𝙇𝙤𝙣𝙙𝙤𝙣

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tw: no lazos sanguíneos
- Gustabo es Gustabo, no Toni.
Intenabo

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Gustabo miraba detalladamente la entrada del aeropuerto con nerviosismo, apretaba el volante de su coche con los sentimientos a flor de piel. Hace unos días le dijo en plan cachondeo a Conway que fuera a Londres para que lo visitara unos días, pero lo último que esperó fue que accediera. Ese día en la mañana, el mayor lo había llamado diciendo que en un rato tomaría un vuelo desde Los Santos hasta Londres.

Ahora como un gilipollas, estaba cagado. Después de casi tres años vuelve a reencontrarse con la persona que había hecho que dudara de su asexualidad. Ese hombre alto, guapo, serio y demandante había ocasionado las 'mariposas' que nunca imagino experimentar.

Después de la salida de Gustabo del psiquiátrico, quizo cambiar de aire y se fue a vivir a Londres. De pura casualidad, contactó con un número que tenía de Jack y desde aquel entonces hablaba de vez en cuando con él. Luego de tanto que habían pasado y enfrentado juntos, le había agarrado cariño.

Se bajó de su coche, pero no lo vió a simple vista. En la entrada se encontró con un chico con una peculiar vestimenta.

—Hello, ¿Qué tal, cómo está?— cuestionó el desconocido con un extraño acento.

—H-hola...— su propia risa lo corto, no sabía quién coño era ese hombre pero le causaba gracia. Para disimular intento toser un poco.

—¿Está usted bien, señor?— dijo el chico curioso.

—¿Me acabas de confundir con este?

Esa voz.

Gustabo se giró sutilmente y lo vió, ahí estaba él vistiendo con su mítico pulcro traje con sus gafas ocultando esos atractivos ojos amielados, como en los viejos tiempos. Salió de su trance cuando Conway lo miró con una ceja alzada y los brazos cruzados.

—Ostias...— murmuró tanto sorprendido como exaltado —Perdona, es que no sé que me pasa. Hace mucho que no te veo y pues...

—Ajá— soltó Jack.

—Los gustos cambian.— ahí esta, el Gustabo de hace unos años bromista y sarcástico.

—Y te creías que era este, ¿no?— señaló al desconocido de ropa particular que los miraba sin discreción.

Después de unos cortos minutos del rubio charlando amenamente con el chico, este se fue y por fin los dejó solos.

—¿Como ha estado, Conway? Tanto tiempo...— suspiró alegre por la presencia de este.

—Siendo Superintendente y tolerando a los mismo anormales de carrito de siempre, no puedo estar más que mejor— bufoneó irónico montándose en el asiento del copiloto del coche de Garcia.

—¿Y qué tal el viaje?— el empezó a conducir a su hogar.

—Una puta mierda, para variar.— soltó cansado mirando las vistas de la ciudad.

—Bueno, al menos ya está en Londres— alzó los hombros—. Vamos a mi casa, te muestro en donde te vas a quedar y si queda tiempo visitamos algunos lugares de la ciudad.

𝙊𝙣𝙚 𝙎𝙝𝙤𝙩𝙨 ; Intenabo y RebornplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora