Intenabo
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Conway caminaba a pasos largos totalmente exhausto, por los largos y silenciosos pasillos de las oficinas del CNI. Eran pasadas las dos de la madrugada cuando pudo, por fin, descansar del trabajo. Todo el día enfocado en el trabajo y hasta ahora había tenido el momento para dormir al menos unas horas.
Despreocupadamente, aflojó su corbata y desabrochó los primeros botones de su pulcra y blanca camisa, paró en seco en el momento que vió como una oficina en especifico era la única que estaba encendida en todo el nivel en el que estaba. Supuso que alguien por error no apagó la luz. Cuando se iba a dirigir a la pequeña sala, vió como Gustabo estaba en el centro del escritorio con su laptop y numerosos documentos, con al menos, cuarto vasos de café vacíos y con una mueca claramente preocupada.
Intentó pasar desapercibido al entrar por la puerta, sin embargo, el rubio giró inmediato su cabeza con desgano. Este, en el momento que vió la figura del trajeado, su semblante angustiado cambió a uno tranquilo y suave.
—¿Qué lo trae por aquí, Superardiente?— saludó con una sonrisa divertida —. No sabía que los abuelos podían estar despiertos a estas horas de la madrugada.
—Calla, anormal — dijo Jack, imitando el gesto del rubio —. Apenas mi día ha terminado, pero me extrañó que estuvieras acá solo.
Gustabo suspiró aturdido levantándose de su asiento quedando a una cierta distancia de Conway. Con sus dedos, acomodo improvisadamente su cabellera dorada, la cuál se encontraba algo desordenada.
—A ver si me explico. Michelle me mandó a hacer un informe sobre "Los Verdes" pero para la mala suerte mía lo tengo que entregar mañana antes del mediodía y no tengo ni una página. ¡ESTOY BLOQUEADO, CONWAY! ¡SOY HOMBRE MUERTO!
Con un claro nerviosismo, Gustabo se expresaba de manera rápida y exagerada con sus manos. Estaba claro que el menor ya estaba imaginando todas las posibles puteadas que probablemente le iba a dar la pelirroja por no realizar bien su trabajo.
—Calma, muñeca. Yo te ayudo— sereno, comunicó el mayor, apoyando su cuerpo en la mesa.
—¡Usted cree que...! ¿Me va a ayudar? — cuestionó con una ceja alzada, totalmente confundido.
—Lo que escuchaste. No me hagas repetirlo.
—Pero usted es capaz de tirarme el muerto diciéndole a Michelle que usted me ayudó.
—Eso no...— al ser interrumpido inesperadamente por el menor sus palabras se vió en la obligación de ser cortadas.
—¿Y si me bajan de rango? O peor aún, ¿y si me despiden?— articulaba tan rápido sus palabras que salían atropelladas una detrás de otras.
—Gustabo...— murmuró, observando como este se movía por la sala, dándole vueltas al asunto.
—No quiero que me despidan, yo amo este trabajo. Nada será igual que antes.
—Gustabo.
—¿Sabe que es lo peor? ¡Me quitarían a 'Calvo'! — expresó alarmado —Me costó mucho conseguirlo para que desaparezca de un día para otro porque me despidieron del trabajo.
—Gustabo— se acercó a este, tomando su brazo ágilmente.
—¿Pero qué...?
Nuestro querido rubio sintió como su oxígeno se desvanecía de sus pulmones cuando percibió los cálidos labios del moreno posarse sobre los suyos. Jack intensificó el beso ejerciendo un agarre en la cintura del menor, acercándolo a su pecho. Gustabo ladeó delicadamente su cabeza, paseando sus frías manos por los hombros cálidos del moreno, sintiendo el contraste en la temperatura de ambos cuerpos. Gustabo se separó sin soltarse, únicamente para recuperar el aire perdido.
—Lo siento, me puse nervioso— susurró sobre los agradables y exquisitos labios de Jack—. No podía pensar con claridad. Mi cabeza estaba pilladisima.
—¿Con esto estás más tranquilo?— murmuró sin moverse, manteniendo el contacto visual.
—Si, pero... faltó esto.
Sin rodeos, el menor volvió a juntar sus labios, creando una nueva unión llena de amor y cariño. Conway con sus grandes manos, tomó las mejillas sonrojadas del contrario como si se tratara de una frágil y delicada porcelana, cosa que generó un cálido cosquilleo en el estómago de Gustabo.
Sin separarse del todo, el rubio dejó varios besos cortos en las mejillas de Jack, quién sonrió ladeado. Nunca había recibido tanto amor y cariño por parte de alguien desde hace muchísimo tiempo, que sentía como su insensible corazón palpitaba a mil por minuto. No podía describir con unas simples palabras lo que sentía y experimentaba en el momento que cierta personita lo mirara con esos ojos celeste y brillantes de una manera tan adorada y dulce.
—Fuera de coñas, te voy a ayudar— acarició su colorada mejilla lentamente —. No dejaré que te duermas hasta que termines el jodido informe, ¿te quedó claro, Gustabín?
—Como el agua, Super Sexy — un pequeño suspiro se hizo presente antes de separarse por completo.
Después que Jack haya ayudado a que Gustabo terminara el trabajo con rapidez y facilidad, sin embargo, al finalizarlo por completo, el rubio cayó rendido en brazos de morfeos en el regazo del Superintendente, cuando este se dedicaba a realizar algunos pequeños retoques y correcciones. Conway no puso resistencia, más bien todo lo contrario. Se acomodó de la manera más tranquila para que su rubiales pueda dormir cómodo y en paz.
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𝙊𝙣𝙚 𝙎𝙝𝙤𝙩𝙨 ; Intenabo y Rebornplay
FanfictionCortos relatos sobre las parejas Intenabo y Rebornplay, sin continuidad entre ellos.