- Oye ¿podrías darme tiempo para pagarte? No traigo esa cantidad conmigo ahora. Dame una semana.
- Lo siento, una deuda de apuesta es una deuda de honor. – Vegas empezaba a llevar las de ganar en esta conversación. Tenía algo a su favor y lo usaría.
- Se que posiblemente necesites el dinero, pero no lo traigo ahora, además no imaginaba que fueran tan buenos en esto ¿acaso eres un estafador? Llamaré a seguridad, no me fio de ustedes. –
- ¿Nos estas llamando tramposos? – su amigo levantó la voz molesto. Vegas levantó una mano para detenerlo.
- ¿No es eso lo que son? Además... - esa frase fue interrumpida por el encargado quien se acercó a ellos con nerviosismo.
- Khun Vegas ¿Algún problema? –
- No ninguno. – dijo Vegas con calma.
- ¿Khun Vegas? ¿Cómo el alfa Vegas Kornwit Theerapanyakul? ¿Alfa líder de la manada del este? –
- Ese mismo, también es el dueño de este club. – dijo el gerente.
- ¿Por qué no me dijiste eso? Hemos sido tan irrespetuosos. – el rostro de Chan se tornó pálido al igual que el resto de sus acompañantes.
- No voy por ahí anunciando quien soy. – dijo Vegas.
- Pero de haberlo sabido... -
- Me habrías tratado diferente. – era una afirmación. La actitud actual de Chan solo sedimentaba la decisión que había tomado.
- Ok te diré que haremos. Mañana ven a mi casa y arreglaremos lo de tu deuda. – tanto Chan como su mejor amigo giraron su rostro rápidamente hacia Vegas. Su amigo entrecerró sus ojos hacia él, si lo conocía bien, sabía que tenía un plan en mente.
- Claro señor. Muchas gracias. – todos los demás se despidieron haciendo reverencia y el gerente les dijo que lo acompañaran. Debían revisar las cuentas como lo hacían cada tres meses.
Mas tarde esa noche mientras cenaban en la tranquilidad de su casa y después de revisar todo lo relacionado a sus negocios, Vegas aun daba vueltas en su cabeza acerca del plan que se le había ocurrido en la mañana. Fue una gran ventaja que Chan tuviera un problema de apuestas, sabía que era bajo lo que quería hacer, pero no veía otra manera.
- Tu cara me dice que planeas algo ¿me vas a contar o tengo que adivinarlo? – su amigo cortó sus pensamientos.
- Si te lo digo arruinaría mis planes. – Vegas continuaba tranquilo como siempre.
- La tormenta en tus ojos solo se intensifica, eso significa que tienes un debate interno. – su amigo a veces era tan dramático.
Vegas giró sus ojos. – No necesitas saberlo, al menos por ahora. Vuelve mañana a esta hora y te diré como resultó.
- Esta bien. – una de las cualidades de este hombre era su discreción, lo que lo hacía tan confiable.
Se despidieron y Vegas fue a una cama vacía, esperaba que algún día sus sueños cobraran vida en forma de un lindo omega de ojos ardientes y carita de ángel. Ahora que lo recordaba, su nariz perfecta y sus ojos de media luna lo perseguían en sus sueños y esos labios. Anhelaba poder ser la causa de su sonrisa, aunque hasta el momento no lo había visto sonreír. Gruñir si, sonreír jamás. Cambiaría eso se prometió.
***
Pete tuvo un día cansado, tratando de convencer a su madre de que no necesitaba un matrimonio arreglado, quería casarse por amor. Quería el romance, la pasión que leía en sus libros. Por la mañana visitó a uno de sus amigos a quienes sus padres habían comprometido con un alfa de buen estatus, pero que no amaba. No se podía imaginar una vida al lado de alguien que no amaba. Lo que le trajo los recuerdos de la última conversación con Kinn. Lo amaba, pero no entendía su reticencia a hablar con su familia, estaba seguro que su padre entendería. Su madre era otra historia, pero con la autorización de su padre era suficiente para él.
Estaba por dormirse cuando escuchó un sonido que venía de su ventana, como si alguien estuviera golpeando. Fue a abrirla y pudo ver la sombra de la persona que reconocería aún en la oscuridad, era Kinn. Salió al balcón y fue a sus brazos, olvidado que llevaba poca ropa.
Kinn lo abrazó y le susurró al oído: - aunque me encantaría tenerte así en mis brazos, no creo que pueda resistirme si vistes de esta manera y tan cerca de tu habitación. –
Un sonrojo sacudió su cara y se soltó de su abrazo. - ¿Qué haces aquí? – preguntó cruzando sus brazos y cambiando de tema para evitar la vergüenza. Kinn sonrió.
- Necesito hablar contigo. Baja hasta el quiosco y hablemos más tranquilos ahí, aquí alguien podría escucharnos y estaríamos en problemas, además... - Kinn barrió sus ojos por la figura que Pete sabía proporcionaba la ropa para dormir que llevaba puesta. Aceptó y fue a vestirse un abrigo, siguió a su amado hasta el lugar donde se reunirían.
Kinn tomó sus manos y lo besó justo en las palmas de cada una. – mañana parto a una misión, después de esto viene mi ascenso, será hasta entonces que podré presentarme con tu familia. –
Pete no pudo evitar la sonrisa que asomó a sus labios. - ¿te he dicho que amo tu sonrisa? – Kinn le besó en la comisura de la boca.
- ¿hablas en serio? – le preguntó con voz aguda.
- Si, tienes la sonrisa mas perfecta que he visto en mi vida. –
- No, hablo acerca de hablar con mi familia... -
- Oh si, todo se resolverá en una semana mas o menos. – Pete se lanzó a los brazos de Kinn y lo besó. No podía esperar a que acabara la semana. Se sentía al fin cerca de la libertad.
Se pusieron de acuerdo e hicieron planes a futuro, pronto todas esas visitas a escondidas acabarían y podría presumir que se casaría con el hombre que amaba. Subió a su habitación por la puerta de la cocina por donde había salido. Lo que Pete no había notado es una sombra seguirlo y observar todo el intercambio.
Chan observaba a la pareja en absoluto silencio, esto no era bueno. Su tierno e ingenuo hermano tenía un secreto. No podía esperar a utilizar esta información a su favor. Sonrió de la forma más malvada que nunca y desapareció en las sobras de la misma forma silenciosa como había llegado.
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BODAS DE ODIO
FanficPete es la perla de la manada, como omega de alto nivel tiene un deber que cumplir, pero su corazón ya pertenece a alguien más. Vegas el alfa de la manada a puesto su mirada en un dulce omega y desde la primera vez que lo vio ayudando a un niño en...