𝙊𝙣𝙚 𝙎𝙝𝙤𝙩𝙨 ; Intenabo y Rebornplay

𝙄𝙩'𝙨 𝙊𝙠𝙖𝙮

tw: padre e hijo
Intenabo

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Gustabo en el momento que vió en audi color rosa barbie de su padre, corrió hasta el para entrar en el copiloto. El rubio salía del instituto y tenía la suerte de que ese día Jack podía ir a buscarlo después del trabajo.

Luego de saludar Conway, se quedó en su asiento intranquilo, con las manos sudando frío y una de sus piernas subiendo de arriba a bajo. Veía el paisaje de la ciudad mientras pensaba cómo decir algo de la mejor manera, desde hace un tiempo había descubierto una cosa en especifico que lo hacía ver 'diferente' en la sociedad.

Algo que lo preocupaba o lo ponía con los nervios a flor de piel, es la reacción de su padre ante el tema. Jack al ser su única familia de sangre en vida, su opinión y aprobación era lo que más le importaba. No quería decepcionarlo en ningún aspecto de su vida.

—¿Qué pasa, Gustabín? Te veo con un tic nervioso, eh— soltó sosegado, encendiendo la radio para escuchar alguna canción en inglés para aligerar el ambiente.

—Papá, quiero contarte algo.

—¿Si?— cuestionó intrigado el pelinegro, visualizando a su hijo de reojo.

—Me gusta alguien, y yo también le gusto...— decía mientras jugaba con sus manos que reposaban en si regazo.

— ¿Es la persona la cual me hablaste hace unos días?— vió un asentimiento silencioso por parte del rubio —¿Y qué pasa con eso? ¿Es algo malo?— cuestionó dubitativo.

—Eh, no... no es una chica.

Es ese preciso momento, como si estuviera destino a que pasara, Jack se quedó estático en su asiento. Por suerte, el semáforo en frente de ellos había cambiado a rojo.

Conway carraspeó un poco volviendo a la realidad:—¿Tu te sientes seguro con ese chico? ¿Estás seguro de tus emociones?

—Si— respondió brevemente, tragando saliva.

—Si te sientes feliz al lado de esa persona, yo también lo estaré. Tu felicidad es lo más importante. No te sientas presionado al decirme este tipo de cosas, yo siempre las aceptaré, y más viniendo de ti. Está bien.

En ese momento, Gustabo sintió como el gran peso en sus hombros se aliviaba.

—Y gracias por decírmelo y confiar en mi— siguió hablando el mayor —. Se que por culpa del trabajo y estar todo el día en comisaría junto a esas nenazas hace que ya no tengamos tiempo para estar juntos, pero nunca dudes en contar conmigo para cualquier cosa, Gus. Yo solo quiero verte feliz y que sigas siendo el mismo capullo burlón y problemático.— una pequeña sonrisa se asomó en sus labios cuando escucho un "hey" en forma de queja por parte del rubio.

En sus palabras no se equivocaba. Lo primero que estaba en su vida era su pequeño hijo, aunque de pequeño no tenía mucho, ya estaba a nada de cumplir los 17.

Estaría hasta el fin del mundo para solo cuidar a ese mocoso que mejoraba sus días y los volvía alocados y divertidos, era su arcoiris de su día a día. Era la persona más apreciada presente en su vida.

Sin importar que fuera su hijo o que opiniones tuviera, él siempre las respetaría sin importa qué. Hasta que el sol deje de brillar, siempre estaría orgulloso de Gustabo, y de todas las cosas que ha logrado.