Cosa de esposos.

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Pete caminaba por la gran casa, quería hacerse familiar con el ambiente, era fácil decirlo. Había visto más habitaciones aquí que en su propia casa. Uno de los pasillos conducía a un jardín y al salir fue sorprendido por lo hermoso que era. Flores colgantes en bases de madera que formaban techos altos, tulipanes, rosas, hortensias, todas las flores que siempre quiso, pero en su casa no podía tener debido a la infértil tierra.

Caminó hacia una galera de madera tallada y visualizó unos establos ¿caballos? ¿Qué tan rica era esta gente? Al parecer puras razas. Caminó entre las caballerizas y vio algo que le llamó la atención.

***
Vegas no daba crédito a lo que veía: - ¿Qué fue lo que les pasó? –

- Trataban de escapar de los rebeldes, pero un gran numero fueron alcanzados, solo ellos pudieron ser salvados, lo siento jefe. – Ken uno de sus hombres de mas confianza le dijo. Tenía marcas por toda la cara como señal de la batalla.

- ¿Estas bien? - Vegas conocía la capacidad de sus hombres, pero al verlos tan mal heridos no pudo evitar preocuparse.

- Estamos bien, una vez que logramos avanzar los malditos huyeron como cobardes. Estos omegas estaban siendo usados para cosas terribles, solo hay que verlos. - Ken era muy serio en su trabajo y además de Pol confiaría en él, el cuidado de los omegas rescatados.

- Esta bien, lleven a todos al refugio y refuerzen la guardia, se que deben estar cansados, pero debemos estar más pendientes, no se de donde salen tantos rebeldes, una vez que atrapemos al responsable. Me encargaré de él personalmente. - Vegas sospechaba quien era el responsable de todo este lío.

Salió al pasillo y se encontró con quien llevaba las riendas de la casa, el omega estaba a cargo de todo lo relacionado al cuidado de los omegas rescatados y de la administración de la casa, cosa que debía cambiar, dado que ahora estaba casado y Pete tenía que tomar ese papel desde que ahora era su pareja y dueño de todo.

- ¡Vegas! - gritó con entusiasmo el omega.

- ¿Que pasa? - suspiró.

- Escuché que hubieron más rescatados, pero en el refugio estamos casi al tope. -

- Buscaremos otro lugar, por cierto ¿Ya conociste a mi esposo? - siempre fue consciente de los sentimientos de este omega hacia él, pero jamás hizo algo al respecto, tenía un deber como líder y solo había sentido algo especial por una persona, Pete. Desde el momento en que lo conoció, supo que debía hacerlo suyo. Nadie se comparaba con él en belleza y carisma.

- Llegaron apenas hace unos días y no salía de su habitación, no lo he conocido personalmente. - El omega dijo casi en voz baja. - ¿Llevará el manejo de la casa? Creo que debería, ya que es ahora nuestro nuevo jefe, desde que se casó contigo? -

- No lo se... Le consultaré, mientras puedes seguir haciéndote cargo. - Por cierto, ya lo extrañaba, todas las noches desde que llegaron a casa dormían juntos y le hacia el amor, Pete era receptivo y apasionado, se entregaba al fuego de la pasión, pero así también quería ganar su corazón y borrar todo rastro de otro hombre de su mente. Solo de pensar en eso su furia se encendía nuevamente.

Dejó al omega y fue por los pasillos hacia su habitación, al abrir la puerta la encontró vacía. - !Pol! - gritó a su hombre de confianza.

- Si jefe. - Llegó corriendo con Arm detrás de él.

- ¿Han visto a Pete? - su único pensamiento era que posiblemente hubiera escapado.

- No lo he visto.

- Creí que estaba en su habitación, no bajo a desayunar. - Pol y Arm respondieron al mismo tiempo.

- Busquenlo y ordenen que ayuden a buscarlo ¡Ahora! - su temperamento subía a medida que buscaba por toda la casa.

***
- Ah aquí estas. - Un omega muy atractivo se acercó a Pete quien estaba agachado en una de las caballerizas acariciando a una perra que acababa de dar a luz a unos hermosos cachorros.

- Oh hola ¿No es hermosa? - Pete no conocía al omega, pero su mirada se veía astuta.

- Si, lo es. -

Observaron juntos a la perra y los cachorros por un largo tiempo. Hasta que el grito furioso de alguien lo sacó de su mente.

- ¡Pete! - se levantó de un salto y su corazón latió desvocado ¿Por que estaba tan furioso?

- ¿Que pasa? - Vegas lo agarró de un brazo y lo jalaba hacia la casa.

De alguna manera logró soltarse sacudiendo su brazo del agarre. - ¡Me lastimas! -

- ¿Sabías que llevamos buscandote por toda la casa? Creí que...

- ¿Creíste que había escapado? - la mirada desafiante de Pete se podía comparar con la mirada furiosa de Vegas.

- No me retes Pete... -

- ¿A donde iría Vegas? - Caminó por los pasillos hasta su habitación seguido de Vegas, al cerrar la puerta toda su ira y resentimiento se desbordó.

- Dime Vegas ¿A donde crees que podría ir? Tienes toda la casa vigilada, apenas puedo salir de esta habitación y no me dejas solo en ningún momento, apenas hoy pude tener un respiro de tus lacayos. -

- Eres creativo, podrías escapar si quisieras. - Vegas también estaba cansado y Pete podía ver eso.

- Ese es el detalle, si quisiera... Por supuesto que quisiera, pero mi madre y hermano me vendieron, padre moriría si supiera lo que hicieron. No puedo volver a esa cada y tu... -

- Yo... ¿Que? - Vegas se acercó a Pete hasta que sus narices estaban tan cerca. Podía sentir su aliento y cerró los ojos.

- ¿Te poseo cada noche? ¿Te he marcado como mío, así nadie podría volver a tocarte? No te veo quejandote mientras lo hago... Es mas te entregas con tanta facilidad... - Al escuchar eso la ira de Pete subió a niveles astronómicos, levanto su mano y voló hacia la cara de Vegas, la bofetada fue tan sonora que la sorpresa en el rostro de Vegas sería irrisoria de no ser porque fue reeeplanzada por la ira.

Lo tomó en sus brazos y presionó. - ¡Sueltame Vegas, no volverás a tocarme! - Pete forcejeaba por liberarse.

- Tus amenazas solo me provocan más Pete, soy tu esposo y tengo todo el derecho de poseerte cuando quiera. -

- ¡Eso es todo lo que eres y es lo único que tendrás! - las lagrimas inundaron sus mejillas y a Pete solo le quedaba rendirse a su destino, estaría atado a Vegas el resto de su vida.

***
Vegas reflexionaba en su oficina, Pete no lo amaba y no tenía caso forzarlo, después de la discusión salió de la habitación dejando a Pete llorando, no sabía como consolar a alguien y menos a alguien quien el mismo había hecho llorar.

Su vida era un caos antes de conocer a Pete y después de eso pensó que su amor podría darle algo de lo que siempre había anhelado, compañía. Amaba a Pete, pero tampoco podía retenerlo a la fuerza. Si su amigo estuviera aquí al menos tendría alguien que podria aclararle la mente en este momento, por cierto ¿Donde estaría Porsche?.




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Holis, perdón la ausencia, casi no tengo nada de tiempo. Volveré lo prometo.

Por cierto... ¿Quien creen ustedes que será el rival de Pete?

Los leo. 👀

BODAS DE ODIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora