𝙊𝙣𝙚 𝙎𝙝𝙤𝙩𝙨 ; Intenabo y Rebornplay

𝙎𝙩𝙞𝙡𝙡

Intenabo

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En la sala pensaban entre si como hacer su trabajo. Al no tener un superior, cada quién asignaba, por decirlo así, su trabajo.

—Horacio, si quiere puede venir conmigo a la comisaría y le enseño la información que tenemos por ahora— sugirió Volkov viendo de reojo al nombrado.

—Entonces, ya está hecho. Gustabo y Conway se van patrullar juntos— concluyó Michelle con una leve sonrisa asomándose en su rostro, ignorando por completo la mirada amenazante que le enviaba el azabache.

—Te veo en el coche, viejo— sin dirigirle la mirada al nombrado, se encaminó hasta la salida del edificio de el FBI.

Sin soltar una mínima palabra amenazante hacía la pelirroja, solo se limitó a salir detrás del rubio, tal cuál los viejos tiempos. No podía creer que después del fuerte acontecimiento sobre la mafia, Pogo y la explosión de la iglesia, esa magia, tensión y amor que flotaba sobre ellos había desaparecido, o eso era lo que Jack pensaba.

A pesar de reencontrarse y trabajar juntos, ya nada era lo mismo de antes. Se miran uno al otro de reojo disimuladamente, pero ya ni siquiera pueden mantener un contacto visual que dure más de dos segundos. Era algo inefable. Ninguno de los dos era capaz de explicar en su propia mente cuál era la "barrera" que limitaba su acercamiento. Su orgullo y su mente mal organizada impedía hablar sobre lo sucedido desde hace un largo y tedioso tiempo.

Sin reconocerlo en voz alta, se preguntaban si algún día esa chispa que recordaban con cariño, volvería a unirlos como nunca antes.

[...]

Mientras Jack estaba conduciendo, observando detenidamente las calles y sus anomalías, Gustabo se enfocaba a observar alguna novedad o si se presentaba una nueva alerta. Para aligerar el silencio del coche, el rubio encendió la radio reproduciendo cualquier música que se atravesara por su camino, en este caso, fue la melodía de As It Was de Harry Styles la que reinó el callado patrulla.

Nothin' to say
When everything gets in the way
Seems you cannot be replaced
And I'm the one who will stay, oh, oh, oh

Gustabo picoteaba el cristal con sus dedos al ritmo de la música, enfocándose, por el aburrimiento, en la letra y significado de la canción.

In this world, it's just us
You know it's not the same as it was

Esas dos frases fueron suficientes para que el azabache suspirara nostálgico. Ya nada era lo mismo. Parecía que el universo conspirara en su contra. El rubio estando a su lado y esa canción junto a la letra ocasionaron que su mente se descontrolara, volviéndose en un nudo incapaz de desamarrar.

Jack estaba contra espada y pared, peleando mentalmente sobre mandar su reverendo orgullo a la mierda y ser sincero con su Gustabo. Ambos la habían cagado, pero gracias a su repentina desaparición después de que el rubio fuera internado en el hospital psiquiátrico, fue lo último que "cortó" finalmente su lazo amoroso.

Pero, después de todo, aún seguía enamorado de su rubito.

Repentinamente, un coche de dudosa procedencia pasó por sus narices a la velocidad de la luz, haciendo que Gustabo reaccione inmediatamente encendiendo las sirenas y luces del discreto patrulla.

Interceptaron al auto sin pensarlo, quedando a este a unos cuantos metros por precaución. Estuvieron un buen rato en persecución, desde el sur hasta el norte, pero el ciudadano no parecía querer detenerse. Llegando a toda velocidad a la zona costera del norte detrás del coche, este se metió por unos callejones donde habían muchos edificios y casas, logrando que Conway lo perdiera de vista.

—Joder...— Jack bufó aturdido. Después de no bajar por nada la guardia, el capullo se salió con la suya.

—¿Este es tu Superintendente? El mío ya no— bromeó con los brazos cruzados, robándole una honesta risa a Jack, quién le contagió el gesto al rubio.

Pronto, aparecerá el sol radiante junto a un arcoíris después de la tormenta.

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