Redención.

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- ¡Tu! ¿Que crees que le haces a mi hermano? - Chan inmediatamente avanzó hacia adentro de la habitación. Vegas escondió a Pete detrás de su espalda, estaba casi desnudo en sus brazos y no queria hacerlo pasar mas vergüenza.

La madre de Pete tapó su boca con sus manos y tenía los ojos muy abiertos. - ¿Que le hiciste a mi hijo? - sus ojos estaban vidriosos.

- Señora Saengtham le juro que no... - Vegas empezó a disculparse y a explicar para que no se manchara el honor de Pete, pero Chan se adelantó.

Chan avanzó hacia Vegas y lo tomó por el cuello de su camisa. - No te atrevas a pretender salirte de esto, vimos perfectamente lo que hacías. - Aparentemente Chan estaba muy enojado.

- Pete, cariño ¿que esta pasando? Ven con mamá. - la madre de Pete habló a su hijo. Ambos actuaban como si Vegas fuera un violador que acaba de robar la virtud de su hijo.

Hasta ese momento Pete no había dicho palabra alguna, pero al escuchar a su madre, un sollozo salió de su garganta y corrió a los brazos de su madre. Eso no ayudaba a aclarar nada, lo empeoraba.

La señora Saengtham abrazó a su hijo que sollozaba y Vegas solo suspiró, no fue una buena idea llamarlos y decirles media historia de lo que había pasado, hacerlos venir a ver a Pete para asegurarse que estaba bien y que ahora todo esto se fuera al carajo. Sobre todo no fue buena idea haberse dejado llevar por la tentación al ver a Pete en ropa interior en su habitación y junto a su cama.

Solo la visión de esa piel lechosa y esa cintura y caderas estrechas lo hizo calentarse a tal grado que no pudo resistir. Anoche fue relativamente fácil, debido a que su seguridad era prioridad y todo estaba oscuro, no había visto nada. Pero esta mañana al entrar a su habitación y verlo así... Solo avivó el fuego que ya corría por sus venas con este omega.

Estaba repasando lo que lo llevó a besar a Pete cuando la señora de esa familia le dijo: - Tendrás que hacerte responsable. - la mirada más sorprendida fue la de Pete. Vegas ya tenía esas intenciones desde el principio.

- Señora, le juro por mi vida que jamás deshonraría a su hijo, él puede corroborarlo. Su seguridad fue lo primero al traerlo aquí. Pero por mi honor que responderé si he cometido falta alguna y que sea Pete quien decida los términos para mi redención. - la firmeza de sus palabras hicieron que Chan lo soltase sorprendido.

- Mamá, te juro que no paso nada. - Pete habló por primera vez.

- Eso no fue lo que vimos, tendrá que hacerse responsable como él caballero que es. - La madre de Pete era firme.

- Pero mamá... -

- ¡Silencio! Tu también... ¿Me dejan hablar con mi hijo? - el rostro de Pete se puso pálido y Chan siguió a Vegas, los dos salieron de la habitación en silencio. Vegas quería darles privacidad.

- Eso no fue parte de nuestro trato. - Chan habló por primera vez calmado desde el exabrupto.

- No teníamos ningún trato, tu hermano no es algo que pueda ser tratado. -

- Sabes a que me refiero. - Vegas guió a Chan a su oficina y le sirvió una copa.

- Quería que tu hermano me aceptara sin nada que lo haga sentir obligado, quería ganarme su corazón, no que todo sucediera de esta forma. - Vegas tomó de su trago después de reflixionar esto sería una excusa perfecta para presionar a Pete a casarse con él, pero no era así como quería que sucedieran las cosas.

- ¿Tu crees que mi hermano dejaría que te acercaras si no sientiera nada por ti? ¿Sabes a cuantos pretendientes ha rechazado? Incluso a uno le ha dejado el ojo morado cuando se acercó demasiado a su "espacio personal" eso había dicho él. - Chan levantó los hombros con indiferencia, Vegas lo miraba fijamente, como si lo anterior no fuera nada para Chan y solo hubiera actuado su anterior enojo.

BODAS DE ODIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora