𝙊𝙣𝙚 𝙎𝙝𝙤𝙩𝙨 ; Intenabo y Rebornplay

𝙇𝙤𝙫𝙞𝙣𝙜

Intenabo

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Gustabo estaba en el salón del hogar que compartía con su esposo, hoy había tomado el día libre y estaba descansando en el amplio y esponjoso sofá jugando en su móvil algún juego de un niño de cuatro años para distraerse un rato. Jack seguía trabajando pero el día de hoy no en comisaría, estaba en el despacho que tenía en el apartamento, a pesar de esto, no había salido ni una sola vez en todo el día, cosa que preocupó al rubio.

Gustabo se levantó del sofá y estiró sus músculos tensados, percibiendo el varonil perfume de Jack que se hallaba impregnado en la sudadera que le había "robado" al mayor. En medio del camino hacia la oficina, se encontró a Conway, quién estaba de espaldas cerrando la puerta sosegadamente.

Sonrió de manera amplia entre dientes, podían pasar miles de años y siempre sentiría ese poderoso amor como el primer día, esa emoción de su corazón palpitando mil por segundo nunca cambiaría. 

Conway se acercó a él con aura de cansancio. Como solía decirle Gustabo, por terco ahora estaba con mucho estrés, dolor espalda y ganar de dormir durante un mes y no despertar. El primer nombrado dió unos cortos pasos para salir del pasillo donde se encontraban mayoría de las habitaciones.

—¿Quieres comer algo? Si quieres te puedo...— aunque quería ayudar en algo, fue callado por un corto beso de los maravillosos labios de Jack.

—Shh...Estoy agotado, no tengo hambre— murmuró encima de los belfos color cereza del menor.

No tan convencido, Gustabo se dejó llevar por las palabras de su esposo. Jack volvió a juntar sus labios en un cálido y amoroso beso, era admirador de esos suaves y rellenos labios, nunca se cansaba de ellos, además, ellos eran capaces de transportarlo a otro planeta y relajarlo en cuestión de segundos.

Con cortos y húmedos besos, el rubio acabó acostado en el sillón con Jack encima de él, descansando su cabeza en el pálido cuello de Gustabo, percibiendo como su ligera colonia se colaba por sus fosas nasales, sintiendo como sus ligamentos se aflojaban, consiguiendo que la tensión se desvaneciera y se calmara por completo.

Por el lado del rubio, este se dedicaba a mimar delicadamente la nuca del otro, donde se encontraba el nacimiento del cabello azabache, y con la otra mano proporcionaba un deseado masaje en la espalda de Conway, también dejaba de vez en cuando besitos en los morenos cachetes del contrario, sabía perfectamente que Jack, desde sus adentros, amaba que hiciera eso.

—Te quería que... bueno,— Jack pausó sus palabras sin saber como expresarlo —tu sabes.

—Lo sé— una ladeada sonrisa se plasmó en su rostro.

—Quería decir que...

—Jack...— Gustabo ya conocía lo complicado que podía ser para el mayor expresar lo que sentia, tampoco iba a obligarlo, no todos teniamos esa capacidad.

—Te amo, Gus.

Con sus fornidos brazos la cintura del rubio, se aferró más en ella transmitiendo su agradable calidez.

—Te amo más, Papu.