre en la misma oración... -

- ¿Por qué? Tu padre fue un monstruo que solo la utilizó para alcanzar estatus y luego cuando ya no era útil le fue infiel, tu madre no murió de decepción por ello, fueron las heridas de la retribución lo que le causó la muerte. – Vegas apretó el vaso que sostenía en la mano el cual amenazaba con romperse debido a la fuerza que ejercía, recordaba a su madre de pequeño, tan sonriente y feliz al lado de su padre, no tenía ni idea de todo lo que ella sufría, las infidelidades de su padre y luego el hecho de que fue él mismo quien la acusó a ella de serle infiel y pedir retribución.

Solamente quería deshacerse de ella pues ya no le era útil, más adelante él siendo un niño vio como la luz se apagaba de los ojos de su madre y la única que creyó en ella fue la Tía Pim. Un niño que creció lejos de su familia, viendo a su madre morir lentamente. No conocía a nadie y nadie fue capaz de tenderles la mano, todos creyeron en los argumentos de su padre.

Fue así que cuando se hizo adulto regresó y eso era una amenaza para el líder cruel y despiadado que era su padre, las trampas que le puso no hicieron más que avivar el fuego que ya lo consumía, el fuego de la venganza.

Hasta que logró reunir gente de confianza y poder retar a su padre a un duelo donde el muy cobrade salió huyendo y dejando a todos en su manada a su suerte, solo algunos cuantos rebeldes lo siguieron y esos son los que le están causando problemas hoy en día.

- Lo mismo que has hecho tu con tu esposo. – La tía Pim interrumpió sus pensamientos con esta única frase que podía ponerlo de mal humor el resto del día, no dejaba de tener razón, Porsche ya se lo había dicho, Pol ya se lo había dicho, incluso Arm y todos en la casa sabían que había sido injusto con Pete, pero los celos lo consumían, la rabia de solo pensar que le había mentido.

- No me hables de él. – dijo entre dientes, la tía Pim le lanzó una mirada amenazante como diciendo "intenta callarme si puedes".

- Siempre me pregunté como es que ese niño tan dulce logró conquistar tu corazón, pero al verte así de mal veo que eres tu el obsesionado. – Vegas sintió su corazón arder, Pim tenía toda la razón.

- Podría jurar que lo seguiste hasta el cansancio y no le quedo de otra que casarse contigo. – continuó ella.

- No sabes nada. – Vegas terminó su vaso de licor de un solo trago.

- Conociéndote si solo querías acostarte con él... ¿Por qué no lo hiciste y luego te marchaste? No sería la primera vez. – Pin se cruzó de brazos, la mujer Beta que lo había criado después de la muerte de su madre era quien más lo conocía, no podía esconder nada de ella.

- El era... diferente. – Pim lo miró como queriendo una explicación.

Vegas suspiró. – Bien, Pete es un omega de alto nivel no podía manchar su reputación de esa forma. –

BODAS DE ODIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora